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¿Qué significa ser una radio ‘nacional’?

La premisa, desde 1940, fue lograr un alcance 'nacional' dándole cabida a todos los acentos, sonidos y pensamientos de los colombianos.
Fotos: Diego Cuervo
Ana María Lara

La Historia de la Radio Nacional de Colombia está ligada a múltiples episodios que reflejan los avances, las tensiones y los anhelos de nuestra sociedad. Lograr un alcance “nacional” ha sido el resultado de un camino que inició el primero de febrero de 1940, cuando en plena República liberal se buscó unir a la nación con la creación de este medio de comunicación.

Si se tiene en cuenta la potencia de los primeros transmisores, el cubrimiento que tuvo la emisora en su primera década era aún insuficiente para las dimensiones territoriales de nuestro país. Fue necesario esperar al periodo del gobierno del general Rojas Pinilla y luego de Alberto Lleras Camargo para empezar a considerar que esta era una emisora de cobertura nacional. Entre tanto, dos hechos de corte político encendieron las alarmas en los años cuarenta y dieron cuenta de la importancia y de las múltiples facetas de lo “nacional”: el Golpe de Pasto y el asesinato de Gaitán.

El Golpe de Pasto

Ocurrió en 1944. Fue un conato de golpe militar contra el entonces presidente Alfonso López Pumarejo. Ocurrió justamente en la interesante “ciudad sorpresa de Colombia”. Allí, por iniciativa del coronel Diógenes Gil, el presidente fue arrestado, amarrado y llevado a una hacienda cercana. Cuando se supo del hecho la Radio Nacional informó lo ocurrido.

La voz de Alberto Lleras, ministro de Gobierno, dio las primeras noticias mostrando la gravedad de lo ocurrido. Luego, con el paso de las horas, dio el parte de tranquilidad y comunicó que todo estaba bajo control. Con equipos aun de corto alcance la emisora logró dar información fresca. Sin embargo, su cobertura era insuficiente y para quienes no vivián en Bogotá y cercanías, conocer los hechos requirió de otras fuentes. La prensa, por ejemplo. Además, la información pasó por el filtro de la oficialidad. En ese entonces en la emisora “lo nacional” se traslapaba con “lo oficial”.

El asesinato de Gaitán

Más tarde, el 9 de abril de 1948, con la indignación que les produjo el asesinato de Gaitán, varios estudiantes e intelectuales se tomaron la Radio Nacional. Esta quedaba frente al Cementerio Central; para ese entonces, algo alejada del centro de la ciudad, en donde estaban la mayoría de emisoras de la capital.

Aquellos intelectuales y estudiantes, entre ellos Manuel Zapata Olivella y Jorge Gaitán Durán irrumpieron para llamar a “la revolución”, para salir a las calles y subvertir el orden; ese orden del que era abanderada la Radio Nacional. Lo oficial y lo estatal primaba allí, pero lo “nacional” aún se quedaba corto: transcurría el gobierno del conservador Mariano Ospina Pérez; los liberales y otras facciones políticas estaban al margen. Entonces, el problema ya no era solo de cubrimiento tecnológico, tenía otro matiz: la amplitud política. En ambos casos, tras el Golpe de Pasto y los hechos del 9 de abril, llegó la censura para todas las emisoras.

Instalación de nuevos equipos

En medio de las turbulencias políticas, la emisora sostuvo su programación. La disciplina y mística de un equipo de colaboradores que apostó por la divulgación cultural se mantuvo a toda costa, pero hacía falta llegar a más lugares. El logro de este objetivo empezó a tomar forma y a planearse durante el gobierno del general Rojas Pinilla y más tarde se hizo realidad con el primer gobierno del Frente Nacional, cuando Alberto Lleras inauguró unos transmisores más potentes. A partir de entonces “lo nacional” empezaba a alcanzarse gracias a la cobertura, a la vez que había una mayor apertura en la divulgación cultural.

El Bachillerato por radio

A partir del año 1974, el Bachillerato por Radio logró atraer una audiencia mayor y diversa. El protagonismo de la Radio Nacional en este programa educativo fue central. “Lo nacional”, que estaba tan ligado a “lo oficial” empezó a adquirir otro rostro, pues esa audiencia estaba anclada a los sectores populares que probablemente habían sido más asiduos de emisoras privadas y que con la oferta de una educación avalada por el Ministerio de Educación accedían a una idea de Estado más presente e incluso útil. El título de bachiller fue un logro para muchos colombianos gracias a la labor liderada por la Radio Nacional.

Las regiones, los festivales, la gente

Desde los años setenta, la Radio Nacional empezó a hacer un cubrimiento sistemático de los festivales de música que se organizan en Colombia; sin embargo, hay grabaciones que demuestran que ya en los años cuarenta se hicieron algunas de ellas. Con la asistencia a cada vez más festivales, la emisora selló su compromiso con lo nacional pasando de transmitir prioritariamente música clásica y del altiplano a reconocer muchos otros ritmos y regiones.

Este es un elemento prioritario en la agenda anual, a la vez que es uno de los espacios más propicios para la divulgación y el reconocimiento de músicas y artistas que provienen de distintos puntos de la geografía de nuestro país.

Mucho más allá de ser una voz oficial, en el presente la Radio Nacional de Colombia es una emisora pública, que reconoce las necesidades de la gente que habita el país, así como su diversidad y acentos. Lo nacional implica el reconocimiento de lo que somos y queremos construir, en medio de la diversidad y haciendo memoria.

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