Los gobiernos de España, Estados Unidos, Japón y Reino Unido, entre otros, iniciaron la mañana condenando “la represión militar y el asalto a la democracia” en Birmania, tras la captura de los principales dirigentes del país.
"Estados Unidos se opone a cualquier intento de alterar el resultado de las recientes elecciones o impedir la transición democrática en Birmania, y tomará acciones contra los responsables si esas medidas no se revierten", anunció la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki en un comunicado.
Por su parte, Antonio Guterres, secretario general de la ONU, rechazó firmemente el arresto de los líderes políticos.
"La declaración de transferencia de todos los poderes legislativos, ejecutivos y judiciales a los militares representa un duro golpe a las reformas democráticas en Birmania", dijo el secretario.
Las reacciones internacionales surgen luego de que el ejército de Birmania, país también conocido como Myanmar, proclamara el Estado de Emergencia por un año y tomara el control del país tras arrestar a la consejera de Estado reelecta y Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, quien dirigía el país junto al presidente oficial Wyn Mint. Ambos líderes fueron capturados junto con varios activistas y políticos.
Tras el arresto, el hasta ahora vicepresidente, Myint Swe, asumió la presidencia, y el jefe de las Fuerzas Armadas, Min Aung Hlaing, quedó a cargo de las autoridades militares, quienes alegaban un supuesto fraude electoral desde las pasadas elecciones de noviembre en las que la nobel de Paz, San Suu Kyi fue reelegida.
Min Zaw Oo, negociador y director ejecutivo del Instituto para la Paz y Seguridad de Birmania, aseguró ante la cadena de televisión AlJazeera que los militares hostigaron al Consejo Electoral para que revelara todos los detalles de las elecciones.
“Las fuerzas militares expresaron su preocupación por presuntas irregularidades en la votación, preocupación que habría sido ignorada por el gobierno y el Consejo Electoral. Los militares intentaron acceder a los datos de las votaciones por la fuerza, pero el Consejo Electoral se opuso a entregarles la información”, señaló Zaw Oo.
Birmania fue gobernada por una dictadura militar desde 1962 hasta 2011, cuando inició una transición democrática cuya figura principal ha sido Aung San Suu Kyi, ganadora del Premio Nobel de la Paz en 1991, quien también ganó las elecciones presidenciales en 2015. Por mandato constitucional en Birmania, un presidente no puede tomar posesión si su cónyuge es extranjero, y al ser ese el caso de Suu Kyi por estar casada con un británico, la Asamblea General decidió crear el cargo de Consejera de Estado para que pudiera gobernar junto al presidente oficial.
Por ahora los detalles de la situación interna son escasos, pues el ejército también se tomó la cadena de televisión pública MRTV blindando a la población de información externa.
Además, el pasado 27 de enero, el jefe del Ejército, Min Aung Hlaing, señaló en una conferencia de prensa que se debería “abolir la Constitución si esta no se cumple”, lo que ha sido interpretado como una amenaza contra la democracia dada la historia reciente de dictadura militar en el país.