El turismo se ha convertido en un motor económico para Colombia y el departamento del Magdalena se alinea a esa realidad. En esta zona del país, los escenarios cada vez son más y uno de ellos es el turismo liderado por la población indígena.
En el Magdalena por años existieron destinos atractivos para el desarrollo del turismo, sin embargo, esas zonas eran prohibidas por tratarse de lugares sagrados para los ‘hermanos mayores’. No obstante, en tiempos recientes, estas comunidades han abierto ‘el compás’ de sus territorios, permitiéndoles a los turistas y residentes conocer su riqueza cultural.
Eduardo Gil, presidente de la Asociación Nacional de Turismo Indígena en Colombia, destaca que para ellos los espacios sagrados son aquellos lugares donde actualmente está plasmado el origen de su población.
“El Parque Nacional Natural Tayrona es parte de nuestro origen, porque como todos saben, ahí vivían los pueblos que desde inicio hicieron parte de la población indígena de la Sierra Nevada de Santa Marta”, expresa.
Gil dice que otros de estos lugares mágicos para ellos es Ciudad Perdida. “En este lugar antiguamente vivían los Teyuna. Nosotros somos descendientes de los Tayronas y para nosotros más que una ruina arqueológica, más que un sitio turístico, es un templo, porque de ahí actualmente nosotros pues venimos formándonos en temas de ese conocimiento ancestral”.
Reconoce que esas formaciones les han permitido ver estos escenarios sagrados como un espacio para resaltar esos valores culturales y ancestrales tan importantes, que pueden ser valorados por los turistas, respetando las creencias de la población indígena.
“Para nosotros estos escenarios no son ciudades muertas, en estos espacios aún hacemos nuestros encuentros tradicionales. A través del turismo indígena, en este tipo de actividades, generamos un mensaje concientización, un mensaje de respeto, de esa vivencia que existe entre el hombre, la naturaleza y el territorio”, detalla.
El presidente de la Asociación Nacional de Turismo Indígena en Colombia refire que los sitios sagrados en el departamento son muchos, para ellos el mar y hasta los picos de la Sierra Nevada de Santa Marta. tienen una representación importante dentro de su cultura.
“Digamos que en tema de valor, todos valen igual, pero los más grandes e importantes para nosotros son las lagunas. Es importante reconocer que como pueblo indígena, como seres vivos, nacemos desde el agua, nuestro cuerpo está hecho de agua, prácticamente nuestro 70% y como pueblo indígena nosotros antes de tener el cuerpo, pues éramos agua”, señala.
Estos espacios también son fundamentales para todo lo relacionado con la conservación. “Hoy en día la Sierra Nevada, en los picos más altos, siempre se está tratando de conservar esos espacios, para que al final no tengamos una consecuencia mayor de lo que hoy ya está pasando con el tema del calentamiento global. El tema de las actividades de los ríos, todo esto nace en unas consecuencias del mismo ser del hombre, el ser humano, por eso nosotros le damos este respeto a los sitios sagrados”.
Lee también:
Eduardo Gil puntualiza que este turismo se basa en darle a conocer a los visitantes sus riquezas, pero sobre todo en aprender a cuidar cada uno de los espacios naturales, con el objetivo de tener un mejor planeta y a la vez que el mensaje se transmita a todas las generaciones de las familias que eligen los sitios sagrados como su destino para hacer turismo.