Minutos antes de iniciar la Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia, la ternada y exfiscal Amelia Pérez llegó al Palacio de Justicia a entregar su carta de renuncia irrevocable, luego de los cuestionamientos que se le han realizado en los últimos días por los comentarios de su esposo en redes sociales.
“La decisión tomada, obedece al surgimiento e interferencia de factores extraños a una tranquila y pacífica elección, los cuales han sido atravesados por episodios perturbadores, como, por ejemplo, el cuestionamiento a opiniones ajenas a la suscrita difundidas en las llamadas redes sociales, pero que, absurdamente, han sido a mi atribuidas sin fundamento alguno”, se lee en la carta.
En otro de los puntos de la carta, Pérez también señaló que tomó la decisión porque se ha afectado su dignidad “sin dejar de lado que, al parecer asistimos, la suscrita y todo mi entorno familiar, a una revictimización que parece no tener fin”.
La Corte Suprema de Justicia había aclarado que si alguna de las ternadas renunciaba, el presidente Gustavo Petro debía ternar a una nueva persona para continuar la elección.
Asimismo en esta carta, la ternada agradeció a quien mostró apoyo por su candidatura, pero mantuvo su posición de dejar la terna para proteger también a su familia.
“Debo advertir a ustedes, que en todo este penoso y vergonzoso periplo, hubo expresiones populares espontáneas que expresaron su apoyo a la posibilidad de que uno de los suyos (al menos, así lo interpreto) llegara a dirigir la Fiscalía General de la Nación en un momento histórico de este país. A ellos, gratitud perenne e infinita, y sinceras disculpas por no haber tenido la oportunidad de contribuirles, y retribuirles”, escribió.
Y concluyó expresando que “lo único que me guió desde el momento de la deferencia y el honor y honra de los que me hizo objeto el señor Presidente de la República, fue, aparte de tratar mi experiencia y conocimiento en el campo de la investigación criminal, escenario natural de la competencia de la FG, fue el de contribuir a la consecución, o al menos tratar de morigerar sus causas, de esos bienes supremos que nuestra Carta Política, consagra y protege, como son la Justicia Social y una Paz duradera para todo nuestro pueblo”.