El 25 de septiembre de 2015, la ONU (Organización de las Naciones Unidas) aprobó una agenda de desarrollo sostenible, luego que las naciones del mundo establecieran unos objetivos conjuntos que propendan por la erradicación de la pobreza, la protección del medio ambiente y alcanzar la prosperidad de las comunidades.
Jaime Urrego, jefe de estudios de Desarrollo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo- PNUD, en Colombia manifestó que, si bien el 2015 fue un año crucial para la consolidación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, desde años atrás los ODS ya ocupaban la atención de la ONU.
“Inicialmente se contemplaron ocho objetivos, pero luego los miembros de la Asamblea General de las Naciones Unidas se dan cuenta que acabar con el hambre y ponerle fin a la pobreza, es una tarea que involucra muchos componentes y era necesario aumentar las capacidades de las naciones; es entonces cuando de manera conjunta involucran dentro de la agenda el componente ambiental y se pasa de ocho a 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y de esa manera se acercan aún más a los problemas sociales del planeta”.
La meta trazada para alcanzar los ODS es el año 2030, lo que indica que estamos exactamente a una década para que las naciones, especialmente Colombia que fue de las primeras en decirle sí a la agenda de desarrollo sostenible, rindan cuentas de los logros alcanzados en los territorios.
“Esta es una tarea que nos involucra a todos, a las entidades públicas, al sector privado, a la sociedad civil. Cada uno de nosotros tenemos mucho que aportar para cumplir con la agenda de desarrollo sostenible” indicó el representante del PNUD, Jaime Urrego.
Fin de la pobreza, Hambre cero, Igualdad de género, Energía asequible y no contaminante y Vida submarina, son algunos de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, y en ellos se centra el especial ODS: Comunidades que Transforman, un trabajo convergente adelantado por las Emisoras de Paz de la Radio Nacional de Colombia, con el fin de evidenciar las ideas transformadoras que están generando cambios en las regiones.
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Fonseca, La Guajira: ODS hambre cero
En Colombia el 54 por ciento de la población no tiene garantizada su alimentación; se estima que 25 millones de colombianos consumen solo una comida al día, esto según el estudio Situación del Hambre en Colombia, realizado por la Asociación de Bancos de Alimentos (ABACO).
El panorama del departamento de La Guajira es más crítico que el de todo el país. En esta región, habitada por cerca de un millón cien mil personas, en su mayoría indígenas de la etnia Wayuu, el 69 por ciento de la gente padece de hambre.
Allí, mil personas han logrado transformar el desierto en zonas productivas gracias a la implementación de unos proyectos de huertas comunitarias y caseras que involucran a población wayuu, migrantes y retornados.
Gracias a ello, estas familias están garantizando su soberanía alimentaria con la siembra y producción de alimentos como maíz, plátano, frijol, frutas, hortalizas, entre otras de vital importancia para las comunidades wayuu, como las plantas tradicionales usadas con fines medicinales.
Convención, Norte de Santander: ODS Fin de la pobreza
Según el Departamento Nacional de Planeación, en Norte de Santander al año 2018 la incidencia de la pobreza monetaria fue del 41.7%, lo que significa que cerca de 656.537 personas viven en esta complicada condición.
Desde la institucionalidad, con mayor énfasis con la firma del acuerdo de paz, se viene trabajando en procesos que beneficien a la población más pobre, en especial a los habitantes del campo que con mayor rigor han padecido la crudeza del conflicto armado.
Un buen ejemplo se vive en Norte de Santander con el avance de los procesos de restitución de tierras. Los campesinos que accedieron al programa hoy no solo recuperaron sus parcelas, también consiguieron salir de la pobreza extrema.
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Algeciras, Huila: ODS Igualdad de género
El mundo ha avanzado en materia de equidad de género, especialmente aquellas naciones que, como Colombia, ya cuentan con un marco legal y una política pública que busca garantizar los derechos humanos de las mujeres.
En el Huila se destaca el trabajo articulado que vienen desarrollando, desde hace doce años, cerca de 200 mujeres. Ellas se reúnen anualmente para dialogar sobre sus derechos y sus sueños, “…un espacio para contar y para escuchar, para sentir y para recordar que a las mujeres les ha tocado una vida distinta, pero que en juntanza logran todo lo que se propongan”, señalan las protagonistas de este especial.
En las reuniones se habla de los caminos que falta por recorrer, de los obstáculos y tropiezos y de las conquistas, que por pequeñas que sean, se constituyen en la esperanza para las generaciones venideras.
Ituango, Antioquia: ODS Vida Submarina
La mejor forma de comprender el daño a un ecosistema es analizando las afectaciones. Las cifras del PNUD indican que el 40% del océano del mundo está contaminado, lo que implica la pérdida diaria y acelerada de hábitats costeros. El 30% del océano está absorbiendo el dióxido de carbono producido por los humanos, lo que se traduce en un daño progresivo que infortunadamente se acelera todos los días.
Panorama complejo que requiere de un trabajo articulado como el que se viene desarrollando en la Subregión del Urabá antioqueño. Allí los pescadores asumieron acciones responsables como el uso de redes con orificios más grandes para preservar las especies más pequeñas o en crecimiento. Por su parte el sector comercial e institucional está promoviendo el “turismo responsable” para mantener las playas libres de basuras y a realizar brigadas enfocadas a realizar limpieza de los océanos.
Tambo, Cauca: ODS Energía y desarrollo sostenible
Una de las principales tareas de la humanidad es trabajar en la disminución de la contaminación atmosférica y, para ello, es absolutamente necesario disminuir el uso de combustibles, preservar los ecosistemas naturales y así contribuir a combatir el calentamiento global.
En esto están trabajando 10 instituciones educativas del Cauca, donde, por iniciativa de estudiantes, docentes y directivos, instalaron paneles fotovoltaicos, lo que les permite avanzar en sus labores diarias, reducir costos fijos y, lo más importante, ayudar al medio ambiente.
De esta forma colegios en el Cauca vinculan en sus tareas el uso de energía asequible, segura, sostenible, aunando esfuerzos para que ese 13% de la población mundial que aún no tiene acceso a servicios de electricidad, lo pueda conseguir con prácticas limpias y amigables con el medio ambiente.