En el municipio de Salamina, Caldas, las autoridades de gestión del riesgo analizan la posibilidad de decretar la calamidad pública, luego del colapso de ocho viviendas en el barrio El Playón, las cuales estaban en riesgo junto a 32 más por una falla geológica.
Gustavo Ramírez, director de la Defensa Civil en ese municipio, explicó que, aunque todo es materia de investigación por parte de la autoridad ambiental, piden celeridad en el proceso para evitar riesgos en las comunidades contiguas a este barrio.
Así mismo, manifestó que las labores de evacuación preventiva se hicieron a tiempo con el objetivo de evitar pérdidas humanas, luego del debilitamiento de las estructuras por la inestabilidad del terreno.
“Esa falla geológica viene siendo analizada por Corpocaldas, algunos dicen que es una fuga de aguas negras, pero ya serán los profesionales los que determinen y comuniquen lo que efectivamente pasa en este lugar, donde todos días una vivienda se cae por la problemática”, indicó el socorrista.
Por su parte, el alcalde de Salamina, Juan Pablo Ospina Rosas, informó que una vez evacuadas las familias del barrio El Playón, se trazó un plan de trabajo con las entidades y la comunidad para que estuvieran fuera de peligro, y evitaran el regreso a la zona.
“En los próximos días estarán en el municipio profesionales de distintas entidades para tomar decisiones de fondo frente a esta situación, que acelera el movimiento en masa de la ladera. Ya sé adelantaron los estudios topográficos e hidráulicos, y una vez concedida la autorización del Comité Municipal de Gestión de riesgo, se continuarán los trabajos en el sector”, agregó el mandatario.
El municipio ya entregó el subsidio de arrendamiento por tres meses a la gran mayoría de las familias afectadas, mientras que otras optaron por irse a la zona rural o a la casa de familiares y amigos.
Cabe resaltar que esta situación fue advertida por la comunidad desde el pasado 17 de abril del presente año, cuando las familias no solo reportaron irregularidades en sus viviendas, como grietas y debilitamiento en las estructuras, sino también el fracturamiento en la vía pública.
Ha transcurrido un mes y medio y el balance, con corte del 13 de junio, es de 90 familias evacuadas, de las cuales ocho perdieron por completo sus casas, que como efecto dominó se fueron cayendo al suelo ante la mirada de sus vecinos.