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“La impunidad tiende a que hechos de violencia contra la prensa se repitan”: Edinson Bolaños

La Unesco señaló que en 2020 se registró un total de 59 periodistas asesinados, incluidas cuatro mujeres.

Por: Richard Hernández

Hoy, en el Día Mundial de la Libertad de Prensa, con el lema “la información como un bien común”, se recuerda la necesidad de la información veraz en el fortalecimiento de una sociedad y su democracia. Pero en esa labor, muchos periodistas sufren amenazas e incluso asesinatos. Hablamos con el periodista investigativo Edinson Bolaños, quien tuvo que desplazarse de su natal Cauca por un trabajo sobre la comercialización del oro en el norte del departamento.

La Unesco señaló que en 2020 se registró un total de 59 periodistas asesinados, incluidas cuatro mujeres. América Latina y Asia Pacífico fueron las regiones más letales para esos profesionales, con 22 comunicadores abatidos en cada una. Los países árabes sumaron nueve asesinatos y África seis. Durante los últimos 10 años, 888 periodistas y trabajadores de medios fueron abatidos por desempeñar su trabajo; es decir, uno cada cuatro días.

Estos crímenes se siguen cometiendo con gran impunidad, según consta en el informe sobre la seguridad de los periodistas publicado en noviembre por la agencia de la ONU, que evidencia que el 87% de los casos reportados en 2020 siguen sin resolverse.

De acuerdo con la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), en los últimos cuatro años se han conocido ocho crímenes de periodistas en diferentes partes de Colombia, por lo que se ha ubicado como el tercer país más letal para esta profesión en América.

El 2020 fue un año que, en comparación con 2019, fue más violento para los periodistas. Se presentaron dos asesinatos, el del reportero Felipe Guevara, en Cali, y el de Abelardo Liz, un comunicador indígena de Corinto, Cauca. Además, se presentaron 23 agresiones más a periodistas, un aumento del 10% respecto a los casos registrados en 2019.

Una voz

Edinson Arley Bolaños es un periodista nacido en el municipio caucano de Mercaderes. Cuando terminó el bachillerato se fue para Popayán a estudiar a la Universidad del Cauca, donde realizó el pregrado de Comunicación Social y Periodismo.

Cuando tenía 21 años participó en el premio Guillermo Cano 2010, en la categoría Judicial, con el reportaje ‘El último rastro de la masacre del Naya’, que reconstruye el asesinato de varios campesinos alrededor del río Naya por parte de más de 100 paramilitares del bloque Calima. Trabajo con el que ganó el prestigioso premio, lo que le abrió las puertas para que fuera corresponsal del diario El Espectador en Cauca, donde estuvo cinco años.

Luego obtuvo el Premio Nacional de Periodismo Ambiental Amway 2012 y el Premio de Periodismo Caucano 2014 otorgado por la Universidad del Cauca y la Compañía Energética de Occidente.

A finales de 2015 el periodista publicó en el diario El nuevo liberal de Popayán, donde era editor de la edición dominical, y en el periódico El Espectador, el trabajo titulado ‘El antifaz de los mineros ilegales’, donde cuenta cómo algunos empresarios del Valle del Cauca estaban lavando y exportando oro ilegal a través de su empresa. También denunciaba la usurpación de tierras y minas a los afrodescendientes de la parte norte del departamento.

“Eso generó mi salida de la región, porque el mismo día de la publicación me empezaron a hacer unas llamadas telefónicas donde amenazaban mi vida. Por fortuna, El Espectador me abrió la puerta en Bogotá. Inicialmente estuve en la sección de Negocios. Luego pasé a ser periodista en la sección de Posconflicto que se llama Colombia 2020. En febrero pasado dejé ese cargo y ahora estoy dedicando a unos proyectos personales independientes que tienen que ver con el periodismo”, contó.

En el año 2016 Edinson fue galardonado con el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar en la categoría de Periodismo Investigativo (prensa) por el mencionado reportaje.

“Históricamente donde está todo el caldo de cultivo de la violencia en su máximo esplendor es en las regiones. En el departamento de Cauca, donde continúa la guerra por la presencia de grupos armados al margen de la ley, pero también de la fuerza pública, siempre hay una confrontación directa. En este caldo de cultivo pescan empresarios legales e ilegales que quieren ganar plata y es ahí donde el periodismo se hace rico, pero también vulnerable”, señaló.

Asimismo, sobre la independencia que debe tener el comunicador en su labor de informar con veracidad a la sociedad, Edinson dijo que es muy difícil que haya periodistas independientes en las regiones, sencillamente porque su información termina siendo un mercado al servicio de quienes les pagan una pauta.

Sin embargo, indicó que hay periodistas independientes que se dan esa “pela” y terminan siendo amenazados en muchas ocasiones. También hay otros que terminan quedándose, dando esa batalla. “Personalmente consideré que podía hacer también desde acá muchas otras cosas, que podía aportar hacia ese cambio. Obviamente no descarto en un momento seguir haciendo periodismo en mi región”, manifestó.

Edinson también destacó la labor que viene desarrollando la FLIP en el país, aunque recalcó que debería ser el Estado quien esté pendiente de facilitar que se cumpla el derecho constitucional a la libertad de expresión. Además, de que se respete la integridad física y el libre pensamiento del periodista.

“En noviembre del año pasado, cuando yo publiqué en El Espectador la investigación sobre el caso Santrich, los 24 mil audios que se revelaron alrededor del proceso que fueron ocultos por la Fiscalía y por las autoridades norteamericanas, lo que recibí fue una andanada de acusaciones por parte del exfiscal Néstor Humberto Martínez y eso a mí también me generó un riesgo, porque pone en tela de juicio mi ética y mi vida en un país tan violento como Colombia”, afirmó.

Ante esta situación se recuerdan casos como los asesinatos del periodista Julio Daniel Chaparro y del reportero gráfico Jorge Enrique Torres, quienes trabajaban en el diario El Espectador, crimen que el pasado 24 de abril cumplió 30 años en la impunidad, aunque fue declarado crimen de guerra y no va a prescribir, los avances en la investigación han sido mínimos.

“Como los periodistas terminamos develando cosas que a los poderosos les incomoda, porque nuestra labor no es contar las historias obvias sino escudriñar para contar justamente lo que está oculto a la sociedad. Entonces los periodistas en casos como el de Jaime Garzón, Julio Daniel Chaparro y Jorge Enrique Torres terminan asesinados. La impunidad tiende a que los hechos de violencia contra la prensa se repitan. Eso es lo que debería combatir el mismo Estado colombiano” aseguró.

Para finalizar, Edinson Bolaños envía un mensaje para los jóvenes que ingresan al mundo del periodismo: “Siempre hay que regirse por la ética y el respeto por la verdad. También recordar siempre el ejemplo que dejó Guillermo Cano: “atreverse, cuando nadie más lo hace”. Atreverse a contar la verdad porque solamente la verdad puede permitir que este país avance en muchas cosas, como en la reconciliación”.

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