Freddy Rincón fue uno de los referentes del fútbol colombiano y uno de los ídolos de toda una generación de hinchas, que vibraron con el gol que le marcó a Alemania en el Mundial de Italia 1990 y es considerado el gol más importante que marcó la Selección Colombia. Es cuestión de percepción, pero siempre quedará en la retina de los verdaderos aficionados al fútbol.
Nació en Buenaventura, Valle del Cauca, una tierra afectada por la pobreza y falta de oportunidades. Rincón era parte de una familia de ocho hermanos, la gran mayoría jugaba al fútbol y en sus propias palabras, muchos de sus hermanos jugaban mejor que él. De hecho, hacía referencia a su hermano Rafael, de quien decía jugaba mejor, pero en el puerto le pagaban un sueldo que le daba para vivir y tuvo que dejar de lado el fútbol. Freddy se fue de frente a cumplir un sueño y fue el único que triunfó con el balón.
“Eso es trabajo, disciplina, orden, creer en mí, no perder el hambre siempre por mucho que se haya conseguido. Ese es un resultado de todo eso”, fueron las palabras de Freddy sobre las razones que lo llevaron al profesionalismo en el fútbol.
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Como todos los jóvenes de su generación, su sueño era jugar en el América de Cali. Allí se probó, pero no le pusieron mucha atención y se devolvió a la escuela de su ciudad con todas las ilusiones apagadas. El entrenador de esa escuela, que alternaba trabajo como agente de aduanas en Buenaventura, fue el que le consiguió esa posibilidad de probarse en Independiente Santa Fe, en Bogotá, donde no la pasó muy bien al principio por el frío y la soledad, pero donde después triunfó y se convirtió en ídolo.
Debutó como profesional en 1987 en un partido de Santa Fe contra Atlético Bucaramanga. El técnico del equipo cardenal era Jorge Luis Pinto, que le ayudó a forjarse en carácter. Tanto que, en ese partido de debut, salió expulsado.
En el exterior fue el primer colombiano en estar en el Real Madrid, un sueño de muchos jugadores del mundo. Desafortunadamente no le fue tan bien, porque fue víctima del racismo de la época, que no le permitió concentrarse en su juego. En el país donde más triunfó fue en Brasil, donde jugó en clubes como Palmeiras, Corinthians, Santos y Cruzeiro, todos considerados como grandes de ese país.
Desafortunadamente su vida como futbolista se vio opacada por una orden de captura de la Interpol por presuntos vínculos con el narcotráfico. Rincón fue acusado de ser testaferro de una organización de narcotraficantes comandada por Pablo Rayo Montaño, arrestado en Brasil en mayo de 2006. Nunca se le pudo comprobar nada y terminó libre, pero con ese lastre en su vida.
Lo intentó como técnico y también como asistente, pero no triunfó tanto como lo hacía en la cancha con el balón a sus pies. Fredy Rincón dejó el recuerdo como uno de los más grandes del fútbol de Colombia y el ‘coloso’ seguirá reviviendo el recuerdo de los hinchas que se lamentan por su partida.