La crisis del Covid-19 obligó a explorar nuestros territorios en busca de iniciativas culturales y tradicionales. Una de ellas la encontramos en la vereda El Águila, corregimiento de Anaime, en Cajamarca (Tolima), donde campesinos crearon el Museo del Campesino para contar su historia y cultura. Herramientas de trabajo, documentos, fotografías hacen parte de la exposición del lugar, donde además se pueden adquirir algunos de sus productos.
El museo fue registrado el 28 de mayo de 2018 ante el Ministerio de Cultura. La colección que allí reposa está organizada en cinco ejes temáticos, brindando al público el contexto histórico del trabajo campesino. Entre las piezas más antiguas se destacan un molino americano de 1906, una lámpara coleman, un pilón de piedra que utilizaban los indígenas y una plancha de carbón, que aunque en 1887 apareció la primera plancha eléctrica, esta siguió siendo utilizada un siglo después en esta zona de Colombia hasta los años 80 cuando llega la red eléctrica.
La pieza simbólica del museo es la Romana, un invento de más de dos mil años que no ha sido reemplazado hasta la fecha por ningún artefacto similar, a pesar de los avances tecnológicos, y que todavía es muy útil en las fincas campesinas. También se pueden ver el vestuario campesino, herramientas de carpintería, teléfonos, radios Phillips de 1940, la evolución de las máquinas de fumigar, desde la más antigua hasta la reciente, que es la estacionaria de motor. Todo este material simbólico que se resiste al olvido está acompañado de pequeñas ilustraciones donde dan cuenta del trabajo por años de herreros, arrieros y parteras.
A las más de 200 piezas históricas del campo, se une la colección de 50 libros prestados de la biblioteca de ACPO y Radio Sutatenza, y el semanario impreso El Campesino. La edición corresponde a los periódicos de agosto de 1958, año en el que inició la circulación del periódico, hasta al mes de abril de 1959, contando las historias regionales más importantes de la época.
El año pasado una de las fundadoras de esta iniciativa, Sandra Paola Caicedo, madre cabeza de familia de dos niños, creó la Tienda Campesina Tolimense en la ciudad de Ibagué, donde se pueden encontrar productos orgánicos, saludables, artesanías y aromáticas, entre otros. Productos 100 por ciento elaborados por campesinos tolimenses de los municipios de Cajamarca, Chaparral, Villahermosa, Líbano, Ibagué, entre otros.
“En la tienda pueden encontrar arroz de la meseta de Ibagué, el único arroz con denominación de origen con características de calidad premium; café orgánico certificado de Ibagué y Cajamarca; panela orgánica de Villa Hermosa; chocolate orgánico del municipio de Chaparral; y productos de la línea saludable como aceites, granola, tortas, bebidas vegetales libre de gluten y de todos los aditivos químicos”, relata Caicedo.
Una particularidad que los diferencia de los demás proyectos de mercado es que las ventas siempre van acompañadas con algún relato del producto, dejando claro quienes están detrás de cada proceso y la importancia del trabajo campesino en la cadena productiva del departamento.
En la tienda pueden encontrar exposiciones itinerantes del museo para saber cómo se cultivan los productos, a través de fotografías (desde que se planta una semilla hasta que se recoge la cosecha) y contenidos que comparten en sus redes sociales. En Instagram como Super Tienda Campesina y Facebook como Tienda Campesina Tolimense pueden acceder a su catálogo de productos de manera virtual y conocer su modalidad de envíos a todo el país.
En la actualidad generan más de 30 empleos indirectos y, a pesar de que solo maneja un empleo directo, Sandra espera que en el futuro puedan generar más puestos de trabajo en la medida que vayan creciendo. “Entonces estamos hablando de que cuando alguien compra un producto en la tienda campesina está apoyando a centenares de familias de diferentes municipios del Tolima”, expresa.
Así empezó un emprendimiento familiar en 2018, con la idea de dar a conocer la cultura y la historia del agro en Colombia, pero que hoy, por la situación actual de pandemia, tiene las puertas cerradas del museo y la tienda, aunque las ventas de productos se mantienen de forma virtual.