Hablar de Romualdo Brito López es hablar de uno de los autores más adelantados y aventajados del género vallenato, quien empezó desde muy temprana edad a inspirarse en la naturaleza y su entorno para dar los primeros pasos en el género, donde dejó una huella imborrable.
Nació en el año 1953 en un pequeño corregimiento de Riohacha, capital de La Guajira, llamado Treinta Tomarrazón. El maestro Romualdo, como se le recuerda, falleció el 20 de noviembre de 2020 en un fatídico accidente de tránsito que se presentó en carreteras del Cesar, exactamente en el corregimiento de San Roque, municipio de Curumaní.
Y es que, de acuerdo con los registros de la Sociedad de Autores y Compositores Sayco, fueron más de 1500 canciones las que compuso Romualdo Brito a lo largo de su carrera, y que, por supuesto, recibieron la aceptación del público y de los más destacados intérpretes como Diomedes Díaz, ‘Poncho’ Zuleta o Silvestre Dangond, entre otros, que decidieron grabar algunas de ellas.
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Se dice que el legado de éxitos inició con el tema “El Dios Cantor”, un homenaje al también guajiro Leandro Díaz, y que fuera cantado por Lisandro Meza en el álbum que se tituló como la canción. Luego, en 1978 salió al mercado quizás, un corte que empezaba a darle reconocimiento y que hiciera conocida Diomedes Díaz en su juventud, junto al primer rey de reyes de la leyenda vallenata Nicolás Elías “Colacho” Mendoza, y que titularía “Así es la vida” en el álbum Dos Grandes.
A esa canción, le siguen otras incluso más exitosas que las anteriores, como es el caso de “Esposa Mía”, en la voz de Otto Serge, que es reconocida a nivel internacional; igualmente, “Parranda, Ron y Mujer”, grabada por Diomedes Díaz; o una que se conoció en 1994 y que le traería varios dolores de cabeza, “El Santo Cachón”, que hicieran Robinson Damián y Ramiro Colmenares en su época en la agrupación “Los Embajadores Vallenatos”.
Anécdotas con los grandes del vallenato
Una de las más fieles seguidoras del maestro Romualdo Brito fue su esposa, la cantante, compositora y abogada Indira De la Cruz, mujer que lo acompañó hasta el último instante y habló con él momentos antes del accidente que acabó con la vida del afamado compositor. Ella compartió una serie de recuerdos que vivió al lado de los máximos exponentes del vallenato.
“Luego de las canciones que le grabara Lisandro Meza, los más grandes empezaron a llamarlo y a solicitarle canciones, como Los Hermanos Zuleta, que interpretaron “Amor Apasionado”; Jorge Oñate, Diomedes Díaz; e incluso, orquestas internacionales como El Gran Combo de Puerto Rico o Daniel Santos, quien también cantó uno de sus éxitos”.
De esa manera, Romualdo empezó a marcar un hito en la música colombiana y por fuera del país, acumulando canciones apetecidas por todo el público y los intérpretes. Su esposa aseguró que “él decía que las canciones eran como los hijos, y que el tema que más amaba se llama “Lo Más Lindo del Mundo”, grabada por Beto Zabaleta y Orangel el ‘Pangue’ Maestre, que se la hizo a sus padres, a quienes amaba mucho”.
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Uno de esos episodios que marcó a Romualdo fue el que vivió con Jorge Oñate, quien descartó una canción que luego hiciera éxito el Binomio de Oro, en la voz de Rafael Orozco. “En esa ocasión le mandó al ‘Jilguero de América’ el tema “Contento y Enamorao” y Oñate le comentó que para la época era muy moderna y que le parecía escuchar el ritmo del merenguero Wilfrido Vargas”. Posteriormente, visitó a Israel Romero, quien se encontraba hospitalizado en Barranquilla, y le aseguró que tenía el ritmo con el que ganaría El Congo de Oro en el Festival de Orquestas del Carnaval de 1989, y así sucedió. El Binomio ganó la estatuilla y después vivió el reclamo de Oñate”.
Igual pasó con Diomedes Díaz cuando le grabó la canción que se tituló ‘Ni amigos, ni novios”, que hizo al lado de su hijo Martín Elías Díaz en el álbum La Vida del Artista, porque hubo varios músicos que no querían que llegara hasta los oídos del ‘Cacique de La Junta’, por celos o por miedo, y botaban el CD cada vez que Romualdo lo enviaba.