Rubén Rodríguez: poemas a bordo de un taxi por las calles de Neiva
Rubén Darío Rodríguez Charry no es un taxista común. Aunque su vehículo no parece tener nada fuera de lo habitual, él lleva un elemento poco frecuente a la hora de prestar sus servicios en las calles de Neiva, y que no solo sorprende a sus pasajeros, sino que lo ha ido convirtiendo en una figura literaria y un inesperado referente de la poesía: un libro de poemas, lleno de versos que él mismo escribió en medio de sus horas al volante, que muestra con gran orgullo, y que además lee y comparte con quienes toman su taxi.
Ese poemario, que bautizó “Amores pasajeros” y del que lleva varios ejemplares a bordo, está a punto de tener una segunda edición porque, para sorpresa del mundo literario local, agotó la primera edición, que vio la luz a comienzos del año pasado.
Rodríguez Charry cuenta que su aproximación a la poesía comenzó desde niño y se fortaleció con los años. Menciona con gran propiedad a Gregorio Escorcia, Ismael Arciniegas, Pablo Neruda, César Vallejo, Miguel Hernández y Federico García-Lorca; refiere como su gran favorito a Vicente Huidobro y recuerda que un pasajero “me invitó a su casa y me regaló un libro hermosísimo” que resultó ser “Hojas de hierba”, de Walt Whitman. También incluye en sus lecturas a Jorge Robledo Ortiz y poesía costumbrista.
Nacido en Pulí, Cundinamarca, residió en Bogotá, se casó en Girardot y, por un giro inesperado de la vida, quedó sin trabajo y llegó a Neiva hace 33 años, donde “lo único que encontré para trabajar fue un taxi”.
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La cotidianidad en las calles de la capital del Huila le dio la posibilidad de escribir “tímidamente” -como él mismo señala- sus primeros versos. “Un día subió al taxi un señor Gustavo, gerente de Caracol Radio en Neiva, quien al conocer sus poemas “me invitó a estar en la radio. Para mí eso fue asombroso”. Durante una temporada, los días domingos leyó al aire poesía junto a Juan de J. Castaño, una de las más hermosas voces del país.
Sin embargo, su trabajo poético tuvo una extensa pausa a partir de 1998. “Solo vuelvo en el 2016, ya con más fuerza y precisión”, explica. Suma versos que se convierten en poemas que recita a los sorprendidos pasajeros de su taxi.
De la mano de la poeta Ana Patricia Collazos y su editorial “Tierra de palabras”, edita el libro que ha tenido una recepción para muchos inesperada. “El libro no lo ofrezco. Yo cuento mi poesía y la gente me pregunta por él y entonces ya lo muestro o se lo entrego para que lo lean y me preguntan cuánto vale”, señala Rodríguez Charry.
“Muchos se emocionan: hay quienes me dicen que los versos les muestran una faceta inesperada de la vida y que vale la pena vivir. Profesores me han pedido el libro como material de lectura para sus alumnos, y me han invitado a colegios y universidades”, agrega.
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Ha vendido el libro así, casi a punta de leerlo a sus pasajeros. “El profesor Juan Carlos Acebedo (escritor y docente de la Universidad Surcolombiana) me preguntó cuántos libros se imprimieron, y le dije que mil. ¡¿Cómo se te ocurre?! Me respondió, para agregar que ‘la poesía no se vende’”. En ese momento, el año pasado, ya había vendido 400 ejemplares. Acebedo le soltó una respuesta que repite con satisfacción: “Amores pasajeros podría ser el libro de poesía más vendido en la historia del Huila”.
Y añade: “Permítame ser un poco vanidoso para decir que se me metió el interés de que sea un libro que marque el privilegio de ser el primero en alcanzar en el Huila la más rápida segunda edición”.
Rodríguez Charry agradece el apoyo de instituciones como la Alcaldía de Neiva, la Gobernación del Huila, la fundación social Utrahuilca y hasta del Plan Lector en La Guajira.
Pero su mayor gratitud es hacia sus pasajeros, a quienes también dedicó el libro. “Al pueblo huilense que ha recibido mi poesía con tanto gusto. Mi compromiso es seguir contribuyendo con la literatura a través de mi pequeño auditorio rodante como he llamado al taxi”.
