En el año 2001 los días transcurrían lentos y las noches eran más oscuras en los Montes de María, especialmente en El Carmen de Bolívar, donde para esa época, la muerte acechaba y el ensordecedor sonido de las bombas y las balas, maltrataban los oídos y corazones de sus habitantes.
En ese contexto, los integrantes de esa generación del Colectivo de Comunicaciones Montes de María Línea 21, realizaban producciones de radio y video con temáticas de paz, género, medio ambiente, juventud, niñez y cine.
Precisamente la pasión por el séptimo arte los llevó a crear el cine club itinerante ‘La Rosa Púrpura del Cairo’ inspirados por la temática de la famosa película del director Woody Allen, donde una aficionada de las películas se embarca en una aventura intensa, cuando un ídolo pasa de la pantalla a su vida.
“Con el cine club itinerante ‘La Rosa Púrpura del Cairo’, comenzamos esta aventura de llevar cine a los habitantes de El Carmen de Bolívar. La primera película que proyectamos dos noches después de que explotaran cuatro bombas en una zona comercial del municipio, fue ‘Estación Central’, obra que ese año fue la ganadora del Festival de Cine de Cartagena. Llegaron alrededor de 250 personas sin haber realizado ninguna convocatoria, eso fue maravilloso. Esa proyección, fue el reinicio, porque antes, en el año 93 ya habíamos tenido otro cine club llamado ‘Charles Chaplin’", recuerda Soraya Bayuelo Castellar, directora del Colectivo de Comunicaciones Montes de María Línea 21, organización que realiza el Festival Audiovisual de los Montes de María.
Luego de esa primera proyección donde además de los cuatro miembros del Colectivo de Comunicaciones Montes de María, solo estuvieron en la proyección unos cuantos carmeros atraídos por el brillo de la improvisada pantalla, los entusiastas cinéfilos montemarianos intensificaron las muestras al aire libre, como una forma de resistencia a los grupos armados que imponían su ley del encierro, como lo cuenta Soraya Bayuelo luego de un sorbo de café cerrero cultivado en el cerro e’ maco de san Jacinto (Bolívar).
“Fue una forma de decirle a la gente que entre todos y todas podíamos vencer al miedo, podríamos enviarle el mensaje a los violentos que los espacios públicos y el pueblo eran nuestros y resultó, porque luego de unas cinco proyecciones, el parque estaba lleno de espectadores ávidos de espacios donde sentirse libre, sin miedo, sin presiones y eso fue lo que nosotros les brindamos con la proyección de películas”, aseguró con su voz entusiasta, la también gestora de paz y defensora de derechos.
De proyectar películas en los barrios de la cuna de Lucho Bermúdez, se pasó a llevar el cine a los municipios de los Montes de María, en Chalán (Sucre), por ejemplo, la primera proyección se realizó en el lugar donde estalló un “Burro Bomba”, en el corregimiento ‘El Salado’, la pantalla itinerante se instaló justo en la cancha donde murieron más de 60 salaeros y salaeras a manos de paramilitares en aquel febrero del año 2000, donde el sol se tornó rojo y el olor a sangre reemplazó el del tabaco.
Soraya recuerda esas corredurías cinematográficas por Montes de María y asegura que aún se le acelera el corazón,” Fue una época tremenda porque nosotros estábamos en peligro, pero también sabíamos que lo que hacíamos era para despertar a la región y para decirle a los actores armados sin groserías ni altivez, que nuestros escudos eran el amor, el arraigo por la región y la pasión por la comunicación y el cine. Hacer las proyecciones donde antes hubo muerte y tristeza, también era un mensaje poderoso de vida y esperanza” afirma.
De esas noches de cine bajo la luna montemariana, nación el Festival Audiovisual de los Montes de María, un evento donde son los habitantes de las comunidades los que crean sus cortometrajes, largometrajes, filminutos, documentales, crónicas, animaciones y podcasts con temáticas regionales de no violencia, reconstrucción del tejido social, género, niñez entre muchos temas más.
Sobre los temas que aborda el FAMMA, Soraya afirma “Este año el tema central es tradición oral y memoria para la vida, pero eso no quiere decir que, los realizadores deben producir sobre esto, ellos y ellas son libres de elegir sobre que quieren tratar en sus productos audiovisuales, lo importante aquí es que sean temas bonitos, inspiradores y que contribuyan a la buena fama de nuestros Montes de María, que ratifiquen que somos más que la mancha roja que nos dejó la violencia” comenta al tiempo que atiende la llamada de un integrante del colectivo de narradores y narradoras de la memoria de Almagra en el departamento de Sucre.
El Festival Audiovisual de los Montes de María, la otra FAMMA de la región, cumple en este 2023, 12 años de estar dando a conocer el talento cinematográfico y sonoro de una región heredera de la imaginación e inventiva de grandes juglares que han puesto al mundo a mecerse en inmensas hamacas y han enseñado que, en la región más multicolor de caribe colombiano, las horas las dicta un ave con su canto, las galletas tienen nombre de mujer y el rey de la gastronomía emerge del suelo fértil, ese mismo que nunca deja de producir, como los realizadores audiovisuales montemarianos, que este año realizaron 25 producciones con temas propios y fueron escogidas para ser proyectadas, entre más de 400 realizaciones llegadas desde diferentes lugares de Colombia.