Las nuevas tecnologías en conjunto con las redes sociales han presentado un panorama que hace algunas décadas, sólo era posible imaginar gracias a las producciones de ciencia ficción. Hoy la realidad digital que nos ha consumido presenta nuevas formas de comunicación y dinámicas sociales a las que hay que prestarle atención.
En esta nueva era digital, las redes sociales forman una parte fundamental del día a día, en muchas ocasiones incluso se presentan como una de las primeras acciones que realizamos al emprender la jornada, por lo que es innegable que tienen un fuerte impacto en nuestras vidas.
Por supuesto, el impacto se evidencia desde distintos ángulos, tanto positivos como negativos, por lo que es importante siempre tener las dos versiones presentes, pues obviar alguno de sus impactos puede resultar riesgoso.
Desde su introducción a comienzos de este siglo, las redes sociales han facilitado el acceso a la información mundial y el contacto con las demás personas. Aunque en un inicio esto se presentaba como una aplicación para interactuar cotidianamente con un entorno de personas cercanas, ahora, es la piedra angular de la comunicación mundial.
Según un estudio realizado por Global Web Index una empresa referente en la investigación de audiencias digitales, para el segundo trimestre del 2022 los usuarios a nivel global pasan alrededor de 7 horas en línea a través de los distintos dispositivos.
Esto ha derivado en que los jóvenes de la actualidad sean más propensos a sufrir de condiciones mentales negativas como la ansiedad y depresión, en gran medida, gracias a la sensación de soledad que brinda el pasar gran parte de su tiempo de sus días interactuando con una pantalla.
También, especialmente los jóvenes y niños que son expuestos a las nuevas tecnologías a edades tempranas pueden llegar a enfrentarse con situaciones indeseables como el ciberacoso, un formato de violencia que cada vez es más fuerte por medio de distintas presentaciones.
El estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Bath, en Inglaterra, comparó a dos grupos; por un lado un grupo tuvo libre acceso a redes sociales y otro obligado a dejarlas durante al menos 9 horas semanales.
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Después de una semana, los investigadores les presentaron distintos cuestionarios que evaluaban su bienestar anímico antes y después del procedimiento. Mostró que las personas que no utilizaron redes sociales tuvieron menores niveles de ansiedad y depresión.
Estos aspectos negativos se pueden volcar en algo positivo, incluso llegando a fortificar la autoestima de las nuevas comunidades digitales, por lo que lo realmente importante es que todos los sectores de la población estén comprometidos con mejorar los escenarios de las redes sociales.
Si hablamos de la parte política es evidente que una de las principales acciones debe de ser añadir seguridad y compromiso con la educación y los espacios digitales, pues, aunque los nativos digitales tengan un buen desarrollo por norma general en estos espacios es importante instruirlos con los peligros y riesgos que tienen estas nuevas tecnologías.
Y si nos referimos propiamente a la educación primaria, es decisivo que las personas creen estrategias para interpretar las necesidades de sus niños, empezando por entender las dinámicas digitales que mueven las redes sociales hoy en día.