La corrupción, el recrudecimiento del conflicto armado en el territorio, la inflación, la pandemia, la pobreza y el desempleo fueron factores determinantes en esta crisis que atraviesan los hogares araucanos. Según el más reciente informe entregado por el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas en Colombia un 30% de la población colombiana en total sufre de inseguridad alimentaria moderada y severa, equivalente a 15.5 millones de personas.
Dentro de los departamentos con más prevalencia están: Córdoba (70%), Sucre (63%), Arauca (62%), Cesar (55%), Bolívar (51%), La Guajira (50%), Putumayo (48%), Chocó (45%) y Norte de Santander (40%), es decir, las zonas con más altas cifras entre junio y noviembre de 2022 son la región Caribe, Pacífico y el nororiente colombiano fronterizo.
Este resumen ejecutivo de evaluación de seguridad alimentaria para población colombiana indica que, “entre 2021 y 2022 se registró un aumento de 56% en el total de víctimas de confinamiento y un aumento de 12% en el número de víctimas por desplazamiento masivo, agregando más personas a la población internamente desplazada de Colombia que asciende a 5,2 millones de personas – la cuarta más grande del mundo. En varias partes del país los grupos armados no estatales (GANE) están expandiendo su control territorial, lo que somete a las comunidades locales a condiciones que dificultan el acceso a alimentos”.
Arauca en la región Orinoquía, así como La Guajira, Bolívar, Atlántico, Magdalena, Córdoba y Cesar en el Caribe y Chocó en el Pacífico, han sufrido durante los últimos meses factores relacionados con la ola invernal y los fenómenos naturales lo que también ha generado la seguridad alimentaria y nutricional impactando a poblaciones en gran parte del territorio nacional.
Según este informe, “solo durante octubre del 2022, 131.000 personas resultaron damnificadas por inundaciones, ocho veces más que en el mismo mes reportado en 2021 (15.334)”, a su vez que, “el porcentaje de hogares comiendo menos de 3 veces al día aumentó de 11% antes del inicio de la pandemia a 32% en Julio de 2020 – una cifra que se mantiene en 26% (noviembre, 2022)”.
Si hablamos en términos de consumo a manera general el 40% de la población en el país consume alimentos dos veces al día o menos, es decir, hogares donde poco se consumen productos como lácteos, verduras o carnes, siendo Arauca con el 14% el segundo departamento de Colombia con más bajo porcentaje de consumo de este tipo de alimentos proteínicos, cifras que acompaña Sucre con 16% y Magdalena 12%.
Según César Gutiérrez, profesional de apoyo de la Universidad Nacional de Colombia, indica que la mayoría de productos que se consumen en la región son los carbohidratos y en un bajo índice de consumo están las proteínas.
Iniciativas para contrarrestar brechas de inseguridad alimentaria en Arauca
Por su parte, Ana María Romero Hernández, coordinadora de proyectos en la Universidad Nacional sede Orinoquía, resalta que, en conjunto con el programa mundial de alimentos, vienen aportando desde el año 2018 estrategias importantes para contrarrestar esas brechas de inseguridad alimentaria y nutricional en Arauca y Casanare. Así mismo, se ha logrado llegar con estas iniciativas a poblaciones vulnerables por este factor como indígenas, migrantes y de bajos recursos.
“Tenemos una estrategia para la recuperación temprana, medios de vida y fortalecimiento de capacidades donde el enfoque principal es la producción de alimentos para que aquellas familias que son afectadas por la inseguridad alimentaria, confinamiento o por emergencias climáticas, puedan abastecerse de sus propios alimentos y poner en marcha estrategias de conservación”, indica Romero.
Frente a este informe del PMA, Romero señala que, “de acuerdo a esta posición de Arauca en un contexto nacional, se debe comprender la condición particular del departamento, factores que se han identificado durante el desarrollo de estos proyectos como el poco acceso a la educación sobre la alimentación saludable y las condiciones nutricionales para cada etapa vital, se ha encontrado que en la mayoría de la población infantil hay bajas tallas, sumado a la informalidad laboral que no permite adquirir productos ricos en nutrientes para garantizar una alimentación balanceada”.
Las víctimas del conflicto, una de las poblaciones más afectadas
Si nos fijamos en las características socio demográficas correlacionadas con la seguridad alimentaria encontramos que, los hogares de las víctimas del con¬flicto armado es uno de los principales grupos poblacionales más afectados con un 29%, por ello a través de inversión PDET y recursos de paz, se han mantenido programas y proyectos productivos como el liderado por la Agencia de Renovación del Territorio:
Un ejemplo de ello es la entrega de más de 2 mil gallinas ponedoras a beneficiarios del proyecto PDET de Huertas Agroecológicas en Fortul, Arauca, con una inversión de $884 millones por medio del liderazgo de la Agencia de Renovación del Territorio (ART) subregión Arauca, con esto, desde el Pilar 6 de Reactivación Económica, se ejerce el acompañamiento y apoyo al proyecto y a las 72 familias beneficiarias de 53 veredas.
Esta entrega se llevó a cabo después de la transferencia metodológica que busca la generación de alimentos de autoconsumo dirigido a 72 familias beneficiarias; así como mejorar la competitividad de las principales actividades económicas del territorio.
Heberth Muñoz es un joven de 25 años que, junto a su familia, a través de este proyecto ha logrado la siembra de verduras como tomate, pepinos, brócoli, perejil, pimentón, cilantro, coliflor, caraotas, yuca, plátano, lulo, y plantas aromáticas. “Hacer parte del proyecto de huertas me permite junto a mi familia sembrar y consumir de nuestra tierra, así como comercializar verduras y ahora, con las gallinas se fortalece nuestra calidad de vida”, señaló Muñoz, beneficiario de la vereda Caranal en Fortul.
Fortalecer al sector campesino con estrategias para que el productor pueda incrementar sus ventas y el campo pueda ser protagonista en la economía local y nacional, incentivar las prácticas como huertas caseras y rescatar la educación sobre nutrición en las escuelas y hogares, son las posibles soluciones que plantean los profesionales para superar la crisis alimentaria que vive el territorio araucano.