Desde la bonanza cocalera en el Guaviare, la economía de este departamento dependía, casi en su mayoría, de la comercialización de la hoja de coca a los grupos armados que hacían presencia en el territorio, sin embargo, con la firma de los acuerdos de paz, muchos de los campesinos cultivadores, decidieron acogerse a los programas de sustitución y buscar nuevas alternativas que les permitieran crear emprendimientos en el departamento.
La mayoría de los emprendimientos que han nacido de la sustitución de cultivos ilícitos en el Guaviare, nacieron
Existe un emprendimiento que nació de la necesidad de cultivar un mejor futuro y aportarle a la paz del territorio.
Nelly Elvira Florido, es una líderesa campesina del municipio de San José del Guaviare, que llegó hace más de 30 años a esta tierra, atraída por la famosa “bonanza cocalera” pues afirma, que, para la época, era una muy buena alternativa para generar ingresos y esas tierras eran bastante inexploradas.
Tras años de sembrar la hoja de coca para comercializarla a los grupos armados, Nelly Elvira comenzó a ganar espacio como líder campesina en San José del Guaviare, espacio que aprovechó para capacitarse e impulsar a otras mujeres a buscar alternativas de economía licita en el departamento.
“Esto fue todo una reinvención, dado que pues en la historia, más o menos, cuando inició el proceso estábamos en pleno conflicto de la guerrilla con los paramilitares, y pues en vista de esa violencia y de todo lo que conlleva este tipo de negocios con la transformación de la coca, se buscó una alternativa, y entre esas exploraciones, mi abuela inició hacer unas capacitaciones como lideresa, ella siempre ha estado muy metida con temas de liderazgo campesino, a partir de ahí, se encontró con procesos de sustitución y se encontró también con procesos de transformación de frutos, y en una de esas capacitaciones dio con la transformación del vino, ahí fue que ella empezó a explorar como las distintas oportunidades y las distintas alternativas, que habían acá en el mismo territorio", airma Felipe Buitrago, nieto de la señora Nelly y quien, al día de hoy, trabaja de la mano con su abuela para impulsar este emprendimiento.
Fue así entonces como nació Entiguav, un emprendimiento 100% guaviarense que transforma la hoja de coca y los frutos no maderables del bosque como el Arazá, Asaí, Chontaduro, entre otros, en vino, galletas y dulces.
“Nuestro producto insignia son las transformaciones con hoja de coca, muchas veces lo que ha pasado acá en el territorio es que la historia de violencia siempre han buscado, de algún modo, meterla bajo el tapete, como cuando usted quiere esconder el mugre de su casa, y pues creo que esa es una de las cosas que también ha hecho que nosotros impulsemos, principalmente, este producto", comenta Felipe.
Además sostiene que "Hay muchas limitaciones en cuanto a esto porque es un campo que se está explorando hasta ahora, sin embargo, esto representa realmente lo que somos, porque pues éramos violencia, éramos narcotráfico, era lo que había acá y pues no habían otras alternativas, había un abandono estatal, la idea es darle una resignificación a la hoja de coca, es no estigmatizarla más, no verla como una planta dañina, sino entender que, por algo, las comunidades indígenas y tradicionales la usaban como fuente de poder, es algo que hace parte de lo que de lo que somos aquí en el Guaviare".
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Hoy, este emprendimiento, que está ubicado en una finca cercana al casco urbano de San José del Guaviare, en la vía que de San José conduce a El Retorno, le apuesta a la resignificación, no sólo de la hoja de coca, sino del territorio, un territorio que sigue siendo estigmatizado por un pasado violento, pero que hoy, a través de estas alternativas legales, ambientales y de transformación, buscan demostrar que el Guaviare, le está apostando a la paz de nuestro país.