La Guajira es considerada una de las zonas de Latinoamérica con mayor potencial para la generación de energías a partir del aprovechamiento del sol y el viento. Sin embargo, el inicio de la transición energética para el país desde esta región ha estado empañada por las diferencias entre las comunidades wayuu (ancestralmente dueñas del territorio) y las empresas privadas.
"Esas empresas han violado el derecho a la consulta previa libre e informada, generando divisiones entre familias y comunidades, a raíz de ello los wayuu han sido víctimas de desplazamiento, conflictos, homicidios, además de las problemáticas sociales que persisten por la falta de agua y alimentación" manifiesta José Silva, líder de la ONG defensora de los Derechos Humanos, Nación Wayuu.
Cómo resultado de las diferencias entre las empresas y las comunidades wayuu, un proyecto para la generación de energía eólica fue suspendido. Por su parte las comunidades exigían la presencia del gobierno, petición que fue atendida, se reunieron con el presidente Gustavo Petro y alistaron la forma de un pacto en el que el principal objetivo es hacer de la transición energética un proceso justo con el medio ambiente, las comunidades y que genere desarrollo para todo el país.
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Desde el sector privado, Luis Guillermo Baquero, gerente de la Mesa +La Guajira de la ANDI, ve la firma de este pacto como un acto de voluntad política por parte del gobierno.
"La transición energética en La Guajira supone varios desafíos. Primero que se establezcan reglas claras con unas rutas de acuerdos y operación; segundo el componente de seguridad para las empresas y las comunidades aledañas a las proyectos; tercero articulación institucional permanente con ministerios, gobernación y alcaldías; y cuarto acuerdos justos para que las comunidades reciban sus beneficios y las empresas puedan desarrollar sus planes de trabajo y operación" manifestó el presente de la ANDI en La Guajira.