En el Canto a la Tierra 2023 se dieron cita artesanos, danzantes, músicos, zanqueros y toda la población que disfruta de la música andina y la memoria ancestral, escenificado en un desfile lírico y poético. Este año fueron 13 los colectivos coreográficos compuestos por cientos de personas e instrumentos que recorrieron la ciudad de Pasto de norte a sur, en sentido contrario a los demás desfiles.
En este día se puede observar a los grupos danzantes y de músicos que se mueven al ritmo de la tierra y de los instrumentos andinos como las quenas, zampoñas y charangos, evocando a los ancestros y su legado cultural. Estos colectivos coreográficos están integrados por más de 150 artistas, quienes la mayoría de días del año se reúnen para pensar, ensayar y vivir el Carnaval.
Así mismo, algunos de estos grupos rinden homenaje a los cultivadores del departamento de Nariño. “En esta oportunidad nos hemos concentrado en hacerle un homenaje a todos los campesinos nariñenses que cultivan el café, porque muchas veces desconocemos que acá es el mejor café del mundo, que hay muchos cafés especiales y son más de 40 municipios en los que se da este producto”, relató José Luis Rodríguez, director general del colectivo coreográfico Ciudad de Pasto.
Cada una de las propuestas de estas agrupaciones muestran algo diferente en cada edición del Carnaval. “Nuestra propuesta este año está enfocada en los pueblos de Gualmatán, allá por lo general las veredas y pueblos aledaños a este municipio realizan unas artesanías en hilo, lo que es conocido como ‘el tejido de Gualmatán’, la propuesta se llama Kamay Raimy que significa ‘Fiesta en enero’, que es referenciado a una fiesta donde las artesanas sacan sus productos y realizan el desfile histórico con ellos”, indicó Jhon Esteban Rojas, integrante de la Fundación Cultural Sindamanoy.
La historia del desfile
Inicialmente los colectivos coreográficos hacían parte del Carnaval de Negros y Blancos en el Desfile Magno del 6 de enero, pero desde los años 90, como idea de Hernán Coral, director de Raíces Andinas y creador de Indoamericano, junto al maestro Luis Felipe Benavides, se resuelve salir un grupo de personas en tiempos de carnaval, “en ese tiempo había un reglamento que decía que no podían superar las 25 personas”, comentó Coral.
En 1992, el número de integrantes fue creciendo y se logró algo histórico, se reunieron 70 músicos para participar con lo que se llamó “500 años de inspiración”; según Hernán Coral, ahí se marcó un antes y un después ya que de manera conjunta con los talladores de instrumentos andinos se empezó a configurar el modelo actual que tienen los colectivos coreográficos.
En 1998 se incluyó un grupo de teatro para que vincule la figura de los zanqueros y, en el 2003, se marcó un récord con 700 personas participantes en Indoamericanto, “la coordinación nos tocaba hacerla por bloques en los barrios y en días previos unirnos para ensayar sin importar el tráfico, porque eran site u ocho cuadras; también hicimos una carroza que nos permitía proyectar el sonido que hiciera que los de atrás escucharán a los de adelante, porque ellos no se conocían; esa propuesta se llamó Urkunina”, refirió Hernán Coral.
Es hasta el año 2004 que de Indoamericanto empiezan a surgir varios colectivos y Corpocarnaval, como entidad encargada del Carnaval de Negros y Blancos, decidió que se debía dedicar un solo día al Canto a la Tierra, como se lo conoce actualmente; desde entonces cada 3 de enero estos grupos hacen una propuesta dedicada a la madre tierra para que les permita disfrutar de los siguientes días de festividad.
Hasta hoy Indoamericanto se ha caracterizado por su extensa participación en el Carnaval y en este 2023 hicieron un homenaje a la comunidad afrodescendiente que también es protagonista en la fiesta carnavalera del sur del país.
“Nuestra propuesta es ‘Uramba, rutas de libertad’, y se enfoca en enaltecer y homenajear a la cultura afrodescendiente; es recordar que en el Carnaval de Negros y Blancos estamos todos, que hay un mestizaje y todos somos uno. Nuestro vestuario, nuestra música, nuestra forma de interpretar, tanto en la danza como en la música, todo es un homenaje y hace referencia a la cultura afro”, contó Luisa María Lasso, integrante de Indoamericanto.