En este festival que reúne a cientos de personas que creen que el bullerengue que es una danza por la vida y por la maternidad, nos encontramos con la familia de la persona que desde los años 80 inicio a incentivar a las personas para que amaran esta cultura y propiciaron la creación del grupo bullerenguero “Las Palmeras de Urabá”.
Inelsa García León es una de las hijas de Concepción García, quien recuerda a su padre como esa persona presta, amable, parrandero, alegre, querendón de las corralejas y del bullerengue, resaltó que su padre desde la edad de los 12 años decidió irse de su casa y fue ahí donde comenzó sus caminos por el tamboreo.
“Mi mamá siempre nos llevaba cuando iniciaba el Bullerengue, mi mamá tenía un oído que cuando él estaba tocando, mi mamá decía ese es su papá, vamos a ver a su papá, nos llevaba a ver como tocaba el tambor, el tocaba el tambor y cantaba sexteto también, mi papá tocaba bombo, tocaba clarinete y tocaba los platillos, porque a él le gustaban todas esas fiestas”, recordó Inelsa García.
Contó que en aquella época, su “Concha” como le decían de cariño, no tenía rival para tocar los tambores, que era único en la zona del Urabá antioqueño cuando de tocar tambores se trataba, y hoy cuando en la versión XXXV del Festival Nacional del Bullerengue se le tuvo en cuenta, lo vio con gran orgullo y como un honor para su padre.
“Para mí, eso me llena de orgullo y me da nostalgia también porque mi papá hace 23 años que ya murió y que después de 23 años rendirle un homenaje, eso para nosotros nos llena de orgullo, ya que eso es un reconocimiento que no se lo hacen tan fácil, ni a cualquier persona, entonces para nosotros es una alegría grande y agradecidos primeramente con Dios y a quienes permitieron que se le hiciera este homenaje a mi papá ‘Concha’” señaló Inelsa
En medio de esta charla no se podía quedar por fuera preguntar porque Concepción Gracia, era conocido como “Concha” y que mejor que una de sus hijas para que nos contara esa historia de su padre.
“Pues porque su papá y su mamá cuando él era pelaito le decían “concha e’ coco”, pero después con el paso del tiempo toda la gente le decían concha, y como su nombre es Concepción, entonces a los Concepciones se les dice Concha, de ahí viene el apodo de concha de mi papá y para mí era mejor decirle concha que concepción”, afirmó Inelsa García.
Son once hijos de Concha, ocho mujeres y tres varones todos, y la familia sigue creciendo, los nietos se suman y con ellos los gustos musicales, los cuales desde diferentes escenarios culturales continúan el legado de ese abuelo que desde joven se inclinó por la lucha constante de la cultura bullerenguera de su territorio.
“Tiene unos nietos que no tocan tambor, pero que si les gusta la música, por lo menos el director de la casa de la cultura de Necoclí el canta, otro que toca acordeón, son varios que les gusta cantar y todo eso lo heredaron de mi papá porque él era el que le gustaba su bunde y los nietos lo llevan en la sangre”., puntualizó García.
Para los hijos de Concha es muy grato saber que el conjunto las palmeras de Urabá fundado por su padre haya tenido la oportunidad de participar en lugares nacionales e internacionales, quedando claro que ya no tienen rival y que en cada parte donde vayan el sueño de su padre quedara impregnado.
Concha murió a los ochenta años, un 29 de septiembre del año 2.000 y en cada de uno de sus hijos quedo el recuerdo de como su padre a pesar de estar perdiendo la visión, siempre soñó con volverse a subir a un escenario y tocar esos tambores que desde joven lo acompañaron y llenaron de alegría cada día de su vida.