El Carmen de Viboral, Antioquia: el legado de la cerámica artesanal
El municipio de El Carmen de Viboral, ubicado en la subregión oriental del departamento de Antioquia, es reconocido como "La cuna de la cerámica artesanal". En esta localidad, se encuentran varias fábricas dedicadas a la producción de cerámica, las cuales gozan de gran popularidad tanto en la región como en otros lugares del mundo.
El Carmen de Viboral cuenta con 54 veredas y 7 corregimientos. Su economía se ha fundamentado en la agricultura, el comercio y la industria cerámica. Esta última ha dado lugar a la creación de diversas iniciativas, entre las cuales destaca "Cerámicas El Dorado". En esta empresa, se elaboran y pintan piezas de cerámica utilizando diferentes ingredientes. Es importante destacar que la mayoría de las colaboradoras son mujeres cabeza de hogar, quienes apuestan por la transformación y la paz en su territorio.
Una de estas mujeres es Weidy Vargas, quien lleva cinco años trabajando como decoradora en Cerámicas El Dorado. Weidy narra cómo comenzó su trayectoria y describe el proceso de elaboración y pintura de la cerámica. "Desde el principio, siempre me ha gustado la cerámica, pero encontrar a alguien dispuesto a enseñarme a decorar resultó un poco complicado, ya que las señoras que llevan muchos años en este oficio suelen ser muy celosas de sus conocimientos. Así que, al iniciar mi aprendizaje, comencé trabajando en el área de colados y esmalte en un taller. Observaba cómo las otras decoradoras pintaban, me esforzaba por imitar sus técnicas y así aprendí a pintar".
"Cuando finalmente se me dio la oportunidad, lo intenté y todo fluyó. Me encanta mi trabajo, a pesar de que cada día es un aprendizaje constante. Amo mucho lo que hago", añade Weidy.
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Aunque la elaboración y pintura de la cerámica parecen sencillas, en realidad no lo son. Este proceso requiere no solo de aprendizaje, sino también de dedicación y la disposición de mejorar cada día. Weidy explica: "Comenzamos el proceso con las piezas en bizcocho, que es un material poroso que absorbe los pigmentos. Los pigmentos son óxidos diluidos en agua, y con pinceles y mucha destreza, los aplicamos en la pieza según el diseño y los colores que deseamos. Así vamos creando los patrones".
Destreza, habilidad y delicadeza son características que definen a estas talentosas artesanas carmelitanas. Con amor y pasión por su oficio, trabajan diariamente en cada uno de los procesos involucrados en la creación de una pieza de cerámica. Estas piezas reflejan una tradición que se mantiene viva a pesar del paso de los años.
"La cerámica del Carmen en sí misma es un conjunto de procesos. Al principio, se extrae el barro en un taller específico. Desde el colado, que implica verter la arcilla líquida en moldes de yeso, comienza el proceso de elaboración de la cerámica del Carmen. Todas las piezas se hacen a mano desde el principio. Algunas se tornean y se vacían. Luego de pulirlas y lavarlas, se realiza una primera quema y se convierten en bizcocho. Una vez que las piezas están en este estado, se procede a la decoración y se pasa a otra área donde se aplica el esmaltado, sumergiendo las piezas en esmalte. Después de este paso, las piezas vuelven a ser quemadas. Todos estos procesos se llevan a cabo de forma artesanal", expresa Vargas.
De esta manera, alrededor de 18 mujeres cabeza de hogar transmiten en cada pieza de cerámica la alegría de los carmelitanos. Con flores, colores y una conexión con la naturaleza, plasman una tradición que se mantiene viva gracias al empeño de artesanos y artesanas que desean compartir su cultura, creatividad y talento con el resto del mundo.
