En San Jacinto, Bolívar, el mes de agosto es sinónimo de fiesta, devoción, tradición cultura y música. Sí ¡música! Sería por esa razón que la vida o el destino, tal vez, eligieron que, Adolfo Rafael Pacheco Anillo naciera en ese mes, exactamente el 8 de agosto de 1940, en el hogar conformado por Miguel Pacheco y Mercedes Anillo, quien le puso ese nombre porque para aquellos años de días lentos, era el nombre que más se escuchaba en la radio vieja, que estaba colgada en la pared.
Adolfo Pacheco desde muy niño se inclinó por la música. Inspirado por su abuelo Laureano Antonio Pacheco, un tocador de gaita y tambor que, fue testigo de cómo un niño mulato, de apenas 6 años de edad, le cantaba una canción en ritmo de puya que tituló en su precoz español ‘Mazomorrita Crúa’, tema que después de muchos años intentó terminar, pero no pudo.
Desde niño, el compositor de ‘Mercedes’ solo quería ser músico, algo que su padre asociaba con el trago, por eso se oponía rotundamente a que su hijo siguiera por el camino de las melodías y las letras. ‘El Viejo Miguel’ tenía un famoso salón de baile, ‘El Gurrufero’, sitio donde toda la comarca iba a bailar, tomar, hablar, enamorar… Del dinero que se producía en famoso negocio, el padre de Adolfo mantenía cuatro familias, producto de los dotes de enamorado que poseía el protagonista de la obra considerada por muchos especialistas como el mejor merengue de la historia.
Para la época en que la economía de Miguel Pacheco empezó a decaer porque los recursos no alcanzaban para sostener 17 hijos, el creador de ‘Cuando lo negro sea bello’ había terminado su bachillerato en el colegio Fernández Baena y estudiaba ingeniería civil en la universidad Javeriana de Bogotá, carrera que tuvo que dejar porque la plata no alcanzaba, así que regresó a su San Jacinto querido, donde se dedicó a la docencia.
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Las actividades académicas las alternaba con la música, ya para esa época tenía muchas canciones compuestas, las cuales eran interpretadas por él y un conjunto conformado por sus amigos Nasser Sir (Guitarra), Nelson Díaz (Saxofón), Andrés Landero (Acordeón y Voz) y su compadre Ramón Vargas, con los cuales se iba de correría por los pueblos y caseríos cercanos.
Con el pasar de los años la fama de Adolfo Pacheco Anillo como compositor se fue expandiendo por la sabana y fuera de ella con temas cercanos al paseo, a la gaita, la cumbia, el porro, el pasebol, el paseíto, el chandé, el son y el merengue. Esa versatilidad es ampliamente destacada por grandes investigadores y escritores como Numas Armado Gil y Alfonso Hamburguer, coterráneos del creador de ‘El Mochuelo’.
“Adolfo Pacheco es el músico más importante, que ha tenido los Montes de María, incluso podría decir que es el creador musical, que ha llevado a la universalidad a la región”, afirma el también filósofo Numas Gil.
El periodista y folclorista Alfonso Hamburguer, describe a Pacheco como, “Un distinguido profesor, que nos ha dado lecciones de sencillez, sin proponérselo”.
Su natal San Jacinto y los siempre verdes y amañadores Montes de María fueron el escenario perfecto para que Adolfo Pacheco colocara su impronta en la historia musical colombiana con canciones como: El viejo Miguel, El mochuelo, La hamaca grande, Me rindo majestad, Gallo Bueno, El Cordobés, Mercedes, Mi Machete, El Pintor, todas descendientes de aquella puya compuesta por el Adolfo Pacheco de seis años, que solo fue aplaudida por su abuelo y nunca fue terminada.
No todo fue música
Al tiempo que Adolfo Pacheco componía y daba a conocer la cultura sabanera a través de más de 150 canciones grabadas por los más reconocidos intérpretes de la música de acordeón y por él mismo, fue docente de primaria, concejal de San Jacinto Bolívar, diputado de las asambleas de Bolívar y el departamento del Atlántico (Por el Partido Liberal y por el Partido Conservador), director del tránsito departamental de Bolívar.
El 8 de agosto del año 2022 su pueblo natal le celebró su cumpleaños número 82 con un homenaje realizado en plena plaza central, que incluyó una tarima por donde desfilaron artistas de todas las edades, experimentados y noveles, pero todos con la influencia mágica y poderosa de un hombre que supo resaltar orgulloso sus orígenes triétnicos, en cada una de sus canciones.
El festival multicultural de los Montes de María –Festimaría- también homenajeó en el 2022 al último juglar que dio el municipio que se encuentra ubicado en las estribaciones del imponente Cerro E’ Maco como presintiendo que, los homenajes se hacían en vida.
Adolfo Rafael Pacheco Anillo se fue, pero dejó un legado importante en el álbum musical Montemariano, caribe y colombiano.