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Carnaval de Valledupar: desfile de recuerdos en pandemia

En medio de la pandemia del coronavirus, el presente y futuro del Carnaval de Valledupar son inciertos. 
Foto: Andrés Llamas - Radio Nacional en Valledupar.
Humberto Carrillo

En la memoria de los vallenatos perduran nombres como los de Oscarito Pupo, Evaristo Gutiérrez, Efraín Lacera, Alfredo Jácome, Bore Luque, Víctor Cohen Salazar, Marcelo Calderón, Delio Cotes, Rafael Puche, protagonistas de unos precarnavales que llegaron a competir con los de Barranquilla. 

Hace 50 años había casetas de picó con permisos de la alcaldía y se programaban más de 20 bailes privados. Famosas fueron las casetas ‘Tumba la caña’, ‘La cañaguatera’, ‘Cali bella’, ‘El tamarindo’, ‘Lucero espiritual’, ‘Josefa Matías’ y ‘La pata pelá’.

Desde sus inicios en el año 1906, el Carnaval Vallenato ha pasado por varias etapas importantes al ritmo de los cambios sociales y hoy es muy diferente de los actos que se realizaban en las ocho manzanas centrales de la pequeña ciudad de los Santos Reyes.

El presidente de la Junta del Carnaval y director del Ballet Vallenato, Carlos Calderón, relataba en 2012 en el portal Panorama Cultural, que “la historia del Carnaval Vallenato nació en una época más austera, con la iniciativa de don Oscar Pupo Martínez y el capataz de su finca, Fidel Mejía Fuentes. Ambos unidos por el interés cultural y el deseo de animar la vida local de manera trascendental formaron grupos de baile e incluso impulsaron la danza del pilón”.

Era un carnaval dividido por clases sociales. La “gente de primera” (la más adinerada) organizaba sus festividades y daba dinero a gente de “segunda y tercera” para que organizaran ––siguiendo el modelo establecido por los primeros–– sus propios festejos”, recordaba Calderón.

La primera reina fue doña Carmen Pupo de Pupo (esposa de Oscar Pupo), mientras “la gente de clases menos favorecidas se organizó y eligió a Sixta Torres, la reina del carnaval y reina de los pobres durante cuarenta años”.

Más tarde, en 1952 nació el nuevo carnaval, organizado por Víctor Cohen Salazar, Marcelo Calderón y la familia Barrios, quienes permitieron la llegada del músico Luis Antonio Cotes para formar la primera banda orquestal, ‘Los Picapiedra’, y se crearon cuatro nuevos lugares de jolgorio donde se bailaba con música de viento (trompetas, clarinetes y saxofones).

Una nueva etapa

Como aseguran algunos gestores culturales de la región, al tiempo que la ciudad fue creciendo y llegando gente de afuera con costumbres diferentes, se fue minando el espíritu del carnaval, además de la falta de voluntad de los gobernantes de turno. 

El presidente de la Fundación Valledupar, Tradición y Cultura, y exalcalde, Ciro Pupo Castro, asegura que el Carnaval de Valledupar fue primero que el Festival de la Leyenda Vallenata. “El festival nació de las parrandas y fiestas de carnaval cuando llegaban famosas orquestas nacionales e internacionales y conjuntos vallenatos, y duraban todo un mes acá. Había casetas con grandes artistas del folclor colombiano”. 

“Eran innumerables los disfraces y capuchones, había mucha maicena, guachernas, desfiles de carrozas, reinados, hasta concursos en los colegios. El festival fue acabando con el carnaval, porque todos fuimos dirigiendo la atención hacia el festival”, explica el gestor cultural.

Por su parte, el cronista Alberto Muñoz Peñaloza, en una detallada crónica en Panorama Cultural, rememora así la fiesta: “Era una faena global, la comarca disfrutaba la celebración y cada una de las actividades mostraba la fortaleza creativa, el pudor social vertido al desfogue mamagallístico y algo de la bacanería que, con el paso del tiempo, Cabrirol, Mandador, el Negro amor y otros, ‘aclimataron’ para siempre”.

“La fábrica de tubos de Efraín “concreto” Lacera, se transformaba en hervidero carnestoléndico desde el inicio de los ensayos de la tambora que convocaba ídolos del pueblo en lo futbolístico: el Mojino, Camilo, Genilberto, Ramiro, Julio Guerra, el Chiqui, uniéndose a la corte de Sanim Murcia, ese carnavalero con cara de cachaco que anidó, con su fulgor y excentricidades, para bien del auge cultural vallenato”, agrega Muñoz Peñalosa. 

También recuerda a la infatigable Lola Bolaños quien “afinaba la puntería tradicional en gracia de lo cual el pilón, como canto, danza y ritual del repentismo, se adentraba -año tras año- en el corazón de propios y visitantes”.

La época dorada 

Famosos fueron los bailes de los viernes de precarnaval, con presencia de artistas como Wilfrido Vargas, Poncho Zuleta, Jorge Oñate y Diomedes Díaz. Valledupar era paso obligado de los grandes músicos antes de llegar al Carnaval de Barranquilla.

Todo era festín hasta cuando un día apareció el vandalismo y la festividad fue suspendida por decreto. Después, en el año 2012, el alcalde Fredys Socarras apoyó la reactivación del carnaval, pero el primer desfile terminó en desórdenes y nuevamente fue suspendido.

En 2015, volvió la fiesta restringida, solo con presentación de grupos dancísticos, destacándose Nabusimaque, de Pedro Pinto; Chingalé, de Olger Baena; Ballet Vallenato, de Carlos Calderón Mejía; Ballet folclórico del Cesar, de Roger Simancas; Kucambas, de Yovani López, y grupos infantiles de Doris Moscote, con el apoyo del coreógrafo Carlos Calderón Mejía y experimentados organizadores como Rodolfo Campo Soto, Compita Jácome y Jaime Olivella Celedón.

“Hemos intentado rescatar el carnaval, pero ha faltado apoyo de las administraciones, han tratado de acabarlo definitivamente con el argumento de que genera mucho desorden. Pero hace tres años lo hicimos, concursaron 32 candidatas, estuvo muy concurrido y no hubo un solo problema, algo que fue reconocido por la misma Policía”, señala Ciro Pupo Castro, presidente de la Fundación Valledupar, Tradición y Cultura.

En efecto, en enero de 2020, el alcalde Mello Castro González, mediante decreto, autorizó las fiestas culturales del carnaval y la integración de la junta de la organización. El carnaval se realizó del sábado 18 de enero con la lectura del bando en la plaza del barrio Primero de Mayo, al domingo 23 de febrero del 2020. El slogan era ‘¡Vamos todos a gozar!’.

Carnaval en pandemia

En plena pandemia del coronavirus, el año 2021 pasó en blanco. Todos los eventos suspendidos, los picos apagados, las casetas cerradas, los vestuarios guardados, los espíritus carnavaleros en cuarentena.

Sin dejar de ser realistas, y cuando ya se vienen efectuando algunos eventos folclóricos y conciertos de manera presencial con aforos autorizados, los defensores del Carnaval de Valledupar son optimistas. 

“Aún en los barrios populares y los corregimientos siguen celebrando los carnavales, no se terminan porque es una cuestión cultural, tradicional. El carnaval les da realce a las danzas, a las comparsas, al humor popular, a la belleza femenina, lo que no hace el festival”, enfatiza Ciro Pupo. 

A esta fecha de enero de 2022, gestores culturales, artistas, promotores y empresarios, están a la espera de la decisión de la Alcaldía de Valledupar sobre la realización del carnaval y argumentan que, si se habla de reactivación, el desarrollo de esta manifestación cultural propicia la labor de pequeños y medianos comerciantes, y la llegada de turistas que consumirán los productos y servicios locales, dinamizando así la economía municipal.

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