Paula y Gregory son una pareja de recién casados. Gregory, constantemente, y en secreto, cada vez que veía una luz la apagaba o prendía de acuerdo a lo opuesto hecho por su esposa. Es decir, si Paula previamente la había prendido, él la apagaba y por el contrario si ella la había apagado, él la prendía y así Paula poco a poco empezó a dudar de su cordura.
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Cuando Paula señalaba lo que estaba pasando con las luces, su esposo negaba la situación, lo que hizo que ella se desestabilizara por completo y solo confiara en la palabra de Gregory, incluso sobre su propia percepción. Esta es la trama de ‘Gaslight’, una obra de teatro de Patrick Hamilton lanzada en 1938 que describe un tipo de abuso psicológico dentro de la pareja basado en la manipulación.
Gaslighting desde la psicología
La filosofa Kate Abramson, en un artículo del 2014 llamado “Turning Up the Lights on Gaslighting”, señala que esta forma de manipulación no tiene necesariamente el objetivo de llevar a la víctima a la locura, sino tan solo generar la suficiente inestabilidad mental como para que el agresor mantenga su posición de poder y control. Es posible, incluso, que el agresor no sea consciente de su propia violencia.
Esto, en la práctica, complementa Abramson, conduce a que la víctima de gaslighting adopte un rol de sumisión en la relación y deje que la otra persona tome todas las decisiones por ella. Este es uno de los principales incentivos para que quien está manipulándola psicológicamente siga haciéndolo. Esta asimetría de poder entre ambos hace que se entre en un círculo vicioso del que es complicado salir para las partes.
¿Cómo reconocer el gashlighting?
Foto: Pexels
Uno de los indicadores de que la persona está siendo objeto de esta técnica de manipulación es que la víctima empieza a sentir, incomodidad, confusión o tiene la sensación de que algo no está bien pero no entiende qué. De acuerdo a la psicóloga Valeria Bedrossian a esta sensación se le conoce como ambivalencia y genera sentimientos de rechazo, pero también de aceptación e incertidumbre.
En primera medida, el individuo empieza a dudar de sí mismo, según explica Bedrossian: “es un nivel de violencia pasivo-agresiva en la cual la persona, diga lo que diga, siempre está desestimada. Es una situación paradójica en la cual la víctima no puede defenderse y si lo quiere hacer, muchas veces no hay evidencias concretas. Por eso a veces se le llama ‘abuso psicológico sutil’. Pero, no es sutil por el efecto, sino por la forma, complementa la especialista.
Signos de el gashlighting
De acuerdo Robin Stern, autora del libro ‘The gaslighting effect’, estas son 10 señales para saber si se está siendo víctima de este abuso psicológico:
- Te cuestionas tus ideas o acciones constantemente.
- Te preguntas si eres demasiado sensible muchas veces al día.
- Siempre te estás disculpando ante: tus padres, tu pareja, tu jefe.
- Te preguntas por qué no eres feliz, si aparentemente están pasando tantas cosas buenas en tu vida.
- Constantemente ofreces excusas a tus familiares o amigos por el comportamiento de tu pareja.
- Te ves a ti mismo reteniendo u ocultando información para no tener que explicar o dar excusas a parejas o amigos.
- Empiezas a mentir para evitar que te cambien de realidad.
- Te cuesta tomar decisiones, incluso aquellas simples.
- Sientes que no puedes hacer nada bien.
- Te preguntas si estás siendo lo suficientemente buena en tus roles diarios.
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