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Mi vivencia con el Covid-19: el relato de un doctor que ganó la batalla

Saúl Franco estuvo 59 días en el hospital. Venció a la enfermedad y plasmó en un libro los aprendizajes que le dejó ese episodio.
Richard Hernández

Saúl Franco es un médico egresado de la Universidad de Antioquia, magíster en medicina social y Ph.D. en Salud pública, que durante 40 años ejerció la docencia universitaria y actualmente es miembro de la Comisión de la Verdad en Colombia. En entrevista con Radio Nacional de Colombia contó cómo fue padecer el Covid-19 durante casi dos meses y los difíciles días de recuperación; todas esas vivencias quedaron plasmadas en un libro de su autoría.

Como salubrista y médico social empezó desde muy temprano a tratar de seguirle la pista a la pandemia del Covid-19 mirando cifras y mapas, leyendo informes y análisis y escuchando opiniones y discursos. Al principio, reconoce, la sentía lejana y su interés era eminentemente académico y político.

Alcanzó a escribir seis columnas sobre la pandemia. Estas fueron publicadas en la edición virtual del periódico El Espectador. Teóricamente sabía que estaba en riesgo y se cuidaba. También cuenta que, basado en el reconocimiento y la experiencia, recomendaba a las personas en todos sus entornos que se protegieran y siguieran las indicaciones de las autoridades sanitarias.

Nunca pensó contagiarse, hasta que en noviembre pasado dio positivo y sufrió de forma severa la enfermedad. Este difícil episodio quedó registrado en el libro “Mi vivencia con el Covid-19”, en el cual el doctor Franco comparte sus vivencias y reflexiones sobre este virus que ya cumplió el pasado 11 de marzo un año de ser declarado pandemia en Colombia.

“Yo alcancé a sentirme cerca de la muerte en tres ocasiones durante mi hospitalización por el Covid-19. Eso lo marca a uno por el resto de la vida. Los virus son especies de programas, partículas que son capaces de insertarse en el núcleo central de la vida humana, en el ADN de las personas. Entonces producen efectos devastadores porque, por una parte, le roban a uno totalmente la energía y, en segundo lugar, desconfiguran su funcionamiento. Yo alcance a ver que me estaba muriendo”, señala.

Este doble efecto, según el doctor Franco, lo sintió en los momentos pico del ataque del virus. En ese estado alcanzó a vislumbrar una realidad más allá. Eso fue muy importante para él pues entendió que la vida no termina cuando uno se muere, sino que sigue aquí y allá, tal como lo señala en el libro.

“No es una cuestión del infierno o del cielo o de buenos y malos. Es que la energía que todos tenemos y que hemos gastado en la vida no se acaba con la muerte. Se encuentra flotando suelta, en permanente movimiento, como un caos organizado. Entonces puede llegar a configurar el rostro de una persona o un momento especifico de la humanidad”, comentó el doctor.

Esa inminencia de la muerte y por lo tanto esa valoración tan grande de la vida, son para el doctor Franco las lecciones más fuertes de las intensas vivencias que le dejó esta enfermedad.

“Lo que más me ha impactado es cómo está pandemia nos ha puesto de cara al espejo todas las incertidumbres de los seres humanos. Empezando por la duda de si uno va a quedar vivo después de esta pandemia, si va a caer en ella o si va a quedar con secuelas o no. La pandemia planteó las grandes limitaciones de nuestro conocimiento, por un lado, y nuestra capacidad de respuesta, por otro. Así como la capacidad de liderazgo tanto nacional como internacional”, comenta.

Otro aspecto que ha conmovido también al galeno y que muestra en el libro, es cómo este virus ha sido capaz de desnudar muchas de las inequidades instauradas a nivel mundial y cómo nos habíamos acostumbrados a vivir con ellas.

“Hay desigualdad a los accesos de salud, alimentación y vivienda, este virus ha evidenciado las grandes exclusiones y las fragmentaciones de la sociedad que tenemos hace rato”, dice.

Asimismo, Franco cuenta en su escrito que algunos tienen acceso a un servicio de salud de excelente calidad (como en su propio caso) mientras que otros se han muerto sin oxígeno y al no poder llegar a una Unidad de Cuidados Intensivos.

“Esta pandemia ha evidenciado la enorme calidad humana del personal de salud a pesar de las limitaciones con las que les toca trabajar. En Sincelejo, en el hospital donde vacunaron a la primera persona en Colombia (una enfermera), todavía hay personas a las que les deben varios meses de salario. Lo mismo pasa en Leticia, Quibdó y en muchas regiones del país. Yo creo que la humanidad va a quedar con una deuda muy grande con este personal”, comenta.

Sobre la producción, venta, distribución y aplicación de las vacunas, el doctor Franco afirma que “una vez más la voracidad del mercado se ha impuesto sobre un derecho humano universal a la salud. Hay indignación creciente por tanta inequidad que sigue desnudando esta pandemia. Yo diría que esas tensiones de la incertidumbre, las insuficiencias que tenemos y las inequidades, son para mí, las lecciones más fuertes de la pandemia”.

Durante toda esa convalecencia por los efectos del Covid-19, los temas que ocuparon la mayor parte del tiempo al doctor Franco fueron: la vida, la salud, la muerte, la pandemia, las incertidumbres, las inequidades y el renacer. Ahora, después de este doloroso episodio, el mayor propósito del doctor Franco es aprovechar y disfrutar la vida. También culminar este año el trabajo apasionado y complicado de la Comisión de la Verdad.

“Cuando a mí me seleccionaron para la Comisión de la Verdad fue por una convocatoria pública, nada de recomendaciones. Fue un comité de altísimo nivel nacional e internacional que me eligió. Estoy gastando parte de esa nueva energía en contribuir en la búsqueda de la verdad para poder sanar tantas heridas y, entre todos, construir un país tranquilo y equitativo. Por eso es tan importante. Cuando yo me vi tal mal, me dolía mucho no poder contribuir a terminar esto”.

El doctor Franco salió del hospital tras 59 días con una cánula y con oxígeno. Luego, cuando le retiraron dichos instrumentos, sintió una inmensa alegría de haber ganado esta dura batalla. En el libro también plasmó un agradecimiento en mayúsculas CON LA VIDA y con las personas que lo acompañaron en esta dura travesía.

Entre lo más sabio que el doctor Franco ha leído sobre el coronavirus, y que le sirvió de inspiración para escribir uno de sus artículos titulado “La alegría de vivir aun en la pandemia”, está la reflexión del expresidente uruguayo Pepe Mujica, en una entrevista que le hizo la agencia EFE. En ella le preguntan sobre las cosas buenas que nos dejaba esta crisis sanitaria y él respondió: Creo que me deja una sensación de humildad… y que la vida es el único milagro que tenemos por delante”.

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