Por: Andrea Castro. Radio Nacional de Colombia - Llanos
La independencia fue un largo proceso que logró el fin del dominio español en la Nueva Granada, donde las mujeres fueron decisivas, de manera abierta rechazaban la monarquía y eran permanentes sus arengas motivando a los patriotas a luchar por la libertad. Esto llevó a que muchas fueran condenadas a prisión o al fusilamiento, hoy se les reconoce como heroínas, por su papel destacado en esta causa.
Según los historiadores, la gesta libertadora fue una lucha que inició desde el 20 de julio de 1810, en la cual el pueblo quería más autodeterminación y estaba en contra de lo que consideraban un mal gobierno, un virrey que respondía a los intereses de la Corona española.
Las primeras que empezaron a manifestarse fueron las vendedoras de productos de mercado y se evidencia el primer rechazo popular femenino a la monarquía en esa época.
En aquellos tiempos difíciles, las mujeres ocuparon un lugar fundamental, muchas fueron heroínas, mártires, combatientes e informantes que contribuyeron en el proceso independentista. Unas entregaban a sus hijos, otras confeccionaban uniformes y hasta donaban sus prendas para apoyar a las tropas; pero una en particular, logró llegar con gallardía a los campos de combate. Se trata de Juana Béjar, la primera mujer sargento mayor de caballería del ejército libertador.
Nelly Sol Gómez de Ocampo, historiadora y escritora de la Academia Boyacense de Historia Colombiana, relata en su obra literaria ‘Mujeres y la libertad de la independencia de Colombia’, la labor de más de 1.600 heroínas de la gesta libertadora. Allí explica por qué Béjar es una de las mujeres que marcó historia de la lucha libertadora.
“En aquel entonces a la mujer solo le permitían realizar el trabajo o los oficios caseros como lavar, planchar y atender a los enfermos. Era prácticamente el rol que cumplían las mujeres en la independencia. Juana Béjar era consideraba como ‘La Amazona’, una excelente jinete”, señala.
Gómez de Ocampo comenta que las mujeres “dieron estabilidad emocional y espiritual al hombre y, por eso, estuvieron de acuerdo con que ellas estuvieran presentes en la ruta libertadora”.
El 12 de junio de 1819, Béjar abrió camino para la mujer en las Fuerzas Militares, era vecina y residente de Pore (Casanare). Allí tuvo como ejemplo a su paisana, la heroína mártir, Presentación Buenahora, quien fue fusilada el 28 de junio de 1816 en esta región por el realista José Villavicencio.
Y aunque la sociedad ha querido enmarcar a las mujeres por su entorno familiar como esposas, madres e hijas, Juana es recordada por ser la única a la que oficialmente se le permitió combatir en la campaña libertadora, haciendo parte del ejército de la República. Esto, a pesar de que la única participación de las mujeres en las filas era para ayudar a los enfermos, cocinar y juntar recursos para apoyar la causa.
Soldados como Fray Ignacio Mariño, reconocieron la gallardía de Juana como jinete, pero sobre todo su destreza para manejar la lanza, cualidades que le permitieron pasar a la historia como una de las 17 mujeres voluntarias que acompañaron la tropa, lo que dejó en evidencia el carácter, firmeza, templanza y valentía de las mujeres de la Nueva Granada.
La historia cuenta que Béjar no tuvo familia, se dedicó completamente la lucha independentista, y que después de finalizar la campaña libertadora pasó sus últimos días en el municipio llanero de Pore. Cinco años después de participar en las contiendas de las tropas, Juana recibía mes a mes su pago como sargento mayor del ejército de la República.
En la notaría de ese municipio casanareño, aún existe un documento de la época, que se ha constituido como prueba fehaciente de que esta heroína luchó por la independencia, junto a generales como Simón Bolívar, Francisco de Paula Santander y Rafael Urdaneta.
“Juana inspiró a las mujeres a la lucha por la independencia. Abrió el camino para el posicionamiento de la mujer en las Fuerzas Militares”, afirma la historiadora Nelly Sol Gómez de Ocampo.
Gracias al legado que dejó Béjar en la historia de la independencia, 4.508 mujeres han hecho parte del Ejército Nacional, entre las que están 488 oficiales, 875 suboficiales, 125 cabetes y 3.060 civiles que han hecho parte del área administrativa de esa institución. Así mismo, 10 mil uniformadas que han integrado la Policía Nacional.