Condenan a la Nación por joven que perdió un ojo tras golpe con gas lacrimógeno
El Juzgado 35 Administrativo del Circuito Judicial de Bogotá condenó a la Nación a pagar 300 salarios mínimos, es decir 300 millones de pesos, al joven Daniel Bernal, quien el 18 de febrero de 2016 durante unas manifestaciones en la Universidad Pedagógica, fue víctima del Esmad.
Según el fallo, Bernal Martínez, para esos momentos era estudiante de filosofía de la Universidad Pedagógica, y en medio de las protestas quedó atrapado en las mismas, cuando fue impactado en el rostro con una granada de gas lacrimógeno lanzada por el Esmad, como consecuencia perdió el ojo, padece ansiedad y depresión y presenta una pérdida de la capacidad laboral del 58%.
"El actuar del Esmad fue excesivo e imprudente al disparar objetos contundentes en forma indiscriminada contra quienes no estaban siendo parte de la protesta social. En efecto, al disparar directamente hacia la universidad, lugar en el que no solamente había personas encapuchadas, sino también personas ajenas a cualquier evento violento, tal comportamiento se apartó del principio de precaución con el que debe actuar la Policía para controlar ese tipo de manifestaciones”, precisó la decisión.
Es por esto que el Ministerio de Defensa y la Policía Nacional deberán pagar 200 salarios mínimos legales vigentes por el daño moral al joven y sus familiares y además por los problemas de salud de la víctima, la Nación deberá pagar otros 100 salarios mínimos.
Igualmente, el juzgado recordó que "el uso de las armas disuasivas deben ser el último recurso para controlar el orden público (…) De no ser así, se estaría deslegitimando y reprimiendo el derecho a la protesta social. Debe tenerse en cuenta que la protesta social, además de ser un derecho legítimo como medio para manifestarse la ciudadanía, debe ser fomentado para robustecer la democracia".
Finalmente, en el fallo se recuerda a la Policía que "le corresponde manejar con esmerado equilibrio su papel de acompañar a los manifestantes para que se puedan manifestar libremente, dentro del orden, pero también actuar diligentemente para controlar los desmanes que se presenten para restablecer el orden público”.
