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CERRAR

Cerro Cristo Rey: lugar emblemático de Villavicencio, en proceso de recuperación

Este lugar era el favorito para los eventos culturales, turísticos y religiosos, situación que empañó la delincuencia, ocasionado su abandono.
Lugares emblemáticos de Villavicencio: Cerro Cristo Rey
Foto: Cortesía de Cabildo Verde
Diana Matabajoy

En el marco del aniversario 183 de Villavicencio es menester recordar hoy al cerro El Redentor, más popularmente llamado por sus habitantes como el cerro Cristo Rey, por el monumento que lleva este nombre y que abraza a propios y turistas en lo alto de la puerta al llano. La construcción de esta escultura, según el comunicador social e investigador, Óscar Pabón, inició en el año 1948 y fue inaugurado el 30 de octubre de 1949.

Un emblemático lugar que fue declarado patrimonio cultural inmueble de la ciudad, en el decreto 353 del 2000. 

Esta obra fue levantada como un símbolo de paz frente a los años de violencia vividos tras el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, por idea del sacerdote Pedro Eliseo Achury Garavito, quien para hacerla realidad contó con el escultor Dídimo Beltrán, el arquitecto José Rama Kans y la comunidad villavicense, que cargó hasta el cerro los materiales para erigir este monumento. 

Desde su inauguración, este fue el punto perfecto como el primer mirador de la ciudad, y a medida que pasaban los años, se podía encontrar a feligreses realizando oración mientras ascendían al cerro, incluso algunos subían de rodillas a modo penitencial; o para vivir un plan familiar rodeados de la naturaleza. 

Allí también, en 1987, cerca al monumento, se construyó la concha acústica Arnulfo Briceño Contreras, lugar de importantes festivales o de eventos de la Iglesia católica como la celebración de eucaristías, a las que cada fin de semana asistían un número importante de personas. 

Villavicencio: Cristo Rey

“Yo recuerdo las misas tan bonitas que hacía allí el padre Mauricio Cuesta, eso fue ya hace más de veinte años, uno podía encontrar jóvenes que le danzaban a Dios, se escuchaban cantos de alabanza hermosos, salía uno de allí renovado”, comentó Patricia Cuellar, feligresa. 

Pero, la delincuencia empañó este bello lugar primeramente cuando el 4 de junio de 1996 fueron encontrados los cuerpos sin vida de los estudiantes Carlos Sánchez y Sandra Palma, un hecho lamentable que enlutó a la ciudad, tocando profundamente el corazón de las familias que visitaban continuamente el cerro. Años después, el 16 de abril del 2010, dos parejas fueron atacadas con armas cortopunzantes por individuos que hurtaron sus pertenencias y que cobraron la vida de dos mujeres. 

Por estos hechos, el miedo invadió a la ciudadanía y fueron disminuyendo las visitas al cerro, llevando con ello a la cancelación de eventos de distinta índole y provocando que con el paso de los años fuera quedando en el olvido. Hasta que en el 2019 el profesor Nelson Vivas y la Corporación Cabildo Verde que lidera, quienes además hace 20 años habían intervenido allí con un proceso de arborización porque amenazaba con deslizamientos, decidieron de nuevo tomar cartas en el asunto para recuperarlo. 

“Cuando visitamos el sector en el 2019 encontramos un deterioro enorme, con un promedio de rastrojo de 3 o 4 metros, que tapaba la concha acústica y el monumento”, contó Leidy Ordoñez, miembro de Cabildo Verde. 

Con este propósito, iniciaron las jornadas de trabajo de dos o tres veces a la semana hasta tenerlo como se encuentra hoy, no cien por ciento como lo que era, pero tampoco tapado de hierba y mugre. Allí también se han implementado proyectos de cultivos orgánicos, lombricultura, y el joven Jhon Henry Márquez, de la Fundación Ecoproactividad Social, estuvo realizando un performance invitando a las personas a subir a Cristo Rey. 

No ha sido fácil este proceso. A pesar que han tenido el apoyo de la administración local, a través de la Secretaría de Medio Ambiente y otras dependencias, o de colectivos sociales y ambientales que se han unido a la causa, aún falta que más ciudadanos se sumen asistiendo a las diferentes actividades tanto de recuperación, como deportivas o culturales que se programan para darle nuevamente vida a este espacio como lo fue en el pasado. 

Por otro lado, existen unas problemáticas explicadas por el concejal David Barbosa, quien también ha estado vinculado a la recuperación de Cristo Rey, e indicó “que han habido varias excusas, la primera, que algunas autoridades manifiestan que es un sector de alto riesgo donde no se puede colocar ni una caseta,  la segunda, que hay tres propietarios en el cerro y no se han puesto de acuerdo, la concha acústica le pertenece a la Gobernación del Meta, el sector donde se encuentra el monumento a Cristo Rey le pertenece a la Arquidiócesis y la zona donde funcionaba el restaurante Cachivera, le corresponde a la Alcaldía de Villavicencio, razón por la que se presenta la excusa del uno no poder intervenir en territorio del otro”

Agregó el concejal Barbosa "que no han encontrado eco en los dueños, pese a que se les ha propuesto reunirse, buscar un tercero que quiera invertir en el sector y realizar un convenio interadministrativo, por lo cual, no se ha podido avanzar con obras en el cerro y son pocos los que seguirán pedaleando para que este monumental lugar no quede definitivamente sepultado en el olvido”. 

Otra situación negativa es la percepción de la seguridad, ya que, al consultar a la ciudadanía en general sobre el arraigo por el cerro El Redentor y Cristo Rey, concuerdan en su mayoría con manifestar que lo observan de lejos y que subirían pero con un grupo grande de personas, como ha ocurrido algunos viernes santos, pero que con pocos no, porque desde el inicio de la vía que lleva al cerro, se puede ver la presencia de habitantes de calle o consumidores de sustancias alucinógenas, lo cual continúa atemorizando a las personas al intentar tomar camino para llegar hasta la cima, pese a que la Policía ronde el lugar.   
 
“A nosotros como promotores de la recuperación de Cristo Rey nos duele decir que no pueden ir porque el sector es peligroso y ver que los turistas quedan con un sin sabor, es un tema que ha sido muy complejo”, puntualizó Leidy. 

Por último, Cabildo Verde y todos los que llevan tres años sin abandonar las labores de recuperación, continuarán enfocados en esta tarea para que este cerro no vuelva a quedar en el olvido y la gente recuerde que por más de 70 años hace presencia allí aquel símbolo de paz que los acompaña desde lo alto del centro de la ciudad.  

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