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El grito de gol en la voz de una mujer

En un espacio tan masculinizado como el fútbol, las mujeres han demostrado con creces que tienen todas las capacidades para ocupar otros roles en el deporte rey.
Diego Cuervo Escobar

“La lleva Usme por la franja derecha, combina con Leicy Santos, buscan el espacio en la defensa Argentina, pica Linda, pica Linda, aquí puede ser, se acerca al arco, dispara….¡Gol! ¡Gol! ¡Gol! ¡Gol! ¡Gol! ¡Gol de Colombia! ¡Gol de Colombia! ¡Gol de Linda Caicedooooo! Colombia tiene 1, Argentina 0, y se clasifica al campeonato del mundo”.

El ‘gol’, el grito de júbilo en el fútbol que invade tribunas de estadios, casas o calles enteras. El éxtasis de un deporte que puede unir a cientos de corazones. Esa exclamación que invade a los hinchas de alegría es, durante las transmisiones radiales o televisivas, el momento más importante para un narrador. Ellos se convierten en el puente entre el partido y el espectador, son los encargados de llevar las emociones con su voz y describir con palabras lo que está sucediendo en la cancha.

En Colombia son recordados excelsos narradores como Jorge Eliecer Campusano, Francisco ‘Paché’ Andrade, Benjamín Cuello o Edgar Perea, pero ahora, y cuando el fútbol femenino en Colombia pareciera estar en su mejor momento (por los resultados de las selecciones Sub 17, Sub 20 y mayores), las mujeres narradoras y comentaristas paralelamente han mostrado su talento y conocimiento.


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¡Rueda la pelota!

Una de ellas es María Alejandra Velásquez, una joven de 22 años que, con trabajo y preparación, se ha ido ganando un puesto en los panales deportivos de diferentes medios de comunicación para acompañar con su voz las gestas del fútbol femenino en nuestro país.

Aunque Alejandra nunca había escuchado a una mujer narrando fútbol, su pasión por el deporte la llevó desde muy pequeña a incursionar en el campo. La sala de la casa y la habitación fueron sus primeros ‘puntos de transmisión’. Sus primeros oyentes, por supuesto, sus papás y su hermano.

“Mi primer micrófono era el control del televisor. Practicaba solita o molestando con mi familia. Mi hermano, que es menor que yo cuatro años, siempre tuvo el chip futbolero, así que los dos despertamos esta pasión”, cuenta María Alejandra.

El fútbol le “encantaba”, pero el periodismo “era su pasión”. Por eso decidió estudiar comunicación social, una carrera que le permitiría “juntar unas de las dos cosas que más le gustan en la vida”, frase muy parecida con la que iniciaba los partidos el icónico narrador colombiano William Vinasco Ch:

“Aquí estoy narrándole fútbol, una de las tres cosas que más me gusta hacer en la vida (…) Hagan su juego señores…”

Fue así como en el 2019, María Alejandra decidió ponerse los audífonos, empuñar el micrófono y comenzar a relatar, una labor que para algunos parecerá sencilla, pero que requiere de concentración, fluidez verbal, entonación, fuerza en la voz y, ante todo, mucha pasión, “así el partido no sea el más emocionante”, como señala la joven narradora.

“Cuando inicié la universidad una profesora nos preguntó: bueno, ¿ustedes por qué están aquí? Y yo misma me pregunté qué quería con el periodismo. Así que me decidí a hacer algo que me daba nervios porque en ese momento el periodismo deportivo femenino no tenía tanto auge como ahora, pero dije ¡Vamos a romper los esquemas!”, recuerda ella.


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Detrás de la pantalla y la radio

“Por nada del mundo se puede tomar agua fría antes de narrar. Y, súper importante, mínimo 20 minutos antes hay que calentar la voz, hacer ejercicios para que la hora del partido esté lista y afinada porque el desgaste durante las transmisiones es bastante”, recomienda María Alejandra a la hora de prepararse antes de narrar un partido.

El fútbol ha tenido un desarrollo constante desde 1863 cuando se oficializaron las primeras reglas del fútbol en Inglaterra, y la narración de los partidos tampoco ha sido ajena a esa evolución. Según la investigación ‘La narración de fútbol en Colombia: voces y estilos’, de Daniel Gómez Echeverri publicada en 2008 por la Universidad Javeriana, la llegada de la radio a Estados Unidos en 1920 consolidó la narración del fútbol, pero por aquella época “los comentarios deportivos se fijaron en contar las situaciones que vivió su pueblo día a día”.

Hoy por hoy, los narradores y narradoras, como María Alejandra, no se limitan únicamente a ‘cantar los goles’, sino que describen cada una de las situaciones del encuentro, por mínimas que sean; aportan comentarios, conocen la historia de los equipos y de los jugadores, para lo cual deben prepararse teórica y físicamente.

“Antes de cada partido siempre armo mi plantilla táctica con los nombres de los jugadores, sus posiciones y los suplentes. Hay que contextualizarse muy bien para no cometer errores. Cuando se transmite para radio hay que ser mucho más descriptivo, hay que ubicar constantemente la pelota en el campo, dar el marcador, el tiempo de juego. La narración tiene que transmitir emociones, tienes que hacerle sentir al oyente que está en el estadio”, señala la relatora.

Para llegar a esa descripción minuciosa algunos apelan a técnicas literarias, otros a términos coloquiales. Unos son más rápidos que otros, varios narran en primera persona, se vuelven parte de la historia con frases como “no lo puedo creer” o “esto no lo quiero ver”. Pero en general, el narrador colombiano, como esta joven promesa femenina de la narración deportiva, se caracteriza por su efusividad y emotividad al momento de relatar, en cada instante, así el balón esté en la mitad de la cancha y no haya peligro de gol.

La voz femenina de Colombia

Así llaman algunos a María Alejandra, quien en todas sus transmisiones no se guarda nada, deja todo el compromiso por su profesión y por quienes están escuchándola.

Colmundo Radio y Más Allá del Deporte, medios en los que ha tenido la oportunidad de narrar, han sido testigos de ello. Sueña con llegar a la televisión y convertirse en una referente de la narración en Colombia, sin embargo, también anhela que otras mujeres consigan el mismo objetivo y el fútbol femenino gane cada vez más adeptas y adeptos. Para ello se atreve, humildemente, a dar algunos consejos.

“Todo se puede aprender, nadie nace aprendido, cuando tú tienes voluntad es mucho lo que se puede lograr. Se debe tener mucha vocación ya sea para narrar desde un estadio, una cabina de radio o desde la sala de tu casa”.

Y claro, es una profesión que requiere de sacrificios, pues habitualmente el fútbol se juega los fines de semana y es cuando los narradores tienen más trabajo, dejando de lado momentos en familia. Aun así, María Alejandra sigue con su objetivo claro y tiene como ejemplo a la argentina Lola del Carril, la primera mujer en relatar un partido masculino de la primera división del fútbol argentino. Un hecho histórico en el país austral.

“La narración femenina de fútbol se ha abierto muchos espacios, sobre todo en la radio. Se han cerrado muchas brechas y eso es satisfactorio, motivante. El reto es llegar a la TV, como Lola”.

En un espacio tan masculinizado como el fútbol, mujeres como María Alejandra demuestran que ellas tienen las capacidades y merecen ocupar otros roles dentro del ‘deporte rey’, ya sea como narradoras, comentaristas, directoras de programas, etc. Al final, la ‘novela del fútbol’ debe ser leída y contada por todos.

 

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