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Lactancia materna: “la primera vacuna del recién nacido”

En medio de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, conversamos con la doctora Viviana Marin sobre los beneficios de la leche materna.
Foto: Pixabay
Richard Hernández

Este año se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna del 1 al 7 de agosto, bajo el lema “Proteger la lactancia materna: una responsabilidad compartida”. El evento conmemora la Declaración de Innocenti, firmada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF en Italia, en agosto de 1990, con el objetivo de proteger, promover y apoyar la lactancia materna en todo el mundo.

En relación a la necesidad de promover esta práctica, un informe publicado por UNICEF en 2017 indicaba que la lactancia podría contribuir a salvar alrededor de 820 mil recién nacidos de hasta seis meses de edad en todo el mundo.

Actualmente, en el mundo esa estadística está en el 41 por ciento de niños que logran ser amamantados. En Colombia la última estadística muestra que aproximadamente el 36 por ciento logran cumplir esa meta. Desafortunadamente, 1 de cada 3 niños recibe su lactancia en los primeros seis meses de vida.

Viviana Marin es médica de la Universidad de Antioquia, especialista en lactancia materna, con un doctorado en nutrición maternoperinatal. Además, es madre lactante. Conversamos con ella sobre la importancia y beneficios que tiene la leche materna.

“Son múltiples las propiedades que tiene la lactancia no solo para el bebé o la mamá, sino también para la familia y el desarrollo de un país. Suple las necesidades nutricionales en un 100 % en los primeros seis meses de vida. También, hasta el primer año, cubre el 75 % de su nutrición. Ya con la alimentación complementaria comenzamos a dar otros aportes nutricionales. La OMS sugiere que la lactancia persista hasta los 2 años o más”, señala.

También indica que tiene muchos beneficios en cuanto al sistema inmunológico, porque solo la madre le puede aportar los anticuerpos y toda la memoria inmunológica que lo va a proteger y, además, contiene más de 500 sustancias que contribuyen a atacar a los virus.

Asimismo, resalta el valor que tiene el calostro, al que también se le llama “la primera vacuna del recién nacido”, porque es rico en inmunoglobulinas, que son las células de defensa que van a ayudar a atacar las infecciones. Incluso cuenta que se ha visto que, en esos primeros días, la cantidad de anticuerpos es hasta de 10 a 100 veces mayor de la que tenemos usualmente en los niveles de sangre.

“Hay que darles la confianza a las madres que creen que no pueden tener leche porque sale poca cantidad. Lo que pasa es que el cuerpo así lo produce. Ya poseemos este calostro en la semana 16 de embarazo y lo tenemos disponible en los dos primeros días. Esa cantidad es suficiente para alimentar al bebé. Un número de células defensivas que lo van a ayudar a enfrentarse, a tener un primer contacto con el mundo y con todos los microrganismos que se va a encontrar”, indicó.

Además, resalta que la leche materna disminuye, en gran proporción, enfermedades gastrointestinales y respiratorias. También las necesidades afectivas de calor, de tener a su mamá cerca y de formar ese vínculo.

“Algo muy importante y bonito, es que cambia su composición de acuerdo con el clima. Por ejemplo, si hay frio va a estar más concentrada y si hay calor vamos a tener mayor cantidad de agua. Cambia también según el horario, mayormente tenemos una gran proporción de agua y lactosa en las horas de la mañana y en la tarde vamos a tener una mayor concentración de grasa, entonces le vamos a dar leche más densa, es algo muy bonito que ninguna sustancia puede hacer”, comenta.

Otro beneficio del amamantamiento que destaca la doctora Marin es que se va adaptando a las necesidades del bebé. Normalmente mientras más dure la lactancia hay más carga de grasa, y esto va a ayudar a que los niños quemen más calorías porque ya están saltando y jugando.

“Ya hay muchos estudios que demuestran que la lactancia materna disminuye el cáncer de útero y de mama. También mejora y disminuye la depresión posparto. Asimismo, facilita la adaptación en esos primeros momentos con el bebé.

Igualmente disminuye el riesgo de hemorragias posparto. Además, ayuda a crear una cultura de la lactancia. En realidad, debería ser algo completamente natural porque es la forma en que se preserva la especie humana”, informó Marin.

Igualmente, la doctora afirma que disminuye los costos y mejora la economía en la familia porque se va a invertir menos dinero en comprar formulas (leche en polvo) y biberones. Ecológicamente, comenta, gastamos menos agua y utilizamos menos plástico. Además, resalta que va a haber más madres y bebés saludables. Por lo tanto, habrá menos gastos médicos en transporte para las consultas y urgencias.

“Otro punto importante es que, según estudios, los niños alimentados con leche materna tienen mejor rendimiento académico en otras etapas de la vida. Asimismo, han demostrado la superioridad de la leche materna frente a la leche en polvo. También se le llama oro líquido o la sangre blanca porque es la única sustancia que contiene células vivas y que se adapta a las condiciones del niño. Diferente a lo que podemos encontrar en la fórmula”, afirma.

En estos momentos de pandemia, dice la doctora Marin, la leche materna es una herramienta maravillosa para que las madres que han tenido la infección, e incluso si ya están vacunadas, puedan pasar sus anticuerpos a los bebés ya que no puede hacerse de otra manera.

¿Cuál es el tiempo indicado de lactancia?

Sobre el tiempo de lactancia, la doctora Marin dice que lo ideal sería hacer un destete natural. Normalmente un niño se puede destetar entre los dos años y los siete años.

“Lo que pasa es que en nuestra cultura no estamos acostumbrados y hay mucho tabú aún sobre la lactancia en niños que van siendo mayores. Lo más maravilloso es que la leche nunca pierde sus propiedades y siempre va a ser una fuente de valor nutricional. Aparte de los beneficios inmunológicos”, asegura.

La controversia que se ha originado en este caso es que se podría presentar alguna consecuencia psicológica. Al respecto la doctora Marin señala que “no hay un estudio que demuestre una alteración emocional en el niño. Al contrario, los niños que pueden disfrutar de la lactancia por mayor tiempo tienen un apego mucho más seguro. Asimismo, tienen menor índice de ansiedad y depresión en la vida adulta. Son niños más independientes porque aprendieron a confiar”, comenta.

Los mitos frente a la lactancia

También la doctora se refiere a los principales mitos que se presentan sobre este tema como el de que, si una mujer tiene los senos pequeños, va a dar menos leche.

“La producción de leche está en la parte glandular y los que nos da el tamaño de la mama es la porción grasa. Mientras una mujer tenga pechos más pequeños da menos grasa y una mujer con pechos más grande tendrá más grasa. Pero la proporción de la glándula es la misma, ambas van a tener la posibilidad de producir la leche que sus niños necesitan”, afirma.

Sobre la creencia de que si la madre come alimentos trasnochados o muy condimentados, le van a caer mal al bebé la doctora dice:

“Hay algunas sustancias que la madre no debe consumir mientras esté lactando, como por ejemplo el licor, que pasa directamente a la sangre. Pero el resto de alimentos pesados le van a caer mal a la madre y no al bebé. La producción de leche se da a partir de un filtrado de la sangre materna, donde se pasan todos los nutrientes. Un ejemplo es que las vacas comen pasto y la leche de las vacas no es verde”, -risas-.

Para finalizar, la doctora Viviana Marin, quien está viviendo esta experiencia de la lactancia materna, señala que “la maternidad para mí es un camino lleno de aventuras y de grandes retos. Es un mundo colmado de luces y sombras, que, si se saben transitar, sacan lo mejor de ti, construyendo una mejor versión de tu ser. Entrar al mundo de la maternidad y llevar 4 años y 11 meses de lactancia me han mostrado que nuestros hijos son grandes maestros, comprobando que la lactancia es mucho más que un alimento, es magia, es una herramienta para formar un vínculo perfecto”.

 

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