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Después de 32 años, los Dodgers ganan su séptima Serie Mundial

Los mexicanos Víctor González y Julio Urías (Dodgers de Los Ángeles) y el cubano Randy Arozarena (Rays de Tampa Bay) fueron el toque latino.

EFE

Los Dodgers de Los Ángeles consiguieron el sexto juego, el título de la Serie Mundial, el séptimo de su historia y el primero desde 1988, después de haber llegado al Clásico por tercera vez en las últimas cuatro temporadas.

El título de este año los Dodgers lo sumarán a los que la franquicia ganó en 1955, 1959, 1963, 1965, 1981 y 1988, pero que se ha convertido en el más deseado y esperado después de haber sido el equipo dominante de la Liga Nacional durante los últimos ocho años, como lo demuestran los ocho banderines consecutivos que tienen de la División Oeste, en sus vitrinas.

Los Dodgers registraron el mejor récord en las mayores durante esta temporada, reducida a 60 partidos de los tradicionales 162, debido a la pandemia del coronavirus.

El equipo angelino del Viejo Circuito tuvo que superar su peor momento durante la Serie de Campeonato de la Liga Nacional cuando estuvieron abajo con 1-3 frente a los Bravos de Atlanta, a los que al final eliminaron (4-3).

Sin embargo, los Dodgers reivindicaron el poder ofensivo demoledor y su gran pitcheo para conseguir los tres triunfos consecutivos que los puso en la Serie Mundial por vigésima cuarta vez en su historia

El piloto Dave Roberts y los Dodgers perdieron la Serie Mundial en 2017 y 2018 frente a los Astros de Houston (3-4) y Medias Rojas de Boston (1-4) antes de ganar este título en sede neutral, el ‘Globe Life Field’ en Arlington (Texas), convertido en un campo burbuja.

Por primera vez en la historia de la Serie Mundial, las Grandes Ligas decidieron jugarla en sede neutral. Aunque no tan neutral para los Dodgers, ya que tuvieron la ventaja de disputar en la misma toda la Serie de Campeonato, lo que hizo que su adaptación al nuevo campo de los Vigilantes de Texas, que estrenaron esta temporada, fuese mucho mejor que la de los Rays.

El equipo de Tampa Bay, que disputó su segunda Serie Mundial, con sendas derrotas, la primera en el 2008 contra los Filis de Filadelfia, llegó de jugar toda la Serie de Campeonato de la Liga Americana contra los Astros, en el Petco Park, de San Diego.

Esta vez la “burbuja" en Arlington fue el escenario en donde los Dodgers vencieron por 3-1 a los Rays en el que fue el decisivo partido después de haber estado arriba con 0-1 hasta la parte baja de la sexta entrada, cuando el abridor estelar, el zurdo Blake Snell, fue retirado del montículo a pesar de haber cedido solo dos imparables.

La coronación de los Dodgers les permitió convertirse, entre otras hazañas, en el octavo equipo de la historia de Grandes Ligas en completar un ciclo de campeonatos entre padre e hijo.

El jardinero central de los Dodgers, Cody Bellinger, es el segundo de su familia en ser campeón del Clásico de Otoño. Su padre Clay ganó dos anillos con los Yanquis de Nueva York, dirigidos por Joe Torre, en 1999 y el 2000.

Entre las ocho parejas padre-hijo que han ganado títulos de Clásico de Otoño, hay dos dúos dominicanos como son Pedro Borbón padre (Rojos de Cincinnati, 1975 y 1976) y Pedro Borbón hijo (Bravos de Atlanta, 1995), además de Julián Javier (Cardenales de San Luis, 1964 y 1967) y Stanley Javier (Atléticos de Oakland, 1989), que se unieron a las de Ray/Bob Boone, Sal/Drew Butera, Dave/Chris Duncan, Jim/Mike Hegan y Ed/Scott Spiezio.

El toque latinoamericano

La serpentina que mandaron desde lo alto del montículo los zurdos mexicanos Víctor González y Julio Urías, por los Dodgers de Los Ángeles, y el poder del bate del cubano Randy Arozarena, por los Rays de Tampa Bay, sazonó con un sabor latinoamericano el último partido de la Serie Mundial.

Una de las claves de la victoria de los Dodgers estuvo en la gran labor que realizó su bullpen, encabezado por González y Urías, con sus serpentinas de alta clase, que fueron las que hicieron posible el silenciar a la ofensiva de los Rays, lo que les permitió quedarse con el triunfo y el rescate, respectivamente.

González (1-0), quinto lanzador de siete que los Dodgers mandaron al montículo, trabajó perfecto una entrada y un tercio, retirando a tres bateadores por la vía del ponche. El zurdo, nativo de Veracruz, de apenas 24 años, concluyó su tarea con 18 lanzamientos, 12 los mandó a la zona del strike, contra cuatro bateadores.

Urías, también de 24 años, nativo de Culiacán, trabajó dos episodios y dos tercios, para sacar los siete outs que le correspondía, retiró a cuatro bateadores por ponche. Como cerrador, Urías realizó 27 envíos, 19 los puso en la zona escondida del strike, contra siete bateadores enemigos.

Los relevistas, el dominicano Pedro Baez y el venezolano Brusdar Graterol, de 22 años, dos tercios de entradas, cada uno, sin permitir anotación.

Por los Rays, su única respuesta fue a través de uno de sus más importantes toleteros, Arozarena (3), que pegó su tercer jonrón en la Serie Mundial. Arozarena mandó la pelota a la calle en el primer episodio al cazar los envíos del abridor Tony Gonsolin, sin corredores por delante.

El cubano conectó dos veces en cuatro viajes a la caja de bateo, y terminó con una carrera remolcada y pisó una vez la registradora, con su batazo de cuatro esquinas.

Arozarena, de 25 años, dejó en .364 su promedio de bateo en la Serie Mundial y ayudó a establecer varias marcas históricas. Con su jonrón frente a Gonsolin, amplió a 10 los cuadrangulares que ha pegado en lo que va de la competición de los playoffs, mejorando aún más la marca que ya tenía en su poder con nueve, desde el quinto juego.

Arozarena ya había quebrado la marca de Derek Jeter (23, Yanquis, 1996) de imparables para un novato en un año de playoffs/Serie Mundial. Y lo hecho este martes, amplió a 64 su propio récord de total de bases alcanzadas en una postemporada.

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