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Más de un siglo después, la lucha por el retorno de los restos de seis amerindios a Sudamérica

En el Museo del Hombre en París, los restos de seis amerindios permanecen "en una caja" desde hace "132 años", afirma Corinne Toka Devilliers, quien lucha por repatriarlos al territorio de la Guayana Francesa, en Sudamérica.
Retorno de los restos de seis amerindios a Sudamérica
France.fr
AFP.

A inicios del año 1892, 33 amerindios de los pueblos kali'na y arahuaco, de entre 3 meses y 60 años de edad, zarparon rumbo a Europa desde Paramaribo, en la otrora Guayana Neerlandesa y actual Surinam, vecino de la Guayana Francesa.

El explorador francés François Laveau reclutó a estos hombres y mujeres, oriundos de la desembocadura del río fronterizo Maroni, a petición del director del Jardín de Aclimatación de París para exhibirlos a los visitantes.

Desde 1877, este lugar situado cerca del bosque de Boulogne en París organizaba "espectáculos etnológicos", precursores de los zoológicos humanos. François Laveau prometió dinero y el regreso de los 33 amerindios.

"Nunca les pagaron y ocho no volvieron a ver su país", dice a la AFP Toka Devilliers. La mujer es descendiente de Moliko, un adolescente que, a diferencia de otros compañeros de infortunio, sobrevivió al viaje y a la estancia.

"Mi abuelo me contaba a menudo esta historia, pero yo no le prestaba atención", agrega. Hasta 2018, cuando viendo un documental sobre los zoológicos humanos, escuchó de nuevo hablar de su ancestro.

Cuatro años más tarde, creó la asociación Moliko Alet+Po --Descendientes de Moliko, en lengua kali'na-- para lograr un reconocimiento y obtener una reparación por el trato sufrido por los amerindios.

Ceremonia chamánica 
De las 33 personas que viajaron a París en 1892, ocho murieron antes de regresar. Al llegar a la capital francesa en pleno invierno boreal, contrajeron "bronquitis y varios problemas pulmonares".

Los restos de seis de ellos se conservan en el Museo del Hombre en París, un séptimo fue disecado con fines científicos y el octavo está enterrado en el municipio de Levallois-Perret, al oeste de París.

"Hace 132 años que están en una caja", dice, indignada, Toka Devilliers. "Si lo hubieran sabido, nunca habrían tomado ese barco", agrega la mujer que reclama el regreso de los restos para que los muertos sean tratados según los ritos tradicionales.

Aunque Francia aprobó en 2023 una ley para permitir la restitución de restos humanos, esto se reserva a las solicitudes de Estados extranjeros y no se aplica a los territorios franceses de ultramar, como Guayana Francesa.

"Hay conversaciones en curso para poder encontrar el marco jurídico adecuado", explica el Ministerio francés de Cultura.

La descendiente de Moliko lamenta la situación. Sin embargo, logró que el martes se organizase una ceremonia chamánica en torno a los restos, en una sala del Museo del Hombre.

El lunes, el chamán oriundo de Maroni, que ella acompaña, acudirá al Jardín de Aclimatación, para recorrer simbólicamente el trayecto que siguieron los amerindios a su llegada en 1892.

Trabajo memorial
Corinne Toka Devilliers y su asociación han conseguido identificar a 27 de los 33 amerindios exhibidos.

Ahora rastrea el contrato entre François Laveau y el gobernador de la Guayana Neerlandesa, con la esperanza de encontrar una lista de nombres y la indemnización prometida.

"Tal vez sólo se trató de un contrato verbal, o quizá el documento se trasladó a Países Bajos cuando Surinam se independizó" en 1975, se pregunta.

La restitución de los restos no es el final de la lucha de esta mujer, que desea un mayor trabajo memorial: una placa en el Jardín de Aclimatación, algo en el puerto de Saint-Nazaire, adonde llegaron, nombres de calles en Guayana, etc.

En agosto, se instalaron dos estatuas en la comuna de Iracoubo, en la Guayana Francesa. No conmemoran el viaje de 1892, sino una travesía precedente, en 1882, durante la cual otro grupo más pequeño zarpó rumbo a Francia para ser exhibido.

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