Joaquín Nibe, líder del asentamiento nukak, ubicado en la vereda Agua Bonita, a 30 minutos del municipio de San José del Guaviare, informó que, actualmente la comunidad de esa zona se encuentra sin garantías para la atención a la salud, debido al cierre de su hospital que ya completa dos años desde inicios de la pandemia de Covid-19.
“Tuvimos un promotor en salud dentro del asentamiento, pero este falleció y no contamos con quién nos asesore para saber cómo vincularse y afiliarnos. Dos personas han muerto por tuberculosis, porque no se ha contado con la medicina para tratarla. Aún no nos brindan solución”, indicó el vocero.
En el asentamiento de Agua Bonita viven alrededor de 100 indígenas de la última comunidad nómada del país, que desde el 2005 llegaron a esa zona a raíz del desplazamiento forzado registrado en la selva del departamento del Guainía, donde habitaban principalmente.
Por su parte, la secretaria de salud del Guaviare, Martha Romero, informó respecto a esta denuncia que “ellos han recibido la atención pertinente y se ha hecho seguimiento permanente a los casos presentados, como sucedió con un brote de escabiosis y el actual de una persona que presenta tuberculosis y recibe tratamiento. En este lugar no había hospital, ni puesto de salud, lo que había era un punto de atención”.
Hasta el lugar han llegado distintas personas y entidades que, en una red de apoyo, han llevado medicinas, ropa, libros y demás ayudas para mitigar otras situaciones, como la carencia en la alimentación, que también enfrenta la comunidad. Sin embargo, como lo indicó Joaquín Nibe, el principal problema en la actualidad está relacionado a la falta de atención en salud.