Pasar al contenido principal
CERRAR

Las mujeres de Caldas: su lucha y aporte en la cultura del café

En Caldas las mujeres representan el 29% de la población caficultora, algunas sobreviven a una lucha de género y otras intentan dirigir un gremio liderado por hombres.
Paula Rodríguez

El departamento de Caldas tiene 32.143 habitantes que se dedican a la caficultura y de estos, 9365 son mujeres como Angélica María Escobar, caficultora de cuarta generación del municipio de Pensilvania, quien lidera la tradición de sus bisabuelos en una finca que la vio formarse como profesional en la salud, y que con el tiempo la vio cambiar guantes y tapabocas por botas, gorra y machete.

Han sido más de 30 años en los que Angélica se ha capacitado para sacar adelante su finca al punto de representar un comité local, sin embargo, asegura que, tras años de supuesto desarrollo, se lucha contra un mal social que crece como la broca en los cafetales: el machismo y la violencia de género.
 
“La caficultura ha sido machista toda la vida. Y sin ser experta en el tema de violencia de género, si soy conocedora de los comentarios contra ellas y de la violencia intrafamiliar que aún se registra en el campo, sin embargo, somos temerosas a denunciar debido al analfabetismo, pues la mujer mientras menos conoce más desfavorecida está” expresó Escobar.

Mujeres de Caldas: su lucha y aporte en la cultura del café
 
Casos en los que coincide Alejandra Gonzales, trabajadora social y coordinadora del proyecto Mujeres Cafeteras, alianza público-privada en el departamento de Caldas, quien manifiesta que esto no solo aplica para el sector de la caficultura, sino para todo el campo en general por ciertas carencias sociales.
 
“Las mujeres caficultoras tienen características de muchísima fortaleza, y esto es como una metáfora de lo que han tenido que vivir, pero con unas connotaciones no tan buenas, pues se han enfrentado a familias que tienen un arraigo patriarcal, o a falta de educación, información acceso instituciones o a la falta de presencia del mismo estado” indicó.

A propósito de las diferentes expresiones de violencia contra la mujer dedicada a la caficultura en Caldas, la subintendente Natalia García coordinadora de la estrategia Mujer, Familia y Género de la policía departamental, explicó que durante las fechas de cosecha se despliegan campañas con el objetivo de darles a conocer especialmente a las recolectoras de café,  las rutas de atención de los casos de violencia que se puedan presentar en sus entornos.
 
“No muchas veces las mujeres del campo denuncian los hechos de violencia por creencias que para ellas son normales, como justificar que sus esposos las griten o que ellas nacieron para servir a los hombres. Sin embargo, el registro de violencia contra las mujeres en zona rural de Caldas tuvo una reducción del 54% menos 37 casos del año 2021” concluyó.
 
Pero contrario a estos casos y a estas cifras, cada día las mujeres se han tomado más en serio esta labor, pues muchas que comenzaron sembrando café, recogiéndolo y llevándolo hasta una cooperativa, ahora hacen parte de sus directivos.

Es el caso del Comité de Cafeteros de Caldas, que cuenta por primera vez en la historia con una mujer como vicepresidenta, se trata de Ángela Gutiérrez, una caficultora que después del fallecimiento de sus padres decidió continuar con el negocio familiar de hace 11 años.

Mujeres de Caldas: su lucha y aporte en la cultura del café
 
“Se piensa que las mujeres no son capaces de hacer el trabajo de los hombres y que no tenemos la capacidad de liderar un gremio, esto será difícil de cambiar, pero somos las mismas mujeres las que podemos ir demostrando que tenemos la capacidad de dirigir, y no por una cuestión de equidad de género, sino porque realmente podemos hacer las cosas igual o mejor que ellos” dijo quien junto a su esposo llevan por igual las riendas en su finca cafetera. 
 
Las mujeres en el departamento se han abierto paso entre cafetales y una cultura que comienza a dar pasos hacia un cambio incluyente frente a la figura de la mujer como líder. Cerrar esas brechas sociales y culturales tendrá un impacto en el bienestar de la familia cafetera, la productividad y competitividad de un gremio en el cuál su fuerza laboral representa el 29%.

Artículos Player