Territorios habitados por familias, comunidades y organizaciones campesinas, orientado por un plan de vida digna, se conocen como territorios campesinos agroalimentarios. Allí hombres y mujeres construyen sus relaciones sociales y comunitarias basados en una relación directa y especial con la tierra, la naturaleza y el agua.
En los territorios agroalimentarios se desarrollan actividades como la producción agrícola, pecuaria, forestal, pesquera, así como pequeña minería combinada con agricultura, que sirven de alimentación a las familias campesinas y también a la población de las grandes ciudades hasta donde llegan estos productos.
En el departamento de Arauca, existen tres procesos de territorio campesinos, entre los que se encuentran ‘Vida y Soberanía Popular’ del municipio de Saravena, ‘Territorio Piedemonte Araucano’ en el municipio de Fortul y ‘Laguna del Lipa Soberanía y Resistencia Popular’ en el municipio de Arauquita.
“Es una apuesta que vimos los campesinos de Saravena y del departamento de Arauca, algo que nace del seno de las comunidades, ya que como campesinos no hemos sido reconocidos. Nos reunimos y vimos la forma de visibilizar el campo organizándonos como territorios campesinos”, así lo manifestó Nixon Silva, presidente del Territorio Campesino Agroalimentario, ‘Vida y Soberanía Popular’.
Este territorio en particular está conformado por más de 18 veredas, donde los campesinos se reúnen en grandes asambleas para definir las temáticas bajo las que el territorio campesino agroalimentario se va a fundamentar.
Surgen como una herramienta empleada por los campesinos en diferentes lugares del país, como respuesta a un proceso de movilización nacional que se dio en el año 2013, y en el que las familias campesinas salieron a exigir sus derechos, argumentando que estos les han sido vulnerados por años a través de tratados internacionales, los cuales han afectado de manera directa su trabajo y su economía.
Estos espacios reconocen la territorialidad campesina, así como lo han logrado los indígenas y las comunidades afrocolombianas, reconociendo al campesino como sujeto de derechos, fortaleciendo los procesos organizativos mediante la defensa del territorio, y teniendo como objetivo garantizar la permanencia en el mismo, protegiendo la vida y la cultura campesina.
Caravanas de carrozas llenas de productos agrícolas y mercados campesinos en puntos estratégicos, son algunas de las estrategias que los productores de estos territorios usan para visibilizar su apuesta por la defensa del territorio y la soberanía alimentaria.
“Nosotros día a día nos esforzamos por aprender nuevas técnicas para cosechar productos más orgánicos, lo que queremos es producir para la vida, que nuestros productos no tengan nada de químicos, ya que esto es lo que está afectando la permanencia humana”, comentó Nixon Silva.
Los líderes de estos territorios manifiestan que los campesinos que deseen ser parte de esta iniciativa, deben tener sentido de pertenencia por la tierra, pensando en alternativas para cuidar los cultivos y el medio ambiente, así como la consciencia de trabajar en comunidad y en pro de todos los ciudadanos, desde los que viven en la zona rural hasta los que se encuentran en las grandes ciudades, pues lo que ellos prodiucen llega a la mesa de las distintas familias colombianas.