La historia de vida de la compositora Helena Benítez de Zapata parece extraída de una película. Escritora, periodista, educadora, primera periodista profesional en un medio caldense y, como si ello fuera poco, la primera alcaldesa que tuvo el país, en 1955, esta mujer dejó varias joyas eternas en el cancionero colombiano, registradas en voces como las de Claudia de Colombia, Billy Pontoni Fausto, Isadora, Olimpo Cárdenas, Los Ocho de Colombia, el Dueto Lucho y Nilhem y, sobre todo, la de Helenita Vargas, principal difusora de su obra.
Nacida el 26 de junio de 1915 en Riosucio, Caldas, Helena Benítez ingresó muy joven al convento de las hermanas vicentinas, en donde estuvo tres años antes de su retiro para buscar una carrera como educadora. Al irse a residir a Ansermanuevo conoció a su primer esposo, Jorge López Santacoloma. Con él viajó a residir a Manizales, donde empezó su carrera en la docencia y como columnista en el diario La Patria en 1948. Su talento musical empezó a sobresalir como parte del coro de la Normal de Caldas. Por esos días empezaba a familiarizarse además con la interpretación autodidacta del piano y la guitarra.
Desde su vitrina en la prensa se dio a encabezar luchas como la del derecho al voto femenino (instaurado al fin en 1954) y la de promover la educación como herramienta clave del desarrollo, llegando a convertirse en secretaria de ese rubro para Caldas. En esa posición, el gobernador del departamento la nombra alcaldesa de su natal Riosucio en 1955. Aparte de ello, fue también jefe de prensa de la Gobernación y directora de la Biblioteca Departamental.
En 1956, la desaparición de su esposo por cuenta de la violencia guerrillera mientras se encontraba trabajando en los Llanos Orientales, le cambia la vida a Helena Benítez. “A raíz de la confirmación y de la aceptación de esta pérdida, Helena comenzó a componer –explica Álvaro Gärtner, miembro de la Academia Caldense de Historia–. Pero lo interesante de su obra es que a pesar de que el dolor haya sido el motor de su vena compositiva, sus creaciones no son tristes ni desgarradas. En ellas hay alegría, basta con ver sus pasodobles, que son vibrantes, casi como himnos”.
Dos años después de esos hechos y habiendo contraído segundas nupcias con José Zapata, Helena Benítez viaja a residir a Cali, donde se integra a los medios escritos y radiales de la ciudad, desde los cuales sigue luchando por la educación y los derechos de la mujer, encabezando además movilizaciones en la capital vallecaucana. Al lado de otras personalidades de la clase alta caleña funda un circo de variedades, con el que recaudan ayudas para los más necesitados y donde ella es quien lidera la conducción musical.
La vena musical de Helena Benítez de Zapata llegó al disco en principio como autora de villancicos, en el trabajo “Ecos navideños” del coro Las Zagalas para el sello Zeida – Codiscos. Con los sellos Victoria y Sonolux grabó más de estas canciones en calidad de autora. Sobre ello, el investigador José I. Pinilla dice lacónicamente en su libro “Cultores de la música colombiana”: “Tal parece que la compositora eclipsó a la cantante, porque en esta disciplina no trascendió como en la anterior”.
A partir de la década del 70 es que empiezan a llegar al disco las grandes canciones de Helena Benítez, tales como los valses “Búscame” y “Estarás en mí”, los boleros “Te fuiste”, “No me digas nada” y “Simplemente”, la cumbia “Si no te vuelvo a ver”, el son afro “Selvas colombianas”, las rancheras “Qué te estás creyendo tú”, “Mi noche de amor” y “Te sigo amando”, y pasodobles como “Ciudad de Cali”, “Buga ciudad señora” y “Feria de Cali”, este último declarado himno oficial de esas festividades desde 1987.
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Doña Helena Benítez de Zapata estuvo siempre rodeada por su familia. De su primer matrimonio nacieron dos hijas y dos hijos varones (uno fallecido de manera temprana), más otra hija con su segundo esposo. Algunos de ellos integraron un coro familiar del que José I. Pinilla escribió: “Ha sido elogiado por la crítica de la Sultana del Valle y aplaudido por el público del occidente nacional. Creo no equivocarme al decir que, si ellos buscan la fonografía, podrán surgir a nivel interno y externo”. Quienes tuvieron la suerte de acompañar a esta inefable mujer hasta el día de su muerte a sus 93 años, el 5 de junio de 2009, la recuerdan aún sentada en el piano, regalando improvisaciones que nacieron y se esfumaron en esos mismos instantes.
El 5 de junio conmemoramos 15 años de la partida de la compositora popular caldense Helena Benítez de Zapata. Por eso es nuestra Artista de la Semana.