Las mujeres afrocolombianas: un ejemplo de templanza y trabajo en equipo

El 25 de julio fue establecido como el Día Internacional de la Mujer Afrodescendiente durante el Primer Encuentro de Mujeres Afrolatinas, Afrocaribeñas y de la Diáspora, que se celebró este día en 1992 en Santo Domingo, República Dominicana, en reconocimiento al trabajo que realizan mujeres de ascendencia africana en la lucha contra la discriminación racial, el sexismo, la pobreza y la marginación. 

En nuestro país esta es la oportunidad para exaltar el trabajo que estas realizan en pro de mantener la armonía en los territorios y contribuir a la construcción de paz desde diferentes ámbitos y escenarios. 

Chocó 

En el marco de este día las lideresas y artistas del departamento del Chocó, se suman en esta conmemoración a través de un reconocimiento al trabajo de las organizaciones de mujeres, los consejos comunitarios y todas aquellas lideresas que hacen posible se garanticen los derechos políticos, sociales, económicos y ambientales en una región que afronta la mayor crisis humanitaria y las consecuencias de un abandono estructural e histórico.

La Radio Nacional de Colombia dialogó con Anny Raquel Córdoba, miembro de Red Departamental de Mujeres Chocoanas, que cuenta en su tejido con 55 organizaciones sociales y con más de 1000 mil beneficiarias ubicadas en 18 municipios de los 31 que componen el departamento.

Asegura que la mayor apuesta ha sido, además del empoderamiento económico, la posibilidad de ocupar cargos de poder que permitan ampliar la visión del cuidado por el territorio y el desarrollo social. 

“Es un empoderamiento político, ya que hemos tenido varias mujeres en los cargos de elección, por ejemplo, tenemos un listado de mujeres que están aspirando a la alcaldía, a la gobernación y para nosotras es el fruto de esa lucha que hemos venido haciendo día a día con ellas”. 

En el municipio de Bojayá las mujeres afrocolombianas son el pilar fundamental de la resistencia, la resiliencia, la defensa del territorio, el perdón y la reconciliación. La muestra más fehaciente de ello es el trabajo de las alabaoras de Pogue, las mujeres artesanas Guayacán y la asociación de mujeres resistentes de Bojayá “Murebe”.

“Somos las voces que hacemos resistencia y denuncias de la violación de los derechos humanos en el municipio y por eso queremos dejar un legado por medio de un semillero que estamos formando para evitar que se pierda la cultura”, dijo María Ereiza Palomeque de la alabaoras de Pogue.  

Las mujeres artesana Guayacán son guardianas de la memoria de la región, sus puntadas reflejan el día a día de los pueblos afros e indígenas “las prendas que bordamos contiene todos los elementos culturales y tradicionales de nuestras comunidades”, afirma Elizabeth Álvarez, una de sus miembros.   

“Murebe” es una asociación que trabaja por rescatar los juegos ancestrales y la medicina tradicional para alejar a los niños y niñas del conflicto armado “nosotras lo que queremos es que los niños jueguen lo que jugaban los abuelos y piensen en la guerra, además se nos están muriendo los viejos y no sabemos para qué sirve cada planta”, puntualiza Mará Eugenia Velásquez, coordinadora de la asociación.    

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San Andrés y Providencia

En marco del Día de la Mujer Afrolatina, Afrocaribeña y de la Diáspora se realizó este 24 de julio el primer Congreso de Mujeres Raizales de San Andrés y Providencia.

Bajo el lema las mujeres del Departamento de San Andrés Providencia y Santa Catalina son sinónimo de esfuerzo, resiliencia y pujanza de unas islas que poco a poco avanzan hacia el progreso, se trabaja en empoderar a las mujeres de la diáspora raizal y afrocaribeñas. 

Ser mujer raizal es idiosincrasia, amor y fuerza, sin embargo, también algunas líderes de la comunidad manifiestan que poco a poco se han ido perdiendo las costumbres ancestrales, acceder a puestos de poder es una de las consignas de las mujeres isleñas que buscan de manera colectiva dejar de ser apartadas y convertirse en piedra angular del avance de las ínsulas.

En el Congreso de Mujeres Raizales se evidencia que en el archipiélago las mujeres luchan día a día para fomentar el empoderamiento femenino en el departamento y propender por unas islas más incluyentes. 

La constante en los diferentes territorios del país es la capacidad de la mujer afrolatina de transformarlos y mantener la cohesión social, cultural y económica, así como el fomento y enseñanza de los valores que hace de cada rincón del país un lugar único y mágico.