Sus orígenes se remontan a la época prehispánica, la historia revela que los Incas y los Aztecas practicaban esta disciplina, que en Nariño es conocida con el vocablo quechua de ‘chaza’, que significa marca o raya. Se juega en terrenos adaptados, son canchas de 9 por 100 metros, delimitado por líneas y dividido a la mitad, en cada espacio se posiciona un equipo de cinco personas y el objetivo es lanzar la pelota, golpeándola con la mano hasta alcanzar el rebote en el campo del rival procurando que este, no pueda devolverla.
El reglamento se ha heredado, y aún, sin que se pudiera comunicar de unos pueblos a otros, se originó de manera similar para todos.
Llamamos a los expertos en Nariño para que nos orientaran sobre todo lo que tiene que ver con este deporte tradicional y cómo se juega. Uno de ellos es Jesús Mier, presidente de la Liga Regional de Chaza y representante de la CIGB, que viene a ser como la FIFA en el fútbol, quien nos contó que en sus viajes a Europa, jugando chaza, logró recopilar datos sobre los principios del deporte y cómo inicia en nuestro territorio.
“Si usted puede hablar con señores que tienen 80 años y jugaban, pues dicen, jugábamos en la escuela con una pelotica de trapo y cuando llovía la forraban con plástico para que no se les pusiera dura”: Jesús Mier, presidente de la Liga de Chaza de Nariño.
José Cardozo, miembro de la Confederación Internacional de Pelota a Mano (CIJB), fundada el 13 de mayo de 1928, institución que agrupa a 23 países del mundo, donde se practica el juego de la pelota de mano, nos contó que en cada lugar hay un juego que es considerado como autóctono y que en los torneos mundiales que se realizan cada año, se incluyen unas modalidades estándar y el juego tradicional de cada nación sede.
“En Argentina se llama ‘manito’, en el Ecuador Pelota ‘mamona’, en Italia el ‘pallapuño’, en España ‘el valenciano’, en Holanda el ‘free zone’ y aquí, ‘la chaza’. La diferencia radica por lo general en el tipo de pelota o material con el que se fabrica”, explica José, quien se refiere a demás a la reflexión social que este deporte incluye.
“También es importante dignificar esa práctica deportiva. ¿Usted me creería que algunas personas sienten vergüenza de decir que juegan chaza?”: José Cardozo, miembro de la Confederación Internacional de Pelota a Mano (CIJB).
Colombia ha participado en siete campeonatos mundiales, logrando destacadas participaciones de la selección nacional, que en su mayoría está integrada por pelotaris, como se denominan a los jugadores, de origen nariñense.
Este año se realizará el Mundial de Chaza en Pasto, Marco Ortega, funcionario de la Secretaría del Deporte del departamento y encargado de la organización del torneo, dijo: “Se lograron los primeros lugares con jugadores amateur, lo que contrasta con lo que pasa en Europa, donde son catalogados como profesionales del juego de la pelota de mano, ellos alcanzan remuneraciones superiores a los 700 mil euros mensuales, esperamos que esta novena versión mundial de chaza sea el inicio del reconocimiento del potencial que tenemos en Nariño”.
“Se convierte en una ventana al mundo ya que el deporte es un poderoso vehículo para unir a los pueblos”: Marco Ortega, funcionario de la Secretaría del Deporte de Nariño.
La chaza conserva esa forma tradicional con la que generaciones han aprendido a jugar, son ellos, los chaceros, quienes nos explican sobre la forma de practicar este deporte que tiene una estrategia similar a la que se usa en el fútbol o baloncesto. Los pelotaris adoptan las posiciones que podemos ver en el voleibol, los puntos se ganan como en el tenis y el tiempo es variable según cada modalidad y puede extenderse hasta por una hora y media.
En este noveno Campeonato de Pelota de Mano, visitarán Pasto varios pelotaris de Gran Bretaña, dos selecciones de España, Bélgica, Holanda, entre otros. La Selección Colombia está a la altura de los grandes competidores del planeta y las modalidades son: llargues, frontón, internacional y como se acostumbra, el juego tradicional de cada país, que por lo general tiene características diferenciales en cuanto al tipo de pelota, en el caso de la chaza colombiana el material con el que se fabrica.
Como en todos los eventos de gran escala, son muchos los detalles que se deben tener en cuenta a la hora de organizar la logística, detalles que muchas veces se convierten en anécdotas inolvidables y retos para superar.
“Estamos en ese problema porque la pelota de la chaza nuestra no la hay, los países que vienen la han pedido para entrenar”, cuenta Jesús Mier.
La mano derecha de estos hombres, con la que saludan a sus contrincantes antes de cada partido, es notoriamente más grande en tamaño que la izquierda, así se reconoce al pelotari, gente humilde que es capaz de lanzar con la fuerza de su brazo una pelota a una gran distancia, para conseguir un quince, o que usa la misma para demostrar afecto en un cariñoso apretón de manos a los visitantes de otros países. La chaza es un deporte, quizá uno de los más antiguos y tradicionales de Colombia.