El Desfile de la Alegría: entre la cultura y la resiliencia de Florida, Valle del Cauca

Fue un 31 de diciembre de 1952, en una polvorienta calle del Barrio La Esperanza de Florida, Valle, que un grupo de amigos le dieron vida, sin darse cuenta, al evento más tradicional, alegre y cultural de este municipio: El Desfile de la Alegría.

Todo inició cuando Tulio Mosquera ‘Camaleón’, Luis Rebolledo ‘Chulavita’, Jorge Reyes ‘Mambo’ y José Hermes Aramburo, unieron saberes, picardías y disfraces para desbordar la alegría de sus vecinos en la celebración del fin de año. 

“Empezaron vistiéndose del diablo, el oso, el padre y el señor que pedía monedas, recorrieron la calle 10 entre carreras 23 y 27, entre risas, el sonido del juete, las ocurrencias y la romería de los habitantes el sector” afirmó Douglas Rojas, uno de los organizadores del desfile.

Este evento inicialmente era conocido entre tres y cuatro cuadras, pero por el folclor que se vivía en la zona, se hizo famoso en el barrio más grande de este municipio, donde las familias tradicionales se fueron integrando hasta convertirse en un mayor suceso denominado ‘La Comparsa del barrio La Esperanza'.

“Fue tanta la acogida de lo que nació en un barrio como una recocha de amigos, que terminó contagiando a los floridanos, haciendo que se unieran más comparsas de las familias tradicionales como los Pontón, Carabalí, Figueroa, Charrupí, Landázuri, Luján, Montaño, Bolaños, González para convertirse en un recorrido por todo el municipio… lo que terminó siendo el Desfile de la Alegría” menciona William Villada, integrante de la Junta Directiva del Desfile.

La evolución

“Cuando inició, era algo muy somero, eran unas personas disfrazadas dándole vueltas al Barrio la Esperanza. Hoy en día es más cultural, tratando de mostrar las expresiones autóctonas y la identidad cultural del barrio y de los floridanos que se integran; por eso se dice que el Desfile es una reunión de tradiciones y costumbres, más que un solo festival” menciona Rojas, haciendo alusión a la evolución de un evento que ha ganado el reconocimiento social y el del Concejo Municipal, que lo declaró como Patrimonio Cultural de Florida en el año 2018.

Para Douglas Rojas y William Villada, uno de los principales cambios que ha sufrido el Desfile es el de la logística, pues pasó de ser una ronda por un par de manzanas, a un recorrido que inicia desde las ocho de la mañana y dura más de cinco horas, con más de 20 compasas transitando las principales calles de un municipio que hoy cuenta con 35 barrios, 12 corregimientos y más de 70 mil habitantes.

El cambio del lenguaje también es otro gran avance, pues no ha sido necesario prohibir el uso de harina y agua durante el desfile. Rojas explica que para evitar los desórdenes se creó “una logística que promueve el respeto, lo que facilitó evitar daños físicos entre los participantes y materiales para el comercio quien ha sido el mayor patrocinador del evento”

Asimismo, se ha logrado generar consciencia entre los floridanos sobre la esencia del desfile, “la gente ha empezado a entender que este es un evento cultural, no es solo disfrazarse por hacerlo, sino que es mostrar la cultura y alegría que nos une” aclara Villada.

El Guandolo

Al desfile también se han integrado saberes y sabores que dieron vida a la bebida tradicional de este evento, bautizado por sus creadores como "El Guandolo". Carlos Emil Calero, Tulio Mosquera y José Hermes Aramburo unieron sus saberes para crear una preparación de panela y licor que se fermenta durante varios días bajo tierra, haciendo que su maduración y gusto sea mayor, acompañada del toque secreto, exclusivo de sus creadores. Esta bebida se entrega a los participantes con el fin de mantener la energía y la alegría durante el recorrido. 

Actualmente, según Douglas Rojas “se ha disminuido el tiempo de maduración del Guandolo, para que la gente no llegue al punto de embriagarse, si no que se emplee como un aperitivo, eso sí, todo bajo la tutela de los hijos y nietos de los creadores de la bebida, para que la tradición continue sin quitar o poner al toque secreto”.

Tiempos difíciles y de gloria en esta tradición

Florida, el municipio de la esquina suroriental del Valle, fue conocido por las incursiones de las extintas guerrillas de la Farc, M-19 y Jaime Bateman Cayón, y por la presencia paramilitar durante los años 90’s e inicios de los 2000. Pese a esto, su pueblo nunca disminuyó su pujanza y siempre se resistió a la violencia, apostándole a la pacífica y sana convivencia, reflejada en su popular desfile del 31 de diciembre.

En el último mes del año 2001, después de haber padecido una de las tomas guerrilleras más violentas; que afectó la zona comercial y bancaria de Florida; “la organización no paro, siguió tal y cual, y se hicieron muchos mensajes alusivos a las tomas, con pancartas como ‘no a la violencia’… fue todo un éxito, la sacamos del estadio, porque para ese año hubo más de 5000 personas reunidas” explica William Villada, quien destaca esta actividad como muestra de la identidad pacífica de Florida. 

Aunque el Desfile parecía ser una ‘bola de nieve cultural’ tuvo tropiezos que significaron dejar las calles de Florida sin el paso de las comparsas durante dos temporadas. La primera fue entre diciembre de 2012 y 2013, cuando “muchos de los organizadores se fueron de Florida hacia el exterior o para otra cuidad, por motivos laborales” aclara William Villada, añadiendo que después de retornar decidieron continuar con la tradición y todo “volvió al mismo jolgorio y alegría, aún con más fuerza”.

Por su parte, la segunda temporada sucedió en la época de la pandemia, que “por cuestiones de salubridad y cuidado se tuvo que realizar de forma virtual, a través del perfil de Facebook del Desfile de la Alegría y con el apoyo de la página Florida Digital, dirigida por Álvaro Erazo, quien ha estado difundiendo las mejoras imágenes y videos, manteniendo conectados a la diversión a los que no pudieron estar presentes” comentó Villada.

¿Por qué ha perdurado esta tradición?

Uno de las normas del Desfile es no mezclarlo con la política o lo personal “porque siempre se ha pretendido mostrar lo bonito, lo alegre del municipio, la hermandad de compartir, no es un escenario de protesta o de política, o de cualquiera otra situación que viva el municipio, es para celebrar y todos lo entendemos así, por ejemplo hubo un momento en que había una inconformidad con una empresa prestadora de servicios y querían salir a modo de protesta con un ataúd y nosotros dijimos que no era el momento ni el lugar para estar, lo entendieron y seguimos nuestro camino” recordó Douglas.

Otra de las razones de la prevalencia del Desfile la resume William Villada: “el papel de los niños es fundamental, porque ellos son los que garantizan que la tradición se conserve, que mejoren y transformen, poque el día de mañana son los que se encargarán de organizar y mejorar las condiciones actuales de este desfile. Por ello, año tras años son los más vistosos y se premia su esfuerzo y dedicación”

Para este año, comentan los organizadores, serán más de 30 las comparsas que se tomarán el Desfile de la Alegría, encabezado por los del Barrio La Esperanza, donde muchos de los que están en el exterior retornarán a encontrarse con la alegría de su territorio y la marcha hará varias paradas, para que los que hace mucho tiempo no se ven, se reencuentren en medio de las risas, los disfraces y un buen trago de Guandolo.

De esta manera, el 31 de diciembre de 2022 las calles de Florida volverán a inundarse de la alegría de los niños, adultos y jóvenes. El Desfile de la Alegría será una nueva muestra de la felicidad, la tradición y los saberes del "Manantial del Valle".

*Aclararan los entrevistados que faltaron nombres por mencionar, pero que las voluntades son muchas y lo más importante es reconocer que el desfile es la reunión de todos los floridanos y de las tradiciones y costumbres de familias típicas del Barrio la Esperanza y de este municipio.