La ONU "necesita corredores seguros para llevar ayuda humanitaria a las zonas de hostilidades" en Ucrania, declaró este lunes el secretario general adjunto de las Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios, Martin Griffiths, ante el Consejo de Seguridad.
"Los civiles en lugares como Mariúpol, Járkov, Melitopol y otras partes necesitan desesperadamente ayuda, en particular insumos médicos vitales", agregó durante una reunión de emergencia del Consejo dedicada a la crisis humanitaria provocada por la invasión rusa de Ucrania, salpicada de duros intercambios entre los embajadores ruso y ucraniano.
Una sesión a puertas cerradas siguió, convocada por Francia y México que preparan un proyecto de resolución para reclamar el cese de las hostilidades y el libre acceso de la ayuda humanitaria, aunque está abocada al fracaso debido al derecho a veto ruso.
Para Griffiths, la entrega de la ayuda "debe hacerse en el respeto de las obligaciones de las partes en virtud de las leyes de la guerra", es decir, el respeto a los civiles y a las infraestructuras civiles.
"Esto incluye permitir un paso seguro para que los civiles salgan de las zonas de las hostilidades activas de forma voluntaria, en la dirección que ellos elijan", insistió Griffiths, en referencia a los corredores humanitarios previstos por Moscú que solo conducen a Rusia o a Bielorrusia.
"Todos los civiles, independientemente de que se queden o se vayan, deben ser respetados y protegidos", dijo Griffiths, que deploró "un conflicto inútil".
La ONU también necesita "urgentemente un sistema de comunicación constante con las partes en el conflicto y garantías para permitir llevar la ayuda humanitaria", dijo el responsable. "Un sistema de notificación humanitaria puede apoyar la entrega de ayuda a la escala necesaria", insistió.
Durante las intervenciones, la embajadora estadounidense Linda Thomas-Greenfield denunció la muerte de menores en el conflicto y el "traumatismo" que sufren por la violencia y la destrucción. "Las heridas físicas y psicológicas de esta guerra serán duraderas", advirtió la diplomática que considera "que (Vladimir) Putin tiene un plan para brutalizar Ucrania".
En respuesta a su homólogo albanés, Ferit Hoxha, que aseguró que "los rusos merecen algo más que la propaganda" de Moscú, el embajador ruso Vassily Nebenzia reconoció que existe una "guerra de información".
El embajador ucraniano, Sergiy Kyslytsya, denunció la presencia en suelo ucraniano de "decenas de miles de cuerpos" de "solados rusos en descomposición en los campos", y pidió al Comité Internacional de la Cruz Roja que cree una "base de datos" de los militares rusos muertos o prisioneros de guerra.
Naciones Unidas ha puesto en marcha una pequeña misión en Moscú que tuvo una "primera reunión técnica" en el ministerio ruso de Defensa. El decobjetivo es "trabajar en una mejor coordinación cívico-militar humanitaria que puede permitirnos intensificar" las operaciones de la ONU, dijo Griffiths.
Según un alto responsable de Naciones Unidas que pidió el anonimato, se trata de evitar cualquier "exceso" y que los convoyes humanitarios no sean tomados como blanco de los ataques rusos.