Cuando se cumplen 80 años de la Segunda Guerra Mundial, un hecho histórico resulta clave en todo el proceso para colombia: el ataque de un submarino de la Alemania nazi a la embarcación Resolute, la cual realizaba un viaje desde Cartagena hacia la isla de San Andrés.
La Resolute fue una goleta de propiedad del comerciante isleño James Rankin que fue hundida por un submarino alemán el 24 de abril de 1942. Pocos fueron los pasajeros sobrevivientes, los cuales fueron rescatados por un avión estadounidense que finalmente los transporta hacia Colón, en Panamá, lugar donde los heridos fueron atendidos.
La embarcación llevaba mercancías y pasajeros desde la Colombia continental y Centroamérica hacia la isla de San Andrés, pero según los registros, no fue la única nave atacada en aguas del Caribe, con el fin de generar temor y mostrar dominio sobre los mares del mundo por parte del Tercer Reich.
Previo a este ataque, en aquella época se presentaba un intercambio inusual, según los historiadores, entre alemanes y colombianos, en especial con mercaderes radicados en la isla de San Andrés.
“Es algo increíble, pero Colombia durante el año de 1942 era aliada de la Alemania nazi y muchos comerciantes colombianos estaban directamente involucrados con comerciantes de ese país”, afirmó Samuel Robinson Davis, historiador y miembro de la Academia Colombiana de Historia.
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El experto comentó que esta fue una historia realmente interesante, porque el archipiélago para ese momento era un lugar estratégico para la navegación, mientras que Alemania, una precursora en la construcción de submarinos, hacia su incursión en el Caribe.
Robinson aseguró que los alemanes eran muy avanzados en este sentido. De hecho, hubo influencia de alemanes en la isla, principalmente con un personaje como el comerciante Karl Regnier, veterano de la primera Guerra.
“San Andrés era muy estratégico y los alemanes buscaban un lugar para abastecerse de combustible. Regnier se casa con una hermana del comerciante isleño James Rankin, así lograba concretar una relación de comercio y negocios en la isla y con los raizales”, afirmó Robinson Davis, quien agregó que el abastecimiento de combustible a los submarinos alemanes terminaría por despertar la sospecha de Estados Unidos que finalmente envió espías hacia la isla para investigar.
“Regnier abastecía a los submarinos desde San Andrés por tierra mientras que Rankin tenía un barco llamado el Resolute, al percatarse de esto los estadounidenses enviaron espías para averiguar sobre la situación”, relató Robinson.
Según comentó el historiador, había personas en la isla de San Andrés que estaban satisfechas con los alemanes, y los defendían por el beneficio económico que recibían de estar abasteciendo a los submarinos provenientes de Europa.
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Finalmente, aquella noche del 24 de abril sucedieron los hechos del Resolute, los cuales se notificaron un año después y posteriormente llevaron a que el presidente Eduardo Santos ordenara el congelamiento inmediato de los bienes de aquellos ciudadanos provenientes de los países del Eje (Alemania, Japón, Italia) residentes en Colombia.
Un año después, el 26 de noviembre de 1943, otro submarino alemán volvió a hundir una goleta colombiana, la Ruby, en aguas del Caribe. El gobierno del presidente Alfonso López Pumarejo ordenó el confinamiento de todos los alemanes, además de algunos japoneses e italianos en un campamento-prisión en Fusagasugá (Cundinamarca), así como la confiscación y expropiación de sus bienes "para resarcir a Colombia por los perjuicios de guerra", y declaró el estado de beligerancia con las potencias del Eje.
«Todo parece confirmar que el hundimiento de la Resolute se debió a un ajuste de cuentas entre el submarino alemán, U-172, comandado por el teniente Karl Emmermann, y James Rankin y Joseph Alvan Me Lean, propietario y capitán de la Resolute, respectivamente. "Rankin había sido incluido en la lista (negra) acusado de contrabandista y por ser cuñado del alemán Karl Regnier, que meses antes había sido detenido en San Andrés y confinado a Bogotá. Regnier se suicidó en Bogotá el 30 de diciembre de 1943..." ¡También él había figurado en la Lista Negra, por ser miembro del partido nazi!», indicó el libro ‘Distantes y distintos: los emigrantes alemanes en Colombia, 1939-1945’ de Enrique Biermann Stolle.
Ochenta años después de este suceso, no solo se establece que Colombia fue el único país de América Latina en recibir un ataque directo de la Alemania nazi, sino que determinó la importancia de la ubicación estratégica de nuestro país en la navegación.