La infancia y adolescencia son etapas importantes en el desarrollo del ser humano. Cuando el tiempo del juego, estudio y ocio es reemplazado por trabajo, constituye una violación a sus derechos fundamentales, así lo considera la Organización Internacional del Trabajo - OIT, quienes añaden que el trabajo infantil puede causar daños físicos y psicológicos permanentes e interfiere con la escolarización de los niños, niñas y adolescentes que lo practican.
Es ahí cuando surge la necesidad de combatir esta práctica desde diferentes ámbitos y enfoques, siendo el social uno de los que más se ha trabajado, mientras que el académico no ha tenido la misma exposición. Este último, de acuerdo a la Unesco, es clave para detectar y caracterizar los casos de trabajo infantil de forma más eficiente.
Según el DANE y el ICBF, entre octubre y diciembre de 2021, 508 mil menores entre los 5 y 17 años cumplían al menos una de estas características que clasifican como trabajo infantil:
- Ser menor de 15 años y estar trabajando.
- Que su edad esté entre los 15 y 18 años y efectúa trabajos en actividades catalogadas como nocivas o peligrosas por el Ministerio del Trabajo.
- Realizan actividades relacionadas con oficios del hogar que superen las 15 horas semanales.
En esta misma encuesta, el 40% de los menores aseguraron que una de las motivaciones por las que trabajan es, participar activamente en la actividad económica de la familia. En otras palabras, apoyan el emprendimiento familiar en áreas como la agricultura, ganadería, caza, silvicultura, pesca, comercio o reparación de vehículos. Industrias en las que mayormente sus padres o cuidadores deciden incursionar.
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Otra de las principales motivaciones, con un 30% de los encuestados, es tener su propio dinero para solventar sus gastos. En este caso se trata más de un tema de independencia financiera que va ligado con las pautas de crianza en el hogar relacionadas con el manejo del dinero y normalmente tiene el acompañamiento familiar.
Actividades para detectarlo en la escuela
Además de proveer competencias académicas, las escuelas y colegios también abordan competencias sociales que ayudarán al adulto del futuro a desempeñarse como un ciudadano apto. De tal manera que, las instituciones educativas pueden y deben trabajar para combatir el trabajo infantil, pues aquellos estudiantes que no ingresan al sistema educativo, se retiran o no permanecen durante el tiempo total establecido, difícilmente podrán hacer una inserción laboral equitativa.
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Para tal fin, la Unesco, en su cartilla de capacitación ‘¿Qué hacemos desde la escuela por el trabajo infantil?’ presenta estas cuatro actividades que permitirán a los docentes realizar una caracterización de sus estudiantes, reconocer los casos presentes en sus aulas y, sobre todo, dar un manejo asertivo.
Se propone que estás actividades se desarrollen en conjunto entre docentes y directivos y se lleve registro de toda la información, reacciones, comentarios, opiniones y discusiones de los docentes.
Actividad 1: ¿cómo construyen los docentes el conocimiento sobre sus alumnos?
Objetivos de la actividad:
- Reconocer y revisar aquellas estrategias que los docentes ponen en práctica cotidianamente en el abordaje de sus respectivos grupos de alumnos.
- Reflexionar sobre las formas de conocer que aplican.
- Relacionar estas modalidades con las expectativas que genera a diario el vínculo docente-alumno y que inciden directamente en las formas de enseñar y de aprender.
Desarrollo: pensar en 10 alumnos, cinco niños y cinco niñas y anotar sus nombres en un cuadro de doble entrada. La segunda columna deberá completarse con una característica que defina la personalidad de ese estudiante. Una vez terminada la lista, se elige a un docente para que lea la información.
El debate se abre para identificar:
- Formas similares de nombrar o referir a los alumnos.
- Las particularidades que se destacan por sobre otras a la hora de referirse a ellos.
Nuevamente se pide a los docentes que agreguen otra característica, pero teniendo en cuenta una particularidad de cada estudiante cuya detección merezca de un tiempo mayor de reflexión por parte del docente. Por último, se invita a reflexionar sobre esos conocimientos inacabados acerca de los alumnos.
Actividad 2: identificación de las distintas modalidades de trabajo infantil.
Objetivos de la actividad:
- Lograr que surjan las diferentes miradas que poseen los docentes acerca del trabajo infantil.
- Hacer un listado de las diferentes formas de trabajo infantil reconocidas durante el ejercicio.
- Detectar aquellas modalidades de trabajo infantil no reconocidas como tales para incorporarlas en el momento de la puesta en común.
Desarrollo: conformar grupos de docentes procurando que haya diversidad entre sus miembros y solicitar a cada grupo que improvise una dramatización, de cinco minutos aproximadamente, en la que se hable del trabajo infantil. Esta deberá abordar exclusivamente situaciones reales vividas o conocidas por los docentes en su cotidianidad.
Los coordinadores de la actividad deben evitar que los temas elegidos se repitan, de manera que el ejercicio permita dar cuenta de situaciones diferentes.
Una vez todos los grupos hagan su representación, se crea una lista con las modalidades de trabajo infantil reveladas a partir de las dramatizaciones para analizar el papel de docentes, familia, directivos y el resto de los alumnos del curso.
Actividad 3: ¿cómo se aborda desde la escuela una situación de trabajo infantil?
Objetivos de la actividad:
- Identificar aquellas cuestiones que se consideren más problemáticas en cuanto a la experiencia escolar del niño que trabaja.
- Señalar a partir de las diferentes experiencias las estrategias o los modos de cómo se enfrentó la situación.
- Identificar al conjunto de actores involucrados en el abordaje del problema y determinar a los ausentes.
- Compartir las diferentes experiencias para mejorar el tratamiento del problema.
Desarrollo: entre las situaciones de niños trabajadores que el grupo de docentes y administrativos conoce, elegir una experiencia que resulte significativa, es decir, que contemple, por ejemplo, situaciones de trabajo infantil a temprana edad, que impliquen esfuerzo físico importante, que denoten una carga de responsabilidad familiar preocupante o que sean amenaza para la deserción.
Solicitar a un integrante por grupo que describa el caso elegido y una vez analizados los diferentes casos, responder las siguientes preguntas:
- ¿Qué sensaciones y sentimientos despierta en el docente la situación que se está analizando?
- ¿Cómo actuó el docente y la institución en ese caso particular?
- ¿Cuáles fueron las estrategias que se pusieron en práctica?
- ¿Con qué periodicidad el docente o la escuela se ocuparon de la situación?
- ¿Cómo se desarrolló el diálogo entre la institución y la familia del estudiante?
Teniendo en cuenta que los resultados logrados pueden haber contribuido a mejorar, empeorar o mantener sin cambios la situación.
¿Cuáles considera usted que han sido los ejes más acertados de la propuesta y cuáles han sido las estrategias equivocadas y que merecen una revisión?
Actividad 4: los prejuicios que rodean al trabajo infantil.
Objetivo:
- Identificar los prejuicios presentes en la sociedad alrededor del trabajo infantil.
Desarrollo: muchas veces los prejuicios (juicios a priori, elaborados superficialmente), sobre problemas sociales graves como el trabajo infantil, evitan un análisis profundo, que identifique orígenes, consecuencias, responsabilidades y propuestas de resolución. A partir de una crónica periodística sobre el trabajo infantil en el país, ya sea audiovisual, podcast o escrita, reflexionar sobre:
- ¿En qué medida los prejuicios están presentes en la escuela?
- ¿Cómo enfrentar los problemas distanciándonos de los prejuicios?
Si quieres conocer más sobre este y otros temas que involucran la dinámica escuela - familia, no te pierdas nuestra franja ‘Un país muchas familias’, en Exploremos, un espacio para aprender.