Así viven ahora los firmantes de paz la época de navidad y año nuevo
Epismenio Tamayo, y Juan de Jesús Monroy Ayala, junto con otros firmantes, narran sus navidades y años nuevos, antes de la firma de los acuerdos. "Eran de duros trabajos; sin embargo, bonitas porque, en esos tiempos, se recogían en los campamentos para hacer las fiestas. Siempre había música que sonaba en algunos bafles con baterías o en la emisora voz de la resistencia", dicen.
Algunos otros firmantes, quienes reservaron sus nombres, mencionan que las fiestas eran buenas en medio de las montañas, en algunas ocasiones en lugares improvisados, aunque a veces no se celebraban en la fecha exacta, sino unos días antes o después, por estrategias. Sin embargo, había momentos de dura recordación familiar.
Algunas personas estrenaban uniformes, por lo general hacían tamales, aunque había algunas veces que por las estrategias militares, no podían conseguir elementos, ni alimentos para las festividades de fin de año. Epismenio recuerda que se ponían "melancólicos" con algunas canciones que les recordaban a las familias, pero en sus grupos se creaba una camaradería, y en estas fechas, sea como fuese, "se pasaba bueno".
Una mirada a la actualidad
Ahora, los firmantes viven estas épocas con luces navideñas, con abundante comida, con novenas acompañadas de algún clérigo. Realizan reuniones comunitarias, donde preparan platos típicos de la época para todos. Epismenio comenta que se siente la "tranquilidad de ya no tener que hacer guardia, o de estar atentos a retaliaciones".
Además, hay algunas ayudas especialmente para los niños. Llegan regalos de diferentes entidades y el estreno es casi obligatorio a gusto propio. Hay buñuelos, natillas, tamales, asados diferentes, y sobre todo, amigos.
En los espacios que ahora habitan, se han venido creando lazos de amistad verdadera. Algunos van a visitar sus familias a otras regiones, comparten con sus seres queridos, se reencuentran con personas que hace muchos años no veían, y lloran de felicidad con los abrazos de sus familiares.
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Hay muchas historias particulares, para contar en esta época, pero todas están en camino de la resiliencia y la construcción social para tener una Colombia en paz.
Los firmantes rezan por que no se vuelva a la guerra, ya que según ellos, su nueva vida la merecen todos los colombianos. "Los invitamos a desarmar los corazones, con sus amigos, con sus familias, vecinos, inclusive con los que consideran sus enemigos", mencionan.
