En busca de la custodia de Badillo: la historia de una desaparición cantada
Rafael Escalona compuso el paseo vallenato ‘La custodia de Badillo’ para referirse al popular suceso ocurrido en este corregimiento al norte de Valledupar.
Quienes hayan nacido en Badillo entre 1950 y 1960 deben estar hoy rondando los 70 años, y aquellos que conocieron de cerca la historia de la desaparición del cáliz de la iglesia San Antonio de Padua, tal vez no recuerden qué pasó exactamente o quizá ya hayan muerto.
El hecho ocurrido en 1958 inspiró a Rafael Calixto Escalona Martínez a componer el paseo vallenato ‘La custodia de Badillo’, grabada inicialmente por la agrupación Bovea y sus vallenatos en 1962 y que cuenta con más de 30 versiones de artistas locales, nacionales e internacionales.
“Si no fuera por esa canción del maestro Escalona, Badillo no se conocería”, asevera Vicenta Vega Daza, habitante de la población que era muy niña cuando los sucesos.
Badillo es corregimiento de Valledupar situado en una extensa llanura cultivada de arroz y palma, en límites con tierras guajiras, fundado por el conquistador español Don Pedro de Badillo en 1528. La iglesia de San Antonio de Padua ubicada en la plaza de la población, construida por los españoles en 1710, es monumento nacional de Colombia.
Sentado al frente de la plaza, Luis Rafael Mendoza, un sanjuanero de 80 años de edad, relata que hizo parte de la comitiva que se subió al único carro de la época con rumbo a Patillal para confrontar al padre Lorenzo de Alboraya que, según esa versión, tenía el verdadero cáliz.
“…Ahí se formó el bololó. Cuando el padre venía en mula por estos lados, nosotros nos fuimos en un camión hasta Patillal, pero él ya se había ido. Pero fue el cáliz, no la custodia, muy valiosa. El camión se fue lleno, el camión de Fidenciano Díaz, el único carro que había por aquí, arreaba arroz para el Valle… de aquí por trocha, no estaba la carretera nacional y llegamos a Patillal porque el padre permanecía en Patillal y Atánquez”, dice.
La custodia
Este elemento es uno de los principales ornamentos usados en iglesia católica, una pieza de oro o de otro metal de altura regular, donde se coloca la hostia después de ser consagrada en la misa para adoración de los fieles, adornada por piedras preciosas como esmeraldas, zafiros, rubíes, diamantes, perlas barrocas o amatistas.
Tiene su origen en la fiesta del Corpus Christie (Cuerpo de Cristo) a mediados del siglo XIII y simboliza al sol con sus rayos fulgurantes que llevan círculos de cabecitas de ángeles rodeando al círculo central.
Escalona en su canción la describe como:
“Era una custodia linda
muy grande y pesada
que ahora por otra liviana
la quieren cambiar”.
Desde los años 60, cuando se popularizó la canción, es muy conocida la historia y los misterios que la rodean. Décadas han pasado y muchas noticias, crónicas, entrevistas, investigaciones y otros cantos se han publicado, pero el paso del tiempo ha logrado borrar lo poco que queda.
Entre los gestores culturales preocupa que la custodia (cáliz) no apareció nunca, y a estas alturas lo que está desapareciendo es la historia y los que puedan contarla. Solo queda el célebre paseo vallenato del maestro Escalona, el cual, como todo vallenato tradicional, es el vehículo de la narrativa, por cierto, llena de datos ciertos y otros inciertos, de manera que si en esos años no se sabía bien quién era “el ratero honrado”, mucho menos se sabrá hoy.
Aunque el maestro Escalona no dijo el nombre, la gente estaba segura de que se refería al cura español Lorenzo de Alboraya, y quedó claro que el fraile capuchino se llevó los elementos que hacían parte de la iglesia para mejorarles su apariencia, pero no se supo nunca qué pasó. El canto y el cuento dice que al parecer regresó un cáliz diferente, lo cual motivó la protesta de los habitantes de la zona: badilleros, vallenatos, sanjuaneros.
Pero ¿dónde está la custodia de Badillo?
Son diversas las respuestas, hasta donde alcance la imaginación: algunos dicen que está escondida en Badillo. Hay quienes afirman que está en una iglesia de Popayán y otros que en un museo de España. Otras afirman que también está en 51.400 sitios de Internet que hacen referencia del histórico relato.
“Yo la tuve en mis manos, cuando se perdió la custodia eso fue una revolución, todos los mayores se fueron a Valledupar a reclamarle a la curia”, asevera Jairo Manjarrez.
“En realidad no hubo desaparición de ninguna custodia, tampoco era una custodia sino un cáliz, un copón donde se consagra la hostia, fue una confusión”, explica el historiador Rodolfo Ortega Montero.
“En 1980 hicimos la primera obra de teatro con la historia de la custodia de Badillo, la presentamos en varios municipios del Cesar y La Guajira, fue un éxito en toda la región”, relata William Morón, actor y director de teatro.
“La custodia está en los corazones de todos los que amamos las canciones del maestro Escalona”, afirma la investigadora cultural María Ruth Mosquera.
Actualmente una escultura de la custodia de 3,20 metros de altura luce en la plaza de Badillo desde 2015, instalada por la Gobernación del Cesar y es el principal atractivo turístico de la población.
Y ustedes… ¿qué piensan qué pasó con la custodia de Badillo?
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