‘Medio siglo con Borges’: las anécdotas de Vargas Llosa junto al escritor argentino
Por: Colprensa
En 1963 Mario Vargas Llosa tuvo la oportunidad de conocer a Jorge Luis Borges. Fue en la ciudad de París donde logró tener una entrevista con él. En reiteradas ocasiones lo ha dicho, se moría de miedo, de no estar a la altura intelectual del escritor argentino y que los nervios lo echaran todo a perder.
Pero el escritor peruano se encontró con un personaje completamente diferente, un Borges algo tímido, dando la impresión de un ser vulnerable. Un hombre que en la vejez encontró el placer de enamorarse y que pese a las limitantes de los años, le aportó a la locura que usualmente sólo es permitida para aquellos que descubren el placer del gran amor.
Es tan sólo una de las tantas historias que Mario Vargas Llosa relata en el libro ‘Medio siglo con Borges’, que esta semana se publica en Colombia, siendo una colección en 108 páginas, de artículos, conferencias y notas, que giran en torno al placer intelectual que al Premio Nobel Peruano le ha generado las lecturas y relecturas de las obras de Jorge Luis Borges, desde la década de los años cincuenta en Lima, cuando Vargas Llosa descubrió, en la biblioteca, algunos cuentos y ensayos bajo la firma de Borges.
A diez años de haber recibido el Premio Nobel, confiesa que muchas veces lo ha releído, “pero a diferencia de otros escritores que marcaron mi adolescencia, nunca me decepcionó; al contrario, cada nueva lectura renueva mi entusiasmo y felicidad”, comenta en el libro.
Admite que existe una gran distancia entre el mundo borgiano y su obra. “Pocos escritores están más alejados que Borges de lo que mis demonios personales me han empujado a ser como escritor: un novelista intoxicado de realidad y fascinado por la historia”, dice.
Aunque jamás se ha visto tentado por la literatura fantástica y pocos autores de esta corriente figuran entre los favoritos de Vargas Llosa. Por eso, siempre regresa a la obra de Jorge Luis Borges.
“La belleza e inteligencia del mundo que creó me ayudaron a descubrir las limitaciones del mío, y la perfección de su prosa me hizo tomar conciencia de las imperfecciones de la mía. Será por eso que siempre leí -y releo- a Borges no sólo con la exaltación que despierta un gran escritor, también con la indefinible nostalgia y la sensación de que algo de aquel deslumbrante universo salido de su imaginación me será negado, por más que lo admire y goce con él”, dicta Mario Vargas Llosa en uno de los capítulos de este libro.
