Por: Anthony Pacheco Ropero
En 1851, el primer gobernador de la Provincia de Ocaña, en Norte de Santander, Agustín Núñez, ordenó erigir una columna que perpetuara el acontecimiento de la manumisión de los esclavos, ley que se dictó el 21 de mayo del mismo año. Se construyó en el centro del parque principal del municipio, la Plaza 29 de Mayo. Aunque la ley entró en vigencia a partir del 1 de enero de 1852, la columna se empezó a construir el 6 de diciembre de 1851.
Sin embargo, entre los hechos históricos y las leyendas que alimentan las tradiciones y el orgullo de los ocañeros, hay una fecha de muy poca trascendencia en el común de la gente. Publicaciones y documentos históricos realizados por Luis Eduardo Páez García, presidente de la Academia de Historia de Ocaña y miembro de la Academia Colombiana de Historia, hacen referencia al 22 de diciembre de 1851 como la fecha en la que se inaugura la Columna de la Libertad de los Esclavos.
Según los registros históricos y citando la investigación realizada por Páez García, “la Columna de la Libertad de los Esclavos está construida en ladrillo, y tiene las siguientes medidas: Altura: 10 varas, la vara de Castilla para Ocaña, equivalía a 0.84 metros; es decir, que la columna tiene 8.4 metros de altura. Su base mide 2.5 metros y tiene cinco anillos que representan las cinco naciones libertadas por Simón Bolívar, cada uno con un diámetro de 1.20 metros”.
Leyendas
Dentro de la tradición oral y popular corre la historia de que en la base de la columna se encuentra un cofre de cristal que contiene el acta con la lista de los esclavos manumitidos, que está dentro de una urna de madera que a su vez se guarda en una de hierro. Otra versión afirma que los ladrillos con los que se construyó la base están bañados con la sangre del coronel Miguel Carabaño y los ocañeros Salvador Chacón y el sargento Hipólito García, quienes fueron fusilados el 9 de abril de 1816 por instrucciones del general Pablo Morillo.
Quizás el hecho que más ha marcado la historia de esta columna es que hay quienes dicen que no era blanca y que sus ladrillos estaban a la vista, situación que termina generando polémica, ya que la Dirección Nacional de Instrumentos Públicos determinó que desde su fundación la columna estaba recubierta por cal, y que retirar ese cubrimiento afectaba la estructura. Por tal razón, en 1988 se da orden a la administración municipal de la época de que la estructura retorne a su color original y que conserva desde entonces.
Pero es el 11 de abril del año 2002 cuando la columna recibe por parte de la Dirección de Monumentos Nacionales la máxima distinción que este monumento merece, al declararla Bien Cultural de Interés Nacional debido a que es el único símbolo que testimonia la liberación de los esclavos.
Al cumplirse este año los 450 años de la fundación del municipio, resalta este ícono que representa la cultura y tradición, pero sobre todo la fuerza y la templanza de los ocañeros que también ayudaron a la construcción de la historia de nuestra nación.