Cada 12 de agosto se celebra el Día Internacional de la Juventud, una efeméride que busca incentivar a los jóvenes a participar en todos los espacios, destacando el papel que desempeñan en la sociedad como líderes y gestores del cambio.
Hacia el año 1985, en la ciudad de Lisboa, Portugal, se llevó a cabo la Conferencia Mundial de Ministros de la Juventud, que reconoció que los ideales y la energía de este sector poblacional son vitales para el desarrollo de la sociedad. De allí surgió la propuesta de crear el Año de la Juventud en 1998, que se implementaría en 1999 con el lema "Participación, Desarrollo y Paz", con el objetivo de visibilizar la labor de los jóvenes de todos los continentes. Sin embargo, en la actualidad existen muchos retos que las juventudes enfrentan, como el acceso a la educación, la salud, el empleo y la igualdad de género.
De acuerdo con datos de la ONU, en el mundo hay alrededor de 1.800 millones de jóvenes con edades entre 10 y 24 años. En Colombia, según el DANE, entre 1950 y 2010, el promedio porcentual de la población joven fue del 30.6%, y el año con el mayor porcentaje de población juvenil fue 1980, con un 34.9% de población joven. Sin embargo, la tendencia se ha reducido y en la actualidad, aproximadamente el 27% de la población corresponde a jóvenes.
Según las últimas cifras del Ministerio de Educación Nacional, en Colombia, 457.000 jóvenes se gradúan de bachilleres, de los cuales 6 de cada 10 no logran acceder a la educación superior debido a barreras que enfrentan para profesionalizarse, como la inequidad social.
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En la actualidad, Colombia cuenta con cerca de dos millones de personas entre los 17 y los 21 años que no forman parte del sistema de educación superior. Según los datos, en 2021, la matrícula total en educación superior alcanzó los 2.448.271 estudiantes, lo que sugiere un crecimiento del 3,93% frente a 2020.
Por esta razón, el Centro de Investigación Económica y Social (FEDESARROLLO) indica que las personas de escasos recursos a menudo se ven afectadas por la inequidad al acceder a la educación, lo que dificulta su incorporación al mercado laboral. Sin embargo, este mismo sistema laboral presenta fallas al no cumplir con la oferta y la demanda de profesionales que se gradúan semestralmente de las universidades de Colombia.
Otra problemática que surge es la brecha de género, que afecta principalmente a las mujeres jóvenes, relegándolas en su acceso a la educación, el trabajo, la salud y su participación en la vida pública.
Es fundamental reconocer las problemáticas para identificar posibles soluciones, las cuales deben involucrar a las juventudes. Desde iniciativas como las Asambleas Populares para la reforma de la Ley 30 de 1992, que busca reconocer la educación superior como un derecho y no como un servicio. Por otro lado, se encuentran los espacios de participación política juvenil, como los consejos municipales, departamentales y nacionales de juventud, que en los últimos años han sido escenarios clave para influir en las políticas públicas, así como las plataformas de juventud.
Cada año aumenta el número de mujeres que acceden a la educación, lo que ha permitido identificar que la actual generación está mejor preparada para responder a las necesidades del entorno. Además de la conciencia crítica y la problematización que realizan de la sociedad, también aportan ideas valiosas para la transformación de las brechas.
Finalmente, en este 12 de agosto, no se trata solamente de conmemorar y festejar, sino de reivindicar la defensa de los derechos de las y los jóvenes, quienes quizá ya no estén vivos, pero vivieron defendiendo las juventudes que hoy en día se pronuncian, cuestionan e inciden en todas las esferas de la sociedad.