Pintura impresionista: un juego de colores y luces

El impresionismo fue un movimiento pictórico francés que surgió durante el siglo XIX, como una nueva forma artística de representar la realidad. Consistía en plasmar de manera libre a través de la pintura, la impresión visual de las cosas que generaba la luz natural. Sus principales representantes fueron: Pierre Renoir, Auguste Rodin, Claude Monet, Édouard Manet, entre otros pintores.

La importancia radical del impresionismo se basa en que estableció una nueva forma de creación artística, que se oponía al arte predominante tradicional, tal como lo afirma el crítico de arte; Heinrich wolfflin, en su libro: “ Conceptos fundamentales de la historia del arte…” para entender el arte impresionista es importante en primer lugar tener claro, que los signos tradicionales de representación han sido sustituidos por una visión aparencial de la realidad, no reproduciendo las cosas en sí ; sino representando el mundo de manera espontánea y directa”.

Al referirnos sobre el arte impresionista es preciso tener en cuenta que este sustituyo el objeto del conocimiento teórico por la experiencia directamente óptica; pues es importante destacar que el arte impresionista no basaba su pintura en representaciones conscientes, sino en una mirada aguda y homogénea de la visualidad; por tanto construía su arte a partir de una mirada “digamos inocente” del mundo, como desnudando los sentidos para captar la incidencia de la luz sobre los objetos, mediante la contrastación de los colores.

Un ejemplo de esta forma de expresión artística lo encontramos en uno de los primeros cuadros de Édouard Monet llamado: “merienda campestre” donde se puede ver sutiles representaciones de luz por la yuxtaposición de colores fuertes. También podemos observar este tipo de expresión artística es a través de la obra de Renoir “La mare aux canards” (1873), y en la obra de Claude Monet: “le jardín de lartiste a Argenteui” l (1873).

El impresionismo desligo completamente su expresión estética de elementos conceptuales de proporcionalidad, forma objetiva y la concepción clásica de belleza.

Esto significa que ellos consiguieron una mirada de la realidad aplicando sobre el lienzo pinceladas cortas y yuxtapuestas, que mezcladas por la retina del observador desde una distancia óptima aumentaban la luminosidad mediante el contraste de un color primario de su complementario; llegando así con la aplicación del color, a base de toques perceptibles, a suavizar los contornos de los objetos y fundirlos con los que les rodeaba

Podemos decir, que el arte impresionista fue un movimiento cumbre dentro de la historia del arte, porque rompió con una manera clásica de apreciar el arte que estaba basado en una delimitación clara y uniforme de los cuerpos debidamente proporcionados, mientras que el arte impresionista dio prioridad a la representación de la luz en una mezcla de tonalidades que darían lugar a una expresión distinta de la realidad, que a la simple representación exacta de las cosas.

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