La diversidad étnica y las bondades climáticas con las que cuenta el municipio de Leguízamo, en el Bajo Putumayo, hacen de esta zona del sur de Colombia una importante y valiosa fuente generadora de productos agropecuarios, entre estos, el camu camu, una deliciosa fruta típica de la región.
Este fruto es rico en vitamina C y no solo es aprovechado para la producción de postres, sino también de mermeladas, vinos, cocteles, salsas y hasta ají.
“Esos exquisitos secretos que hechizan hasta los paladares más exigentes, los descubrimos hace nueve años cuando unos allegados encontraron en esta deliciosa fruta una buena oportunidad para emprender en armonía y lo más importante en familia”, cuenta Nini Johana Medina Jiménez, representante de la Asociación Campesina de Productores de Camu Camu (Agrocamucamu).
Esta mujer campesina afirma que encontró en la siembra de esa fruta la fórmula para la sustitución de cultivos de uso ilícito, la integración de su familia y el impulso al desarrollo del campo. Estas ventajas, sumadas al intercambio de saberes en las comunidades campesinas, permiten que todos los días del año broten de las veredas y corregimientos las más apetecidas frutas.
“El camu camu es un racimo de bendiciones que brota de nuestras tierras porque nos ha enseñado que la legalidad es la semilla para la paz. Además, genera empleo y garantiza la seguridad alimenticia a todos los campesinos que nos dedicamos a la siembra de esta deliciosa fruta”, expresa.
Es tan buena la comercialización del camu camu, que Nini Johana asegura que, en los últimos cinco años, la siembra no solo se quedó en las parcelas de Refugio, Libertad y Miraflores, sino que sobrepasó los limites internacionales del río Putumayo, y por eso afirma con gran emoción que ese cítrico también se cultiva en las chagras del sector conocido como Peneita, en la vecina república del Perú.
“Una vez recibimos la fruta la transformamos en pulpa y cuando está lista la enviamos en presentaciones de kilo hasta la ciudad de Bogotá. Allí, Selva Nevada; nuestro aliado comercial transforma el camu camu en helado, yogurt y té entre otros productos de consumo nacional que son disfrutados por todos los colombianos”, detalla Nini Johana.
Ante esos inimaginables resultados, esta campesina leguizameña asegura que jamás se imaginó que la fruta que se produce en sus parcelas iba a terminar encantando el paladar de tanto compatriota.
La venta del camu camu depende de la cantidad que se coseche por temporada, la cual generalmente suele ser en marzo. Sin embargo, Medina está segura que, por cada hectárea, la Asociación obtiene entre 5 y 6 toneladas anuales de fruta. Aunque precisa que a partir de los dos años de sembrada la planta empieza a dar sus primeros 500 kilos de fruta, y que las mejores cosechas se obtienen a partir de los cuatro años.