Una fiesta de flores, autos antiguos, desfiles de comparsas, alegres carrozas, trovadores, silletas, coloridas bicicletas: la Feria de las Flores ha dejado no pocas estampas para el recuerdo.
“La ciudad de la eterna primavera” se vistió este año de alegría. ¿Y qué más podía esperarse? La de las Flores es una feria legendaria ya, una fiesta que vuelve a rendir homenaje a los campesinos y silleteros que cuentan la historia de un pueblo que cruzó montañas para ser lo que es hoy: Antioquia.
Durante meses, los silleteros de Santa Elena cultivaron, con ingenio, las ideas de sus silletas. Y es que las silletas son más de lo que vemos: son historias, manos de abuelas, crisantemos, madrugadas, el frío de la montaña, herencia.
Por las calles de Medellín desfilan, a la luz de un domingo de fiesta y música, 530 silleteros y silleteras, acogidos por el aplauso del mundo entero. Alguien se ingenió una vez una frase que lo resume todo: “Cuando pasa un silletero es Antioquia la que pasa”.
Un tal “Cocoliso” de 34 años e intérprete de guitarra se metió al carriel el título de Rey del Festival Nacional de la Trova Ciudad de Medellín 2024. El público, atento y alegre, gozó de cada verso y rima.
En medio de una verdadera batalla del repentismo, propios y extraños vivieron una de las tradiciones musicales más llamativas de Colombia. Cada rima iba seguida de un aplauso, y cada aplauso del rasgueo de un tiple.
Pero el son y el bolero, aunque extranjeras, también fueron músicas que reinaron en las animadas noches de Medellín. El Parque Cultural Nocturno, en la Plaza Gardel, fue escenario para el romanticismo y el baile. ¡Ya saben! Como se gozaban las fiestas antaño. En la Feria de las Flores de Medellín aún se vale tomar pareja y bailar “hasta que amanezca”.
En un pueblo antioqueño se baila, también, al ritmo de las músicas andinas. Y es que en los viejos tiempos las danzas era un modo muy eficaz del cortejo. En escenarios y tablados, artistas paisas animaron, al zapateo de sus alpargatas, una feria que se despide y que en agosto del 2025 promete traernos más tradición y orgullo por lo nuestro.
Todos lo saben: una fiesta sin niños no es fiesta. Quizás porque ellos saben ponerle a la vida un colorido que los adultos no. Teatreros, cuenteros, magos, titiriteros: 400 artistas del corazón se unieron para abrir las puertas a la imaginación y permitirle a los pequeños disfrutar de una feria que también fue de ellos. “Mundo de colores”: así llamaron, en la zona que suena al tiempo de los niños en Medellín.
Puedes mirar también este video acerca de las emblemáticas silletas en la Feria de las Flores: