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Historias de paz en Colombia: negociaciones en medio del conflicto

Con motivo de la quinta temporada de “Los Podcast de Diana Uribe”, donde se abordarán las historias de paz en el mundo, te contamos algunas que ha vivido el país.
Historias de paz en Colombia: negociaciones en medio del conflicto
Comisión de la Verdad
Mateo Pérez

La historia de Colombia nos ha mostrado episodios donde el conflicto y la violencia son los protagonistas, en medio de actores armados, crisis institucionales y el miedo con el que las comunidades tuvieron que atravesar estos momentos. Sin embargo, en el país hemos pensado acerca de “hacer las paces” y alcanzar consensos entre ciudadanos, por medio del diálogo y la negociación de acuerdos de paz.

Por eso, con motivo del lanzamiento de la quinta temporada de “Los Podcast de Diana Uribe”, donde hace un recuento sobre las historias de paz en el mundo, te contamos algunos de los intentos de paz que han sucedido en nuestro país y los desafíos que enfrentaron:

Acuerdo de la Uribe

Durante 1984, el Gobierno de Belisario Betancourt pactó el primer acuerdo entre el Estado colombiano y la guerrilla de las FARC, que contemplaba una amnistía para que los guerrilleros se pudieran desmovilizar y transitar a la vida civil. Estos hechos sucedieron en el municipio de la Uribe, Meta, donde se contemplaron puntos clave como el cese al fuego bilateral e indefinido, la desautorización al secuestro por ser una práctica que vulnera la dignidad humana y las garantías para que las FARC participaran en política, bajo las banderas de la Unión Patriótica.

Sin embargo, el acuerdo al que llegaron se vio entorpecido por los incumplimientos en el uso de las armas por ambos lados, las faltas de garantías para el ejercicio de la política y ataques en contra de la población civil a razón de los paramilitares. Su punto de coyuntura estuvo con el exterminio de los miembros de la Unión Patriótica, que costó la vida de cerca de 4.000 militantes de este partido, lo cual radicalizó la lucha militar de las FARC.

Te dejamos una declaración realizada por Manuel Marulanda, alias “Tirofijo”, donde hace referencia al documento que se haría conocer a la opinión pública acerca de las negociaciones en la Uribe, Meta:

Diálogos con el M-19

A pesar de los intentos por negociar con esta colectividad, el Gobierno de Belisario Betancourt materializó las intenciones que venían desde la época del Estatuto de Seguridad, gracias a la firma del primer tratado de cese al fuego con el M-19, la liberación de los integrantes que habían tomado las armas y la instalación de una mesa de diálogo, entrando en vigencia desde el 30 de agosto de 1984.

A pesar de los consensos acordados, el ataque al campamento de Carlos Pizarro en el Cauca y la toma del Palacio de Justicia en 1985 debilitó la negociación y a los dos actores en conflicto. Por lo cual, entrado el Gobierno de Virgilio Barco, el M-19 opta por secuestrar al líder político conservador, Álvaro Gómez Hurtado, con ánimo de presionar al Ejecutivo por encontrar una salida a las confrontaciones. Esto llevó a que, en 1990 se liberara al político y la firma de un acuerdo que resultó en la desmovilización del M-19, así como la apertura a espacios democráticos y una de las causales por las que se convocó a una Asamblea Nacional Constituyente en 1991.

Estas fueron las palabras de Carlos Pizarro, líder político y máximo comandante del M-19, luego de la desmovilización:

Proceso con el EPL, Quintín Lame y el PRT

Fueron procesos de desmovilización, que sucedieron durante la administración de César Gaviria, en medio de la instalación de la Asamblea Constituyente, donde lograron escaños para participar en la discusión sobre una nueva carta magna y por haber cumplido lo pactado. Del EPL, regresaron a la vida civil 2.200 guerrilleros y en el caso del Movimiento Quintín Lame, unos 130 miembros.

Proceso con el EPL, Quintin Lame y el PRT

Proceso con la Corriente de Renovación Socialista (CRS)

En abril de 1994, luego de que desapareciera el bloque soviético de la URSS, una facción del ELN decide conversar con el Gobierno de César Gaviria y dejaron las armas, para dedicarse a la vida civil y política.

Este se dio en la Flor del Monte, Sucre, donde los puntos de la negociación se concentraron en la implementación de proyectos de desarrollo, el otorgamiento de beneficios jurídicos y económicos, así como el nombramiento de dos de sus integrantes en la Cámara de Representantes.

Proceso del Caguán

Luego de una segunda vuelta presidencial en 1998, que estuvo marcada por la reunión entre el candidato conservador Andrés Pastrana y el máximo jefe de las FARC, Manuel Marulanda, se acordó que en caso de ganar el líder político, comenzaría a dialogar con este grupo guerrillero. Así fue. El presidente Pastrana instaló una zona de desarme, que estaba compuesto por 5 municipios donde las FARC había hecho presencia en el pasado: La Uribe, Mesetas, La Macarena y Vista Hermosa en el departamento del Meta, y San Vicente del Caguán, en el departamento del Caquetá, conocidos como “la zona de distensión”.

Los puntos que se acordaron fueron llamados “Política de paz para el cambio”, el cual se componía con acuerdos para la solución política del conflicto, derechos humanos, política agraria integral, lucha contra el paramilitarismo y Derecho Internacional Humanitario. Sin embargo, en el camino se presentaron desafíos que generaron desconfianza entre las partes, como la continuación de las negociaciones durante enfrentamientos que estaban teniendo lugar entre el Ejército y las FARC, el secuestro del excongresista Luis Eduardo Gerchem en 2002 y las críticas en la opinión pública y medios de comunicación acerca de este proceso. Lo anterior, fue marcado por la inasistencia de Manuel Marulanda a la instalación de las mesas de negociación en San Vicente del Caguán en 2001, que se le conoció como “la silla vacía”.

Este es un video de archivo, donde se anuncia la instalación de las mesas de negociación en San Vicente del Caguán:

Pacto de Ralito

El país estaba atravesando la expansión del paramilitarismo, bajo la figura de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), que ya controlaba 223 municipios en todo el territorio nacional.

Entonces, al inicio del Gobierno de Álvaro Uribe se había condicionado una posible salida al conflicto por medio del diálogo, en caso de que cesaran las hostilidades, a lo cual, fue enviada una carta que venía de este grupo donde aceptaban las condiciones desde el 1 de diciembre del 2002.

Por ello, el presidente inició unos diálogos exploratorios y el 15 de julio del 2003 se conoció la firma del pacto de Ralito, que desarticulaba militarmente a las AUC desde 2005. Luego, surgió la ley de Seguridad Democrática, que garantizó un proceso de amnistía, legalización de fortunas y beneficios judiciales, a cambio de garantías de verdad, justicia y reparación a las víctimas.

Producto de Ralito, se desmovilizaron 30.000 integrantes de este grupo y 2.000 de ellos se acogieron a la Seguridad Democrática, que representaba el 2% del total de los miembros del grupo. Los problemas con este Pacto continuaron por las pocas garantías a la verdad y reparación sobre las víctimas, en razón de la entrega de versiones libres y la extradición de algunos jefes paramilitares, además, fueron creadas disidencias en los territorios. De otra parte, se conoció que luego de los acuerdos, estos grupos en armas adquirieron un estatus político, gracias a los vínculos que establecieron con líderes regionales, llevándolos a alcaldías y gobernaciones.

A continuación, te presentamos un video con declaraciones de Carlos Castaño, en el marco de las negociaciones con el entonces presidente Uribe:

Acuerdo de paz en la Habana

Durante los 8 años del Gobierno de Juan Manuel Santos, se llevaron a cabo los diálogos de paz con la guerrilla de las FARC, que en su fase final, tuvieron lugar en la ciudad de la Haban, Cuba. Fue un acuerdo que daba paso a la desaparición de una de las guerrillas más antiguas en América Latina, lo cual se consiguió con la firma del Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera el 24 de noviembre del 2016.

En su contenido, puede encontrarse los puntos de: Reforma Rural, Participación Política, Fin del Conflicto, Solución al problema de las drogas ilícitas, acuerdos sobre las víctimas y la implementación, verificación y refrendación del acuerdo.

En efecto, el acuerdo con las FARC permitió la creación del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición, compuesto por la Jurisdicción Especial para la Paz, la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad y la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por desaparecidas. También, las FARC entregaron sus armas, ante un comité verificador de la ONU el día 1 de diciembre del 2016 y crearon el partido político “Comunes”, que es como se les conoce al día de hoy. Sin embargo, han sido muchas las dificultades para la implementación del acuerdo, como en la financiación de los puntos acordados, las controversias durante el Plebiscito del 2016 y el regreso a las armas por algunos sectores firmantes del Acuerdo de Paz.

Estas fueron las declaraciones del exjefe negociador, Humberto de la Calle, en medio de las mesas de diálogo con las FARC en la Habana:

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