El calor, el ambiente festivo y el fervor de los hinchas son muchos los factores que han sido determinantes para que Barranquilla lleve 38 años siendo la casa de la Selección Colombia, desde que fue inaugurado el estadio Metropolitano Roberto Meléndez, en mayo de 1986.
Son varios los logros conseguidos por la ‘Tricolor’ jugando en el ‘Metro’. El primero de ellos fue el de la clasificación al Mundial de Italia 1990, la cual obtuvo luego de superar a Israel en una serie de ida y vuelta que abrió ganando 1 – 0 en Barranquilla con gol de Albeiro Usuriaga.
Luego vendrían otras gestas, como la eliminatoria y posterior clasificación al Mundial de Estados Unidos 1994, que llenó el estado durante los partidos jugados por la Selección como local en el “Metro” para ver a íconos como Faustino Asprilla, el “Pibe” Valderrama, Andrés Escobar, entre otros.
La Selección Colombia ha tenido momentos de esplendor, como aquella victoria 2-1 ante una Argentina que venía de ser subcampeona del mundo y que ostentaba un largo invicto. Con un gol del ‘Tren’ Valencia y otro antológico de Iván Rene Valenciano se desató la locura aquel 15 de agosto de 1993.
Después llegaría la eliminatoria al Mundial de Francia 1998, la inauguración y 6 partidos de la Copa América 2001, la despedida del ‘Pibe’ Valderrama en 2004, las dos clasificaciones consecutivas a los Mundiales de 2014 y 2022, siendo Barranquilla y su estadio pilares fundamentales, a juzgar por quienes han participado de aquellos triunfos.
En innumerables ocasiones, el exentrenador de la Selección Colombia Francisco Maturana ha destacado no solo las instalaciones del estadio Metropolitano, sino también el empuje de la hinchada barranquillera en momentos de apremio.
En cuanto a esto último, el uruguayo Sebastián Viera, leyenda y excapitán del Junior de Barranquilla, considera que condiciona mentalmente a los jugadores rivales cuando enfrentan a la Selección. “Para el jugador de otra selección, que cuando va a jugar contra Colombia y tiene que ir al calor de Barranquilla, ya viene asustado, ya viene preocupado, no solamente por el juego de Colombia, sino que viene preocupado por el calor, por la hora que se juega, por la deshidratación”, dijo en declaración para Caracol Radio.
A los factores anteriores se suma también la alegría y la espontaneidad propia del barranquillero, la cual determina el ambiente en torno a la Selección y la amabilidad con que se reciben a los hinchas que vienen de otras ciudades o, inclusive, a los jugadores rivales.
Las horas previas a cada partido son agitados por personas del común que visten prendas alusivas a la ‘Tricolor’, vendedores y comerciantes que ofrecen todo tipo de productos para los hinchas. Además, la Alcaldía suele decretar tarde cívica a partir del mediodía cada vez que hay juego en Barranquilla para favorecer la movilización de la gente, e instala pantallas en las localidades de la ciudad para que todos puedan acompañar al equipo patrio.
Todo este movimiento repercute en la economía de la ciudad. Según la Asociación Hotelera y Turística de Colombia (Cotelco), cada partido de la Selección Colombia dispara la ocupación hotelera hasta el 93%. Y según datos de la propia Alcaldía de Barranquilla, el número de visitantes aumenta un 10% mientras que la ciudad obtiene ganancias por el orden de los 16.000 millones de pesos.